“Como intendente soy un empleado del pueblo y no un patrón de estancia”

Facundo Manzoni es el joven intendente de la localidad cordobesa de Viamonte, pero ha sido conocido por donar su sueldo a instituciones locales. ÁreaUrbana conversó con él acerca de la sensación de gobernar la localidad que lo vio nacer. 

En tiempos donde la política suele estar asociada a privilegios y desconfianza, el alcalde de una pequeña ciudad del sur de Córdoba decidió marcar la diferencia desde el primer día de gestión. A los 32 años, con raíces rurales y sin pasado partidario, Manzoni representa una nueva camada de dirigentes que apuesta a la gestión con compromiso, transparencia y sentido comunitario. 

¿Con qué realidad te encontraste al asumir la intendencia?

La verdad es que estaba muy mal. Sabía que el panorama no era bueno, pero no me imaginé que tanto. Nos encontramos con un pueblo muy endeudado, con una planta personal de empleados municipales muy alta, se les debía los sueldos de varios meses y hasta del aguinaldo. Tan irregular estaba todo que a los empleados se les pagaba con un bono y Viamonte tenía una cuasi moneda, algo que acabamos el primer día que asumimos, ya que derogamos esa ordenanza. 

A toda esta situación se le sumaba que teníamos acreencias con los privados muy grandes -superaban los 100 millones de pesos- y una deuda pública que también era enorme. Actualmente estamos tratando de salir de esa situación, pero las obligaciones siguen. Hoy ascienden a los 700 millones de pesos debido a todos los programas y convenios firmados, para los cuales se recibió la plata y no se ejecutaron las obras. En su momento tuvimos que auditar el municipio y luego presentar en la Fiscalía Federal de Río Cuarto todas las irregularidades con las que nos habíamos topado. Ello desencadenó en que detuvieran al intendente saliente; actualmente continúa preso.

A Viamonte yo siempre lo defino como una maqueta de lo que pasa a nivel nacional, donde los niveles de corrupción, en la última gestión del ex intendente eran muy grandes. Eso provocó que el pueblo -que tiene todo para estar bien- esté en una situación apremiante. Porque no solamente nos quedamos con la deuda pública y privada, sino que también con distintas carencias en lo edilicio y en infraestructura. Por ejemplo, en el hospital municipal y las escuelas.

Esa situación me llevó a decretar la emergencia sanitaria en mayo de 2024 y tuve que clausurar el hospital municipal, que actualmente está en obra y, si Dios quiere, pronto vamos a reinaugurarlo. Llevamos invertidos más de 300 millones de pesos para levantar un edificio histórico que es muy necesario para el desarrollo de cualquier pueblo.

¿Cuáles son los problemas con los que se encontró en la infraestructura educativa? 

También había problemas en los colegios. Por ejemplo, una escuela primaria que cumplió 120 años presentaba muchos problemas de filtración y no tenía la conexión de gas natural. Un servicio que hace más de 20 años pasa por la calle, nunca lo habían conectado, y solo requería una obra de unos metros de caños. Y bueno, a todas esas cosas en este año y medio le hemos ido haciendo frente y acomodado un poquito. Todavía falta mucho, pero podemos decir que ya está todo mejor de lo que lo encontramos. Nosotros dijimos desde que asumimos que el eje de gestión iba a ser la educación, salud, el fortalecimiento de las instituciones y el trabajo y en eso trabajamos todos los días. 

¿Por qué terminó involucrándose en la política?

Porque veía muy mal a mi pueblo. La verdad es que, en 2023, dos meses antes de la elección, iba a haber una lista única que era por el oficialismo. En aquel momento, el ex intendente no podía ser candidato y puso como cabeza de lista a su primo hermano; una persona que hace más de 20 años que no vive en el pueblo. 

El pueblo de Viamonte estaba deteriorado. Como comentaba, el hospital municipal -en el que nací- se caía a pedazos; el colegio en el cual me eduqué tenía filtraciones. Sentía que de a poco se iba destruyendo el lugar que amo. Dios me permitió nacer, criarme y crecer acá. Ojalá me permita morir acá. Eso me impulsó a militar en la política. 

Y entonces, dos meses antes de la elección, junto a un par de amigos nos juntamos y propusimos presentar una lista para dar batalla y así ofrecerle a la gente una alternativa. Y la población nos apoyó y el día de las elecciones ganamos con una muy amplia diferencia. Muchos se acercaron a votar, algo atípico también para la localidad. Tal fue así que la elección municipal se realizó junto con la de la provincial, donde votó un 60 por ciento de la población cordobesa y aquí en el pueblo la cifra de votación para intendente llegó casi al 85 por ciento.

Es algo que en estos tiempos no se ve, eso demostró el hartazgo de la sociedad que estaba cansada y que realmente pedía un cambio a gritos. En buena hora que nos animamos y hoy estamos dando la pelea desde adentro. 

¿Qué valores te inculcaron desde chico tus familiares? ¿tus padres militaron en política?

No, mis padres son totalmente apolíticos. De chico tenía el tiempo y la posibilidad de acompañar a mi viejo en el campo, y me inculcaron valores como el de la palabra, la dedicación, el esfuerzo y valor al trabajo. Son cosas que, en principio, creo que hoy en día como sociedad argentina hemos dejado de lado y estimo que tenemos que volver a retomarlas para salir adelante.

Siempre digo que de las malas situaciones se sale con más política, no con menos. La política es hermosa, es una herramienta de transformación fabulosa, pero siempre y cuando se utilice para el bien. 

Hoy en día la estamos viendo como corrupta y miserable, y no porque lo sea eso, sino porque las personas que en su mayoría la practican lo son. La única forma de purgar eso es involucrando a impulsar a que gente de bien, simple y honesta se anime a dar la pelea desde adentro.

Espero poder contagiar a muchos y que se preocupen por su pueblo, sus instituciones, y su provincia. 

¿Cómo es hoy tu vínculo con los vecinos y qué te te dicen en la calle cuando te ven? 

La verdad es que vivir en un pueblo chico como este tiene la particularidad que todos nos conocemos y que la mentira no tiene cabida. Siempre le digo a todos los habitantes, que soy un empleado de ellos, por los 30 meses que me quedan de gestión, y estoy para lo que necesiten.

Estamos rompiendo, también, ese paradigma que se había planteado acá en Viamonte en el que el intendente era el dueño del pueblo, como un patrón de estancia. Yo les intento explicar que soy un empleado, un servidor de ellos y que me debo al pueblo.

Usted se hizo famoso en varios medios nacionales por ser el intendente que dona su sueldo a distintas instituciones ¿Cómo vivís esa repercusión?

Yo dije desde el día uno que no le quería costar ni un solo peso a mi pueblo para hacer este trabajo, que es cumplir la función de intendente, porque yo le debo un montón a esta comunidad. Y bueno por eso todos los meses cuando se me liquida el sueldo, el dinero va destinado a una de las instituciones locales.

Aquí había varias instituciones que estaban totalmente abandonadas, quebradas. Es por eso que pensé en el proyecto que consiste en crear un “Fondo del sueldo del intendente” y que todos los meses el dinero sea destinado a una institución local. Cada organización presenta un proyecto, se evalúa y se le da a la que más prioridad tenga.

El dinero se ha destinado a clubes, a colegios, a centros jubilados, a bomberos, entre otras asociaciones. Así le damos una gran ayuda de manera mensual y calculamos que cuando finalice mi mandato cerca de 100 mil dólares va a haber sido volcado en las instituciones locales.

¿Cómo hace para compatibilizar el gran trabajo que le lleva administrar un pueblo con las labores del campo y su vida familiar?

Mi día es así. Por la mañana voy al municipio. Cuando me puedo escapar o veo que ya el trabajo diario en la municipalidad terminó, me voy al campo y sigo trabajando. En estos momentos por cuestiones climáticas solo estamos haciendo tambo, vacas de cría, corral y agricultura, así que nos entretenemos un poco. 

¿En qué otro rol te gustaría seguir trabajando para la comunidad en caso de no volver a ser intendente? 

No, creo que ya no voy a ocupar otro lugar político. Yo me considero un animal de paso. Desde que me recibí del secundario estoy dentro de las comisiones, de las cooperadoras de instituciones locales como, por ejemplo, los bomberos, los clubes, y la Asociación de Productores; hoy me toca como intendente.

Cuando termine mi trabajo como intendente quiero volver al campo, que es lo que más añoro. Me fascina. No quiero perpetuarme en ningún lugar. 

Fuiste identificado por algunos medios como parte de la denominada generación sub-40 del PRO, ¿Te gustaría poder lograr una renovación del partido? 

Algunos me ven como un referente de Propuesta Republicana (PRO) de Córdoba. Y en la medida en que eso sirva para que pueda contagiar a que muchos se involucren, bienvenido sea.

Creo en una renovación, entiendo que es muy necesaria para el espacio, si realmente quiere sobrevivir. Hace unos meses atrás dije: “El PRO se renueva o desaparece.” Y bueno, esperemos que apuesten por eso. Hay muchos dirigentes de segunda y terceras líneas que son muy buenos: Hay que apostar por ellos, por las nuevas caras.

Repito, de esta crisis se sale con más política, no con menos. Creo que un error importante que está cometiendo el Gobierno nacional es bastardear a la política. No creo que eso sea sano, porque es una herramienta hermosa. 

Si tuvieras que elegir un proyecto que represente tu gestión, ¿cuál sería y por qué?

Le hemos cambiado la visión al pueblo de Viamonte y fuimos a fondo. Dije que iba a cumplir todo lo que habíamos prometido el día uno y eso lo estamos cumpliendo con las obras públicas de salud, educación y con todos lo demás. En breve vamos a tener un hospital nuevo, que contará con todos los profesionales médicos necesarios para la población. Cuando nosotros asumimos, teníamos solamente dos profesionales clínicos y nada más. Hoy tenemos médicos clínicos, odontólogos, kinesiólogos, fonoaudiología y muchas otras especialidades. Vamos a tener un nosocomio en condiciones que va a ser uno de los mejores de la zona.

En la educación nos encontramos con un colegio que se llovía, con un jardín de infantes totalmente abandonado y un colegio primario en muy malas condiciones. Y estamos trabajando para mejorarlo y en breve va a tener gas natural. Ejecutamos una obra de casi 90 millones de pesos para revalorizar su fachada, sus veredas y su edificio en general. 

El colegio secundario no tenía conexión de internet de calidad cuando ingresamos, y hoy la tiene. Es decir, vamos a cumplir con la plataforma que teníamos en la campaña, en un 100 por ciento. Prometimos salud, educación, trabajo y las instituciones van a ser nuestra prioridad.

Recién llevamos un año y medio, aún nos faltan cerca de 30 meses para finalizar el mandato y sé que cuando me toque dejar el municipio lo vamos a dejar en mejores condiciones de la que lo agarramos. 

¿Cómo imagina a Viamonte dentro de 10 años? 

Cuando nosotros asumimos era un pueblo asistencialista, clientelista, con una planta de empleados muy grande y en 10 años yo me lo imagino un pueblo pujante. Estamos ubicados en plena Pampa Húmeda y tenemos todas las oportunidades y capacidades para crecer.

Hemos presentado un proyecto en la Legislatura de provincia de Córdoba para declarar a Viamonte “Capital provincial del Pejerrey”, ya que tenemos una de las mejores lagunas del sur de la provincia de Córdoba. Así queremos transformar esa laguna en una economía regional, pero todo lleva su tiempo. Paso a paso lo vamos a ir consiguiendo. Viamonte va a ser nombrado no solamente a nivel provincial, sino que a nivel nacional por ser un pueblo pujante. 

JOSÉ A. LEMOS

 

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