Yo nací en…la ciudad de La Plata: Jorge D´Elía

“Yo nací y viví 39 años en La Plata. Hice muchísimas cosas, no tuve una infancia ni adolescencia buenas. Me encarrilé estudiando y haciendo deporte, principalmente jugando al básquet, primero en un club llamado Teléfonos del Estado y después en Estudiantes. Me fui haciendo una persona. Cursé tres años de Arquitectura. Luego, gané junto a unos compañeros un Concurso Nacional de Arquitectura, era un proyecto de Estación Terminal de Ómnibus de Azul. Entre mis compañeros estaba Roberto Ferreira, el que hizo el Estadio Único de La Plata. Más adelante, tuve negocios, restaurantes, boites, casas de ropa para hombres y demás comercios, todo en La Plata. Escribí dos libros, hice de todo. Estando en uno de los negocios, uno de los mozos me dijo que me querían ver en una mesa: me ofrecieron una obra de teatro, me preguntaron si había hecho algo ya -yo había actuado en el ´60, ´61, se llamaban teatros vocacionales, teatros independientes, de donde salieron Federico Luppi, Lito Cruz, Carlitos Moreno y toda un grupo importante-, y me contrataron para Nuestro fin de semana, de (Roberto) “Tito” Cossa. Desde ahí hasta ahora no paré”. Así comienza el diálogo con el actor Jorge D´Elía.

¿Su amor por Estudiantes viene de antes de jugar allí al básquet?

De antes. Yo nací en una panadería, en calle 2 entre 42 y 43, la panadería San Miguel. En la otra cuadra había un negocio de un griego que vendía turrones y otras cosas al por mayor, y yo descubrí, cuando tenía muy pocos años, menos de 10, que si compraba una caja de turrones e iba a venderlos a la cancha me hacía millonario. Y así fue: empecé vendiendo turrones en la cancha de Estudiantes, en 1 y 57. Por eso recuerdo hasta el equipo de ese momento, yo tendría 10 años. Me acuerdo los 11, eran siempre los mismos y no había cambios durante el partido. Nunca fui un anti-tripero, en realidad no soy anti en nada.

¿Qué recuerda de los inicios de su relación con el arte?

Tuve mucha relación con la movida de los años ´60, en cuanto al happening, a la creatividad. Recuerdo a muchas personas: por ejemplo, a Jorge Cumbo, quien ni siquiera fue amigo, pero yo lo veía siempre en la confitería tocando la quena; allí mismo, otro leía poemas, yo hablaba de teatro con Carlitos Moreno. Cumbo llegó a tocar con Simon & Garfunkel, la grabación que tienen ellos de El cóndor pasa tiene vientos interpretados por él. También puedo mencionar a (Carlos) “Pocho” Lapouble, que fue uno de los mejores bateristas de la Argentina. Podría nombrar a varios. En lo personal, hice muchos espectáculos, varios de ellos en la boite que tenía yo, que se llamaba Federico V.

 

Nota publicada en AreaUrbana 50

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