El efecto multiplicador de Nucleoeléctrica Argentina (NASA) en el desarrollo municipal

Mientras el mundo busca evitar apagones y descarbonizar, la vida útil de las centrales se extiende y se invierte en nuevos reactores. En el centro de la controversia, los municipios nucleares, clave en la matriz energética y económica, exigen voz y respaldo ante la incertidumbre de la operación a largo plazo y la gestión de residuos. Un pulso entre la seguridad global, el desarrollo local y el futuro de la generación de energía limpia, el ambiente y la lucha contra el cambio climático donde ya, no se admiten medias tintas.

El rol de la generación nuclear en la matriz energética nacional, actualmente se basa en tres centrales nucleares en todo el territorio, Atucha I, Atucha II y Embalse, las cuales generan energía de base y desempeñan un papel importante para el consumo energético del país, todas ellas operadas por la empresa Nucleoeléctrica Argentina. 

En efecto, la construcción y puesta en marcha de Atucha II involucró numerosos proyectos para los que se utilizó una gran cantidad de insumos locales; situación que, además de la dinamización de esos sectores industriales, trajo aparejada una dinámica de transferencia de tecnología a diferentes proveedores locales, por lo que únicamente en el caso que los requerimientos no podían satisfacerse dentro del mercado nacional, se recurrió a proveedores del exterior que tuvieran la experiencia necesaria para cumplir con las demandas. 

Por otra parte, la finalización de Atucha II implicó la reconstrucción de los equipos de profesionales mediante la recuperación de aquellos que ya habían trabajado en él, pero también en la contratación y capacitación de numerosas/os jóvenes profesionales que fueran capaces de asumir el desafío. En la construcción de Atucha II también hubo desarrollo del conocimiento. La central se construyó con personal perteneciente a NA-SA que fue capacitado por personal técnico especializado o exempleado con suma experiencia. Se contrató, además, mano de obra de otras provincias y con ello también se dinamizó la economía local. En este sentido, se puede decir que las centrales nucleares son centros de investigación y capacitación y que más allá de la energía que se produce, muchos especialistas se han capacitado en el sector nuclear, ya que son permanentemente requeridos.

En lo referente a los aportes de NASA a la tecnología y al desarrollo de la actividad nuclear, en particular, y el desarrollo económico, en general, uno de los más importantes es la utilización constante de insumos locales y la transferencia de tecnología a proveedores nacionales. 

Tanto la operación de las centrales como la construcción y puesta en marcha de Atucha II involucran e involucraron grandes cantidades de insumos argentinos, situación que, además de la dinamización de aquellos sectores industriales, trajo aparejada una dinámica constante de transferencia de tecnología a diferentes proveedores locales. En este sentido, la construcción de Atucha II hizo necesaria la reconstrucción de equipos profesionales que se habían perdido durante la crisis del sector nuclear y que fueron recuperados. Además, implicó la contratación y capacitación de numerosas/os profesionales en lo que significó un gran desarrollo del conocimiento. Esto no solo aumentó la demanda de mano de obra calificada, sino que también dinamizó la economía local de aquellos lugares se llevaban a cabo las obras.

Fue todo un impulso cuando se conformó el Foro de Municipios Nucleares de la Argentina, donde las comunidades locales que cuentan con instalaciones nucleares firmaron una declaración conjunta para crear un espacio de articulación nacional e internacional. La iniciativa impulsada por la CNEA, contó con el respaldo del Organismo Internacional de Energía Atómica.

Fue allí, donde los municipios de Zárate en la localidad de Lima junto a  San Martin y Ezeiza de la provincia de Buenos Aires; Malargüe de Mendoza; Pilcaniyeu y Bariloche de Río Negro y Embalse de Córdoba, promovieron la consolidación de un espacio institucional permanente para articular las agendas municipales en torno a la actividad nuclear, apropiarse de la seguridad y el valor económico que agrega a un municipio tener una instalación relacionada con la energía nuclear y también el de fortalecer el diálogo con actores nacionales e internacionales y así impulsar alianzas con otras comunidades nucleares globales.

La Declaración Conjunta destacó que los municipios con instalaciones nucleares poseen un rol clave en la sostenibilidad y solidez del plan nuclear argentino, dado que en sus jurisdicciones se realizan las principales actividades de investigación y desarrollo, formación de recursos humanos, iniciativas de capacitación, producción de combustibles, generación nucleoeléctrica, diversas aplicaciones nucleares en áreas de salud e industria, todos ellos con el fin de impulsar el desarrollo económico y la generación de empleo calificado para que marquen una hoja de ruta regional que establezca compromisos para la creación de capacidades, el fortalecimiento de la gobernanza y el desarrollo de estrategias municipales empresariales dentro del ámbito nuclear.

Por Lic. Martin Ryba

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José Abel Autor