“Pasamos a 120 cuadras por año de pavimento”

El secretario de Obras Públicas y Ordenamiento Territorial de Resistencia, Diego Arévalo, destacó el plan para reducir el alto déficit de pavimento en la trama vial local, analizó el impacto de la devaluación del peso en la ejecución de las obras y detalló los problemas de infraestructura de la capital del Chaco.

Con solo 35 años, Diego Arévalo ya ostenta una extensa trayectoria en la gestión pública en Resistencia, donde tiene su sede administrativa el Ejecutivo provincial de Chaco. Entre 2007 y 2015, período de las dos gestiones del entonces gobernador Jorge Capitanich, el joven economista se desempeñó en distintos cargos provinciales en una carrera ascendente que lo llevó a ocupar la Subsecretaría de Hacienda y la presidencia del Nuevo Banco del Chaco.

Con la llegada de Capitanich al municipio de Resistencia, Arévalo se convirtió en secretario de Obras Públicas y Ordenamiento Territorial de su ciudad natal. En un diálogo con AreaUrbana, el funcionario realizó un balance de las iniciativas llevadas adelante desde su secretaría.

¿Cuáles son las tres principales obras impulsadas durante sus tres años de gestión?

Uno de los ejes de nuestra plataforma electoral fue poner en marcha un programa de 1000 cuadras de pavimento para los primeros cuatro años de gestión. Resistencia tenía en 2015 apenas el 25 por ciento de cuadras pavimentadas de su trama vial, conformada por un total de 10.700 cuadras. Esa situación genera una ciudad muy dispersa, una baja accesibilidad para el ejercicio de una serie de derechos y una movilidad vehicular concentrada en un porcentaje bajo de la red vial. Nosotros estamos trabajando muy bien: a fines de este año, llegaremos a 700 cuadras de pavimento. Otra obra importante es la intervención en el Parque Intercultural 2 de Febrero, donde se realiza la Bienal de Esculturas, el evento más importante de toda la provincia. Ese parque tenía una intervención inferior al 15 por ciento, y nosotros nos propusimos aumentar esa intervención a un 80 por ciento: generamos una mejor accesibilidad y nuevas funcionalidades, construimos oficinas municipales, un centro de convenciones, una pista de atletismo y canchas para la práctica de distintos deportes, renovamos la costanera, pavimentamos calles internas y pusimos iluminación en todo el parque. Una tercera iniciativa importante es la refuncionalización de la estación terminal de ómnibus de Resistencia, realizada en conjunto con el sector privado. Hay un plan de obras que está en ejecución para revitalizar la terminal, que no tenía una buena calidad de servicios. Se prevé que estará terminada a fines de 2019. Esas son las tres obras más destacadas de mi área. También puedo destacar otra obra que no depende de mi secretaría, pero que es muy importante para la ciudad: la construcción de una planta de tratamiento de residuos sólidos urbanos. Hoy no hay un tratamiento adecuado de los residuos: se acumulan en basurales a cielo abierto y luego se entierran sin un tratamiento previo.

¿Qué porcentaje tiene asignada su área del presupuesto total del municipio, que ronda los 3370 millones de pesos para 2018?

La secretaría ejecuta una partida de 487 millones de pesos destinada estrictamente a obra pública, es decir, a erogaciones de capital sin incluir el gasto de personal del área. Además de esos recursos municipales, tuvimos la posibilidad de acceder a líneas de crédito del Banco de Chaco para financiar obra pública y de conveniar ciertas deudas que tenía la provincia con el municipio y transformarlas en bienes de capital. Además, arrancamos en 2016 un programa de contribución anticipada por mejoras, a través del cual los vecinos pueden hacer los aportes necesarios en materiales para la pavimentación de su cuadra y el municipio se hace cargo del resto del costo de la obra.

¿Cómo ha afectado la devaluación del peso en la ejecución de las obras previstas?

Hasta la escalada del dólar de este año, no habíamos tenido redeterminaciones de precios en ninguna de las obras desarrolladas. Pero la situación cambió: saltaron los indicadores para la redeterminación de precios, que superan hoy el 30 por ciento de los valores de las obras contratadas. Se generó un proceso de renegociación continua con los contratistas. Resolvimos adelantar el financiamiento municipal para que ellos pudieran negociar mejores precios con sus proveedores y, así, poder avanzar con las obras. Hubo un riesgo alto de que las obras se cayeran, dado que muchos insumos están marcados por el dólar: la iluminación, el petróleo, el cemento, el hormigón. Cuando empezamos la gestión en 2015, el costo de la pavimentación de una cuadra tipo estaba en un promedio de 1.200.000 pesos; hoy estamos pagando 3.200.000 pesos por esa misma obra.

Nota publicada en AreaUrbana70

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José Abel Autor

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