Seguridad, inclusión y sustentabilidad son los parámetros que rigen a un sector que busca innovar para seguir ofreciendo mejores propuestas de diseño y construcción.
El cuidado y recuperación de los espacios públicos es un tema que ganó mucha atención en los últimos años, pero también se cruzó con otro de los grandes desafíos de las metrópolis, que es el de la inclusión y la accesibilidad. De esta suma de iniciativas fueron surgiendo propuestas para renovar los espacios de juegos en las plazas, y se extendieron también a otros lugares recreativos privados, como escuelas o espacios recreativos para toda la familia.
Hasta hace algunos años, o incluso todavía en algunos rincones del país poco frecuentados, nos encontramos con diseños muy poco amigables e inseguros, y materiales inadecuados, como chapas al aire libre, caños de acero que se oxidan o se calientan demasiado en verano y errores de diseño que hacen peligroso los espacios para los niños, etc. Pero en los últimos años la tendencia cambió y las empresas especialistas en el diseño de juegos (recreativos y deportivos), no sólo incorporaron nuevos materiales, sino que también comenzaron a trabajar junto a equipos interdisciplinarios para crear propuestas temáticas novedosas que contemplan las distintas necesidades según edad de los chicos y sus diferentes capacidades.
Álvaro García Resta, secretario de Desarrollo Urbano del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, detalla que “los factores fundamentales a la hora de elegir juegos nuevos son la accesibilidad, el grado de permeabilidad, el marco-cultural patrimonial circundante y luego los aspectos de reposición y económicos. También hay ciertos materiales que se utilizaban en las infraestructuras de espacios exteriores que se han puesto en consideración porque impedían el fácil acceso a sillas de ruedas o cochecitos de bebés”. Además, explican desde la Secretaría, todo este trabajo se complementa con accesorios como rampas y mosaicos podotáctiles, para asegurar la accesibilidad de cochecitos, sillas de ruedas, personas mayores y no videntes; y otro complemento nuevo que ya se incluyó, por ejemplo, en Plaza Clemente, son los planos hápticos (con relieve) y los pictogramas para niños y niñas autistas. Toda esta nueva información está disponible en el nuevo “Manual de accesibilidad al medio físico” y el “Manual de diseño Urbano”.
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