La Ingeniería hidráulica y el saneamiento en la Argentina

Diego E. Fillia, Ing. Hidráulico y Civil, matrícula CIPBA 50981, expuso sus reflexiones acerca de cuestiones hídricas y sanitarias que plantean situaciones plausibles de ser mejoradas en el país. 

El crecimiento demográfico y la concentración de población en las grandes urbes, sobre todo en Argentina, trae aparejado el avance de requerimientos e inversiones hidráulicas y sanitarias. Un gran desafío en la materia son las grandes áreas periféricas o circundantes a los mencionados centros urbanos, como por ejemplo en la ciudad de La Plata, donde no hay un gran desarrollo de servicios de redes cloacales básicos, y los servicios de abastecimiento de agua de red e hidráulica, algo más desarrollados pero distantes de ser óptimos, en constante adaptación ante las aperturas de nueva trama urbana y el incremento de asentamientos precarios. Similares situaciones se viven en el resto de las grandes ciudades del país.

Caso emblemático: La Plata bajo el agua

La tragedia fue en abril de 2013.Por un lado, hubo recurrencia extraordinaria de lluvia  donde cualquier ley/metodología de extrapolación de lluvia eleva dicha recurrencia de esa tormenta a tiempos superiores a los 1.000 años, cosa que torna irrelevante establecer exactitudes en año, cuando los datos con los cuales se desarrollan las leyes de lluvia a utilizar en modelos hidrológicos/matemáticos para proyectos u obras son apenas superiores a los 100 años (por el Servicio Meteorológico Nacional y otras reparticiones del Estado). Como La Plata tiene su red pluvial diseñada y construida conforme a su topografía, sucede que en recurrencias ordinarias (menores a 10 años) y con el paso del tiempo, el uso del suelo va cambiando, por ejemplo lo que era fondo de manzana permeable se va transformando en impermeable y la red va perdiendo capacidad. Por otro lado, observamos un cambio climático con tormentas cada vez más ¨instantáneas¨ que generan picos de lluvias cada vez más importantes. Por último, si las condiciones de inversión hubiesen sido óptimas, ante tanta recurrencia de lluviala situación hubiese sido levemente menor. De todos modos, para semejante magnitud ninguna ciudad del mundo habría podido hacer frente sin sufrir sus consecuencias.

Se aprendió muchísimo y la población tomó la experiencia: se maximiza construir viviendas en zonas altas, se rellenan sectores de construcción por sobre cota eje de calle frentista y otros criterios del Estado que se fueron actualizando, como el mantenimiento y la limpieza periódica de la red y la ampliación de la infraestructura; entre otras. Viví personalmente esa inundación. Al ingresar a la ciudad desde la Autopista Bs. As. – La Plata, seguí la topografía alta (el tener el ojo entrenado), fui por calles ¨altas¨ y llegué a mi vivienda particular donde los cauces originales dentro del casco urbano de circunvalación, entubados en la actualidad, evidenciaban estar muy por sobre sus capacidades, usando las calles como macro conducciones o cauces, con velocidades importantes de agua sobre calzadas. Como Ingeniero Hidráulico, estar en un evento de dichas dimensiones me movilizó e hizo reflexionar sobre los ¨criterios de borde¨ profesionales a partir de esta vivencia. Esta experiencia puede extrapolarse a otros fenómenos ocurridos en grandes ciudades. Por eso, asimilar experiencias y discutir la problemática puede hacer que una gestión integral del recurso hídrico sea el instrumento de gestión y actualización de medidas estructurales (obras) y no estructurales que permitan mitigar las consecuencias ante eventos de tal magnitud. 

La cuestión sanitaria

Lo sanitario responde a la provisión de agua apta para consumo humano y la colección y tratamiento de efluentes -en especial en AMBA-.El agua para abastecer a la población se obtiene del Río de La Plata (y en menor medida, desde otros cuerpos o acuíferos),donde su costo de tratamiento e instalaciones es muy importante, así como la magnitud, la colección y el tratamiento de efluentes. Dada la gran cantidad de locaciones o asentamientos con bajos recursos, con la escasa/nula infraestructura existente, los efluentes que se generan y vierten descontrolados pueden llegar a transmitir enfermedades hídricas -entre otras cuestiones- que han sido eje del origen del sanitarismo moderno. Por esta razón es vital la toma de conciencia para tomar dimensión y considerar las inversiones que deben realizarse. En todo el mundo hay ejemplos de remediaciones, por sus consecuencias a lo largo de la historia de la humanidad, como por ejemplo el cólera y otras epidemias de origen hídrico.

Errores que pueden acarrear problemas

En verano con temperaturas elevadas, en la costa del Río de La Plata, el vertido de efluentes cloacales e industriales sin control y tratamiento en los cauces locales, llega al cuerpo receptor troncalo principal y generan macro comunidades de bacterias en sus costas, llamadas cianobacterias. Desde allí se obtiene el agua a tratar en las plantas de potabilización para volver al sistema de distribución de agua potable a la comunidad. La falta de colección, tratamiento, inversiones y controles atenta contra la propia población. Por eso es necesario controlar, invertir y mitigar la falta de inversiones en el transcurso de los años con campañas de educación, concientización, control estatal de efluentes industriales con tratamiento local y tratamientos centralizados que muchas veces no cumplen con los parámetros de vertidos máximos exigidos según la normativa correspondiente.

Organismos responsables de la gestión hídrica

Existen organismos en las diferentes provincias que tienen el poder de policía y control, donde toda habilitación del Estado corre por sus estamentos, así como también sus inversiones y controles en las obras públicas a ejecutar. En el caso particular de la Provincia de Bs. As., dicha gestión la desarrolla la Autoridad del Agua (ADA) y las inversiones hidráulicas provinciales por medio de la Dirección Provincial de Saneamiento y Obras Hidráulicas (DIPSOH), organismos que tienen influencia en todo el ámbito provincial con un porcentaje muy importante de superficie total de la nación: el 40% de la población y el 60% de la producción de la República Argentina.

Desde los privados que desarrollan emprendimientos, empresas de servicios y bienes, prestadoras de servicios públicos de saneamiento y otros, todos deben desarrollar y tramitar allí sus expedientes en materia hídrica. A lo largo de los años se han ido readecuando las normativas vigentes para cada sub-rubro según los momentos políticos, ambientales y lineamientos centrales. En especial quisiera dar un importante respaldo a la gestión web de expedientes que desarrolla el ADA, creyendo fuertemente en potenciarla. Con la pandemia se pudo seguir avanzando en las tramitaciones y evitar contratiempos de expedientes en papel. Todavía hay cuestiones por mejorar como profundizar la articulación con el visado online para los profesionales intervinientes y matriculados en el Colegio de Ingenieros de la Pcia. de Bs. As., capacitaciones de metodologías técnicas abiertas a la población o el mundo profesional que allí presenta documentación técnica y jerarquización de todo el proceso, etcétera. Todo en post de incrementar la celeridad digital en los tiempos de las aprobaciones. Para el Estado es un ámbito de recaudación de tasas y ante la necesidad de contar con tierras aptas para demandas habitacionales e industriales, toda posibilidad de acortar los tiempos de tramitación le brindan al privado la posibilidad de desarrollar tareas, dar mano de obra local al iniciar obras privadas y otros beneficios tan necesarios para la comunidad.

Clonar experiencias desde el exterior

Existente experiencias internacionales que se aplican y podemos anexar básicas, como por ejemplo determinar parámetros hidrológicos/hidráulicos denominados impacto hidrológico cero, donde un desarrollo, sea público o privado, no puede incrementar su hidrograma de salida post obra de impermeabilización previo a como se desarrollaba el predio sin la obra originalmente. Si bien esto incrementa las horas de ingeniería de oficina técnica o gabinete al desarrollo, se puede controlar el aceleramiento del hidrograma en una cuenca para no incrementar el riesgo en las zonas bajas o potencialmente afectables. Otro criterio es determinar las zonas de bañados o atenuación de crecidas, más allá de las delimitadas por los organismos, donde no se puede interferir o impactar al ecosistema, no sea dado por una distancia legal a tomarse del borde superior del cauce como sucede en la Provincia de Bs. As., sino por la relación de una modelación hidrológica de la cuenca para determinar hasta dónde llegaría una crecida de mediano orden (por ej. 50 años).Es de difícil aplicación normativa, ya que existe una legislación vigente antigua y este criterio avanza contra la propiedad privada, pero el espíritu sería la no intervención absoluta de dichas zonas más allá de que tengan dueño. 

Las leyes de lluvias para toda la República Argentina deberían ser publicadas en las páginas web de las reparticiones, ya que es de suma importancia contar con ellas de forma gratuita como sucede en países de primer mundo. Así se evitan situaciones indeseables o que dejan a criterio exclusivo del profesional qué hacer ante su inexistencia orgánica. 

Propuestas mejoradoras

Desde lo sanitario, los organismos también deberían poner énfasis en el agua subterránea, contar con información y control continuo sobre las explotaciones, calidades y cantidades. No hay demasiado control sobre la explotación para riego rural o de viviendas en zonas periféricas donde no llegan las redes. La explotación de un acuífero contaminado puede traer consecuencias negativas para la población que la consume. Y el efecto de sobreexplotación o extracción que sí se hace para usos turísticos, a mi criterio, suele ser excesivo en varias localidades.

Todo puede mejorarse. La Argentina se encuentra ante la posibilidad de optimizar sus aspectos ambientales en general, los tratados internacionales a los cuales aplica y los préstamos necesarios para la gran infraestructura sanitaria e hidráulica existente. Deberíamos dejar de ser un país mayormente productores de materias, de las cuales muchas requieren de agua para su desarrollo o procesos productivos, y pasar a ser grandes productores de elaborados a partir de dichas materias primas, principalmente la alimentaria. A mi criterio, este es el camino como país y en este sentido, el saneamiento, su impacto ambiental y la mitigación–entre otros- serán aspectos centrales y crecientes.

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José Abel Autor

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