Los desafíos del futuro en la seguridad urbana

Desde cámaras de video vigilancia hasta desarrollos basados en Big Data, la tecnología aplicada a la seguridad urbana está haciendo aportes interesantes para que cada vez más localidades se acerquen al ideal de ciudades seguras. Aquí, la experiencia de algunos municipios.

Para los habitantes de centros urbanos de todo el país la inseguridad es una experiencia cotidiana. Este problema no afecta solo a la Argentina; según datos de CAF, Banco de Desarrollo de América Latina, en esta región se ubican 42 de la 50 ciudades más violentas del mundo.

En dicho contexto, desarrollar e implementar sistemas de seguridad cada vez más eficientes, que faciliten la prevención del delito y tiendan a crear urbes cada vez más seguras es un imperativo y también un desafío para las autoridades de distintos niveles: nacional, provincial, municipal.

Con el aporte de la tecnología y de la investigación científica comienzan a vislumbrarse novedosas herramientas en materia de seguridad.

En esta nota contaremos algunos de esos avances y veremos de qué manera algunos municipios del conurbano bonaerense mejoraron la gestión de la seguridad en sus comunas.

LO NUEVO EN TECNOLOGÍA

Saber dónde ocurren los delitos es una herramienta que hoy está al alcance de las autoridades. Prever dónde y cuándo ocurrirán es uno de los desafíos en la agenda de seguridad urbana.

Los mapas y las técnicas de mapeo, que ya se usan en casi todo el mundo, se están haciendo cada vez más sofisticados. A partir de la información geográfica cruzada con datos de diversas fuentes oficiales se pueden tomar decisiones en materia de seguridad.

“Hoy los mapeos tienden a cruzar más datos, de modo que la mirada sea más aguda en materia de descripción de situaciones y que avance hacia la posibilidad de ser predictiva: es decir, además de informar dónde hay mayor riesgo, seguridad o comisión de delitos, poder decir dónde habrá mayor probabilidad de que éstos se cometan”, explican en el CFEC, Centro de Formación Estudio Criminal, institución con sedes en Madrid, Barcelona y Valencia.

“La aplicación de técnicas de mapeo y análisis espacial permite determinar los lugares en los que preferentemente se producen los delitos. Esto se pone en práctica a partir de software (Sistemas de Información Geográfica o SIG) que permitirá saber en qué zonas hay una mayor concentración de delitos, para optimizar recursos policiales, detectar patrones y tendencias de la delincuencia, adoptar políticas de seguridad ciudadana o hacer un seguimiento de medidas implantadas en esta área”, señalan.

Un Sistema de Información Geográfica o SIG conjuga datos relacionados con un espacio físico, al conectar mapas con información proveniente de bases de datos de distintas fuentes (policiales, gubernamentales, judiciales). Luego, estos datos se presentan en forma de mapas interactivos.

Pero la localización y visualización de los hechos delictivos es insuficiente como herramienta de planificación y lucha contra la inseguridad. Una herramienta superadora, que ya se utiliza, son los Hot Spots o “Puntos Calientes”, en los que es posible observar dónde se concentran mayoritariamente los delitos, bajo criterios estadísticos. Los Hot Spots, señalados en el mapa mediante un sistema de colores, son los puntos donde la densidad del delito supera la media de la zona que estamos estudiando, explican en CFEC.

Actualmente se trabaja en el desarrollo de nuevas herramientas que, asociadas a estos modelos, ayuden a predecir donde se producirán próximos delitos.

Por otra parte, el Big Data, o la enorme y compleja cantidad y variedad de información que producimos día a día, constituye una fuente valiosa de información que puede ponerse al servicio de la seguridad urbana.

Para Pablo López Ramírez, físico, coordinador del DataLab de CentroGeo-Conacyt, de México, uno de los desafíos más grandes es reducir la barrera entra la cantidad de datos disponibles y la posibilidad de aprovecharlos. López trabaja desarrollando algoritmos y modelos para extraer conocimiento utilizable de grandes fuentes de datos. Así, por ejemplo, se pueden integrar distintas fuentes de información en tiempo real y brindar soluciones en materia de seguridad pública.

En este momento, su equipo está desarrollando metodologías de análisis geográficos que permiten analizar información procedente de redes sociales (Twitter, por ejemplo), combinadas con otras fuentes, tales como las llamadas al 911. Así es posible obtener resúmenes geográficos que ayuden a identificar eventos inusuales entre los usuarios de Twitter, zonas donde se concentran las llamadas al 911, etc.

Las distintas opciones para celulares representan una posibilidad valiosa, abierta a la creatividad en lo que hace a posibles desarrollos para mejorar la seguridad en las ciudades. Una alternativa muy simple se implementó en la Ciudad de Buenos Aires para mejorar la seguridad de las mujeres en el transporte público.

Un relevamiento realizado por la ciudad reveló que el 54% de las encuestadas fue acosada mientras esperaba el colectivo o el tren; el 34% fue manoseada dentro de un bus y el 25%, acosada por un chofer de taxi.

Dado que el acoso casi no se denuncia, pero existe e impacta en la calidad de vida de las mujeres, la ciudad creó una línea SMS 22676 (ACOSO), de reporte y contención a las víctimas: “Se optó por esta tecnología sencilla para que incluso alguien que está sin datos en el teléfono pueda comunicarse”, señala Paula Bisiau, subsecretaria de Movilidad Sustentable y Segura de la ciudad de Buenos Aires.

Adicionalmente, se instalaron cámaras dentro de 1000 colectivos, subtes y vía pública, que procesan tres centros de monitoreo. El arribo predictivo de los colectivos, que puede verse en las estaciones de Metrobus de CABA es otro desarrollo destinado brindar más seguridad.

 

Nota de ÁreaUrbana75

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José Abel Autor

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