Más allá de las cámaras: Tecnologías para mejorar la seguridad vial

El tránsito en las ciudades es uno de los mayores desafíos urbanos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los accidentes viales son la principal causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años. En América Latina, las cifras son alarmantes: más de 1,6 millones de personas sufren lesiones graves por accidentes viales. 

La mayoría de estas tragedias podrían evitarse con una gestión inteligente del tráfico, el uso de dispositivos tecnológicos y un rediseño urbano. La innovación en señalización, prevención, control puede transformar las calles en entornos más seguros, eficientes y amigables para todos. La clave está en anticipar y disuadir comportamientos peligrosos, y en optimizar la infraestructura vial mediante herramientas inteligentes.

Frecuentemente, el foco sobre la incorporación de tecnologías para la seguridad se centra en las cámaras que permiten monitorear en tiempo real las calles y detectar comportamientos peligrosos o infracciones, facilitando la actuación rápida de las autoridades -inclusive sirviendo como evidencia en casos de accidentes o delitos-, pero ¿de qué otras formas la ciencia puede ser una aliada en la gestión del tránsito y mejorar la seguridad? ¿Qué otras soluciones tecnológicas pueden complementarse?

TECNOLOGÍAS QUE PREVIENEN 

Más allá de las cámaras, existen dispositivos que influyen en el comportamiento del conductor y disuaden conductas peligrosas sin necesidad de vigilancia visual constante, que muchas veces genera dudas en relación con la protección de datos y la privacidad. Algunas de ellas incluyen:

  • Reductores de velocidad inteligentes: también conocidos como badenes inteligentes están equipados con sensores y sistemas de iluminación LED que se activan cuando detectan exceso de velocidad. Por ejemplo, si un vehículo pasa por un tramo a una velocidad peligrosa, el reductor se ilumina o emite una señal visual y sonora, alertando al conductor y reduciendo el riesgo de accidentes. Además, algunos modelos pueden registrar datos de velocidad para análisis y planificación urbana.
  • Señalización preventiva y activa: La señalización inteligente combina luces LED, pantallas dinámicas y sensores para ofrecer información en tiempo real a los conductores. Por ejemplo, en zonas escolares o cercanas a hospitales, estas señales pueden indicar límites de velocidad, alertar sobre condiciones climáticas adversas o advertir sobre obras en marcha. Algunas soluciones también incluyen mensajes que cambian según la hora del día o el flujo vehicular, ayudando a gestionar mejor el tránsito y reducir riesgos.
  • Semáforos inteligentes con detección de vehículos y peatones: que ajustan automáticamente los tiempos de luz para evitar arranques bruscos o colisiones. En la ciudad de Córdoba se han instalado semáforos inteligentes que utilizan cámaras y sensores para detectar la presencia de vehículos y peatones, y ajustar los tiempos de espera en consecuencia. Otro de los casos de implementación se dio en Rosario, con semáforos con tecnología de reconocimiento de patentes para detectar vehículos que circulan en contra del tráfico.
  • Sensores de detección de exceso de velocidad en la vía: que envían alertas a los conductores mediante aplicaciones móviles o paneles informativos en la vía, incentivando una conducción responsable.

Estas soluciones, que no dependen de la tradicional inversión en cámaras, son otras herramientas que buscan crear un entorno donde la prevención sea constante y efectiva, influenciando el comportamiento del conductor antes de que ocurra un incidente, además de contribuir a reducir la cantidad de accidentes, también mejoran la fluidez del tránsito y protegen a los peatones y ciclistas

INTEGRACIÓN AL PAISAJE URBANO

La integración de sistemas inteligentes permite a las ciudades -y los tomadores de decisiones- gestionar y planificar mejor sus vías, reducir el estrés vehicular y, en consecuencia, evitar incidentes en la vía pública. 

Por ejemplo, en varias ciudades de América Latina, los reductores de velocidad inteligentes han demostrado reducir en un 30% las infracciones de exceso de velocidad en zonas críticas. Las señales dinámicas y los semáforos adaptativos han logrado disminuir los accidentes en intersecciones peligrosas en un 40%, según estudios recientes. La clave está en que estas tecnologías no solo pueden detectar y reaccionar ante incidentes, sino que lo pueden prevenir antes de que sucedan. La gestión inteligente del tránsito, basada en datos y en soluciones activas y preventivas, es la mejor estrategia para reducir la siniestralidad vial en las ciudades latinoamericanas.

La incorporación de herramientas como reductoras de velocidad inteligentes, señalización activa y soluciones sin cámaras que disuaden conductas peligrosas está transformando el tránsito en entornos urbanos más seguros. La inversión en estas soluciones no solo salva vidas, sino que también mejora la calidad de vida de millones de habitantes, haciendo de nuestras ciudades lugares más seguros y eficientes para todos.

La innovación tecnológica, combinada con políticas públicas efectivas, puede hacer que las calles sean más seguras para todos.

 

Lucía Bellocchio – (CEO DE TREND SMART CITIES. AUTORA DEL LIBRO CIUDADES DEL FUTURO: INTELIGENTES, SOSTENIBLES Y HUMANAS, DIRECTORA DE LA DIPLOMATURA EN SMART CITIES DE LA UNIVERSIDAD AUSTRAL)

  Compartir en:

José Abel Autor