Javier Gastón es Presidente del Partido Vecinalista Unidad por Chascomús y es quien en 2016 ganó las elecciones a Intendente por el Frente UNA con el 36,48 % de los votos.
En todos estos años de gestión pudo llevar adelante tareas fundamentales para revalorizar a Chascomús, tales como el ordenamiento de las cuentas públicas, la movilización del comercio interno y algunas obras importantes que mejoraron la calidad de vida de sus habitantes.
¿Qué es lo más importante que logró en su gestión hasta ahora?
Lo principal fue poner en funcionamiento a la Municipalidad. Veníamos de servicios deficientes, con mucha presencia en el territorio, pero sin capacidad para dar respuesta a los vecinos. Y comenzamos a darles las herramientas para que funcione de cara a las necesidades de la gente, generando movimiento en la comunidad. Era una ciudad con poca iniciativa y logramos ponerla de pie. La Municipalidad presta servicios muy variados, desde que una persona nace hasta que sus restos descansan en el cementerio, que también es municipal, todo pasa por la Municipalidad. Contamos con hospital, cementerio, escuelas, hogares de niños, de tránsito y de ancianos; entre otras entidades. Además, los servicios clásicos de barrido, limpieza, recolección de residuos, alumbrado: una fuerte presencia del Estado en la vida de los chascomunenses. Generamos las herramientas para que el empleado municipal trabaje con una fuerte presencia en la comunidad.
¿Cuáles han sido los principales desafíos de la gestión municipal?
El primer desafío fue ordenar las cuentas públicas. Cuando asumimos en diciembre de 2015 teníamos en la caja 250.000 pesos y a los 10 días había que hacerse cargo de pagar aguinaldos y sueldos, una masa salarial de 25 millones de pesos. Hicimos más transparente el manejo de las cuentas públicas para generar recursos propios que sirvieron para adquirir maquinarias y equipamientos para los trabajadores municipales, y así diagramar un plan de obras públicas que hoy estamos ejecutando. Había una tradición instalada en Chascomús sobre tercerizar los servicios, pero nosotros decidimos interrumpir esa costumbre y ahora lo resolvemos con el empleado municipal. Esto nos permite tener mayor independencia económica al plantear qué queremos llevar adelante, por ejemplo, una extensión de gas natural con recursos propios, algo impensado hace años atrás. Y lo podemos concretar porque sabemos qué planta vamos a tener disponible.
Cuando asumimos, éramos uno de los diez municipios peores dentro de la provincia, no teníamos posibilidades de acceder a un crédito. En marzo de 2016, la gobernadora planteó un municipio sin déficit de cara a 4 años, y nosotros cerramos el 2018 sin déficit, con un pequeño superávit, pero con las cuentas en orden. En ese tiempo reconstruimos la confianza con los proveedores municipales. Las licitaciones las pagamos en el plazo de 30-40 días y procuramos que sea con locales para movilizar el comercio de la zona.
¿Cómo considera que está la ciudad respecto al momento en que asumió?
Está mejor y en movimiento. Hay obra pública dando vuelta, un comercio que funciona, más allá del contexto de retracción económica que vivimos a nivel nacional. Tenemos una comunidad que se hizo cargo de su presente y de su futuro. Hay una fuerte decisión política de ir mejorando los espacios públicos, que tienen sentido si las personas los ocupan, y eso está sucediendo. Un ejemplo es la kermese que organizamos en la que se presentan espectáculos públicos y gratuitos, y donde los emprendedores locales venden sus productos. Esto genera circulación de dinero dentro de Chascomús y consumo dentro de la zona. Antes no existía en absoluto. Eso nos reposiciona en la región, en la provincia y en el país.
¿Qué obras llevan adelante?
Estamos mejorando los servicios y avanzando con obras públicas significativas como pavimento, reconversión lumínica a Led y la construcción de una bicisenda. Acabamos de finalizar una mega obra de agua potable que consiste en dos pozos nuevos en la ruta, una cisterna y una red en tres etapas de macromalla que nos brinda agua en cantidad y calidad. La última obra importante de agua se ejecutó en los ’40, cuando había 14.000 habitantes, hoy somos más de 40.000. Tenía una red de agua distribuida en la ciudad, pero sin presión. Logramos solucionarlo y garantizamos agua de calidad para los próximos 50 años con una inversión de más de 100 millones de pesos.
Otra obra grande es la construcción de la Sala de Internación Pediátrica y Maternidad con una inversión de 62 millones de pesos, que venimos realizando con fondos municipales y de Provincia. Eso sucede porque nosotros demostramos transparencia y orden en las cuentas públicas. Estamos avanzando con la construcción del Centro de Atención Primario de la Salud en distintos barrios con una inversión de 4 millones de pesos, y estamos por inaugurar uno nuevo en el Barrio Gallo Blanco, para trabajar desde la prevención.
También construimos un Salón de Usos Múltiples en el Barrio San Luis en una zona de población vulnerable de la ciudad que posee edificios públicos, y donde ahora se desarrollan talleres de cultura. Hay más de 300 viviendas, la mitad son del Plan General de Viviendas que datan de 10 años atrás. Invertimos 3.5 millones de pesos. Además, tenemos un producto que es el carnaval infantil y su preparación dura todo el año, también contamos con 66 talleres de cultura distribuidos en 18 barrios en 27 sedes distintas: percusión, elaboración de ropa para corsos, de carrozas. Esto genera la reconstrucción de los lazos sociales.