Proyectos para potenciar localidades

Los datos del último censo muestran que se paralizó el crecimiento del Gran Buenos Aires (GBA), debido a que el área está saturada y la escasa oferta de terrenos. En respuesta a esta problemática generalizada a nivel país, en los últimos años hubo una tendencia a volver a las pequeñas ciudades o vivir en el campo, gracias a programas que incentivan tanto a jóvenes como a familias a elegir sus localidades. 

En Argentina se produce una paradoja que se da en pocas partes del planeta. Si bien es un país riquísimo en cuestión de suelo, ya que está entre los diez países más grandes del mundo con una superficie de 2,8 millones de kilómetros cuadrados, tiene una densidad de población muy baja (17 habitantes por km cuadrado) y, sin embargo, no tiene suficientes viviendas. 

En pleno siglo XXI, Argentina aún continúa con un alto déficit habitacional, algo que data desde hace décadas y que ya atraviesa a varios gobiernos, con soluciones parciales y distintos proyectos que suelen ofrecer tierras a cambio de distintos incentivos. En un país con 46 millones de habitantes, y en base a los datos provisorios del Censo 2022, publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), existen 17,8 millones de viviendas particulares, lo que, de acuerdo con el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), deja al menos a 4 millones de personas sin acceso a una vivienda adecuada: “el 25% de los hogares no goza de un derecho humano reconocido por pactos internacionales y por nuestra Constitución Nacional”, detalla la institución. 

Los datos del último censo realizado en Argentina muestran un aumento de viviendas del 28,5% con respecto a los del Censo 2010, cuando se detectaron 13,8 millones. Es decir que en 12 años hubo un crecimiento de 4 millones. En relación a la población, se incrementó en un 14,8%: de más de 40 millones en 2010, se pasó a más de 46 millones de habitantes en 2022. De ellos, el 92%, es decir, 9 de cada 10 habitantes, vive en ciudades. En Latinoamérica, ese promedio es de 8 de cada 10.

Los datos del censo van más allá, y muestran que el 65,5% de la gente es dueña de la vivienda que habita: “La vivienda brinda seguridad y protección ante los factores climáticos, pero además garantiza el espacio para descansar, alimentarse, higienizarse, realizar actividades de esparcimiento e interactuar con sus pares. El acceso a una vivienda digna es el punto de partida para el desarrollo de las personas”, expuso el director del INDEC, Marco Lavagna.

De acuerdo a datos recopilados por la fundación Tejido Urbano, entre 2010 y 2022, y a través de distintos programas, el Estado construyó unas 24.000 viviendas por año, lo que representa el 13,7% de todas las construidas. 

Fernando Álvarez de Celis, director de la Fundación, le explica a AreaUrbana. “Hay un déficit importante de viviendas en Argentina, debido en parte a una desarticulación muy grande entre el Estado y los proyectos privados para la construcción de viviendas. Desde la Tejido Urbano notamos que si bien se hablaba mucho sobre el tema, se disponía de poca información y datos fehacientes, así que empezamos a trabajar y vimos que es el mercado el que lleva adelante la mayoría de los proyectos de urbanización en la Argentina”. 

Álvarez de Celis también comenta que “en nuestro país hay un crecimiento marcado de los barrios populares y de lo que llamamos mancha urbana, es decir la expansión de la población hacia terrenos cercanos a las ciudades pero que no cuentan con servicios básicos. Las causas de esto suelen ser la búsqueda de trabajo y del acceso a educación o la salud”. Igualmente, los datos del último censo muestran, por primera vez desde los últimos 5 censos, que se paralizó el crecimiento del Gran Buenos Aires (GBA). “Eso se debe a que el área está saturada, debido a la expansión de los barrios populares y de la escasa oferta de terrenos, y que a su vez empieza a darse el fenómeno del crecimiento en otros lugares. Algunos de ellos son en la Patagonia: Río Grande y Ushuaia, en Tierra del Fuego, acompañado del impulso del trabajo en las fábricas locales; Puerto Madryn y otros lugares en donde hay oportunidades de empleo”, aclara. 

Distintos proyectos a lo largo de los años intentaron paliar esta situación a través de la oferta de terrenos, pero con resultados moderados. 

El Fondo Nacional de la Vivienda (FONAVI) creado por la Ley Nacional N° 24.464. La misma establece la creación del Sistema Federal de la Vivienda, compuesto por el FONAVI, los Organismos Ejecutores Provinciales (Institutos Provinciales de Vivienda -IPVs- o similares) y el Consejo Nacional de la Vivienda. 

Nacido con el objetivo de financiar total o parcialmente la compra y/o construcción de terrenos, viviendas, obras de urbanización, infraestructura, servicios y equipamiento comunitario, desde su puesta en marcha en 1977 y hasta 2003, el FONAVI creó unas 40.000 viviendas.

Por otro lado, desde 2012 se puso en marcha el Programa de Crédito Argentino del Bicentenario para la Vivienda Única Familiar (PROCREAR), iniciativa que, junto con el Plan Nacional de Suelo Urbano, promueve precisamente la generación de suelo urbano para la construcción de viviendas y planificación de ciudades. PROCREAR cuenta con una línea específica llamada Lotes con Servicios, que otorga terrenos para quienes se hayan inscripto, cumplan todos los requisitos y hayan salido sorteados oportunamente. Para este fin se asignaron terrenos de varias dependencias del Gobierno Nacional ubicados en casi todas las provincias: tierras no utilizadas dependientes del ferrocarril o dependencias militares, de hasta 180 hectáreas y mayormente de las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. 

De acuerdo a datos suministrados por el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat, se entregaron más de 180 mil créditos para construcción y adjudicaron unas 130 mil viviendas con el Procrear II en el período 2020-2023, al tiempo que suma 530 mil soluciones habitacionales desde el lanzamiento del programa en 2012. “Procrear es un sello de calidad para los argentinos, con un sistema de trabajo que garantiza transparencia, accesibilidad y carácter federal”, sostuvo el secretario de Desarrollo Territorial y Hábitat, Luciano Scatolini.

A su vez, y de acuerdo a lo observado por Tejido Urbano, entre 2012 y 2023 se realizaron 141 proyectos con 43.296 viviendas (19.161 finalizadas). En total, en los 11 años del programa se realizaron unas 23.000 viviendas, un promedio de 2136 viviendas por año.

Asimismo, se encuentran en ejecución 14.264 viviendas en 52 emprendimientos y se encuentran adjudicadas para su construcción 5199 viviendas en 19 localizaciones. 

Además, en PROCREAR también está incluida la línea Casa Propia – Construir Futuro, a cargo del Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat, que nació con la idea de construir 120.000 viviendas entre 2021 y 2023. Hasta el momento lleva 110.515 entre viviendas entregadas, en ejecución, con proyectos aprobados y en evaluación. Debido a la alta demanda y al estiramiento de los plazos de ejecución, se decidió prorrogar el programa hasta 2026. 

Por su parte, el programa Lote.ar, llevado adelante por el Ministerio de Desarrollo Social, tiene como objetivo la creación de nuevo suelo urbano para la generación de lotes con servicios destinados a los sectores populares, con finalidad de vivienda única, familiar y de ocupación permanente.

Esta iniciativa fue profundizada en septiembre último con el anuncio del Registro Único de Solicitantes de Lotes (RUS), lanzado con la idea de conocer a personas y familias de los barrios y sectores populares de todo el país que necesitan acceso al suelo. Durante el acto de lanzamiento, el entonces Ministro de Economía, Sergio Massa, sostuvo que “tiene que ver con un programa de articulación que permita construir en 4 años 4 millones de lotes con servicios”. 

En principio, el programa pretende llegar a 1 millón de lotes con servicios destinados a las familias de sectores populares. Según las características que se anunciaron, la idea es que la gente pueda acceder a su propia casa así como desarrollar su propio programa de agricultura familiar. El organismo que asignará las tierras para el programa será la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE). 

TENDENCIAS Y PROYECTOS

“Hasta 2010 había una clara preferencia de la migración del campo o zonas rurales hacia las ciudades. En los últimos años, hay una tendencia a volver a las pequeñas ciudades o vivir en el campo. Esto se debe, en parte, a la búsqueda de una mejor calidad de vida, más tranquilidad y, especialmente desde la pandemia en adelante, a que es posible trabajar en forma remota gracias a Internet, con lo que mucha gente prefiere alejarse de las grandes urbes”, sostuvo Álvarez de Celis a AreaUrbana. A esta afirmación la respaldan los números: el crecimiento de las grandes ciudades (de más de un millón de habitantes) en Argentina está en el orden del 10%, mientras que el de las ciudades pequeñas (entre 10 mil y 50 mil habitantes) subió hasta un 17,5% entre 2010 y el 2022, de acuerdo a ambos censos.

En este sentido, algunas iniciativas de municipios, a veces de manera autónoma y otras junto a empresas privadas, colaboran con esta idea de poblar o repoblar regiones, muchas veces rurales, como un beneficio indirecto de una política de incentivos laborales.

Uno de esos proyectos es el que lleva adelante la empresa Indoors en la localidad de Matorrales, provincia de Córdoba. Estos fabricantes de puertas y amoblamientos decidieron instalarse en ese pequeño municipio cordobés para hacer sus negocios, gracias en parte a una serie de incentivos que otorgaba el gobierno local y por la “tranquilidad y seguridad que ofrecía la zona”, según le contó a AreaUrbana Daniel Caudana, uno de sus dueños. 

En 2019 la empresa, que estaba en plena expansión y ya proveía un servicio de transporte destinado para llevar y traer a sus trabajadores, decidió facilitarle aún más la vida a muchos de ellos, que vivían a varios kilómetros de distancia. Adquirieron 37 lotes cercanos a la fábrica y se los ofrecieron a sus empleados a precio de costo: “Establecimos arbitrariamente el valor en unas 320 bolsas de cemento para cada lote, precio especial para nuestros empleados. Tuvimos una buena repercusión inmediata. Ni bien se supo lo que proponíamos, nos empezaron a consultar otras personas que no trabajaban para nosotros, pero que no conseguían vivienda propia por la zona. Cuando se agotaron los terrenos destinados a nuestros trabajadores empezamos a vender el resto a los demás interesados, a otro valor, aunque aún a un precio bastante económico”, explica Caudana. 

A 2023 ya no cuentan con más lotes disponibles: 80% se los vendieron a sus empleados y el 20% restante a particulares. Además, 15 lotes ya están en construcción, 6 casas ya tienen familias viviendo allí y 8 más se mudarán en los próximos meses. “A partir de la repercusión mediática de nuestra propuesta, incluso se acercó gente de distintas localidades cordobesas y de otras provincias para solicitar empleo y la posibilidad de adquirir un lote”, agrega. 

La expansión de la empresa aún no se detuvo, lo que significa que están pensando en agrandar la fábrica o instalarse en otras zonas, pero… ¿Significa eso que replicarán lo hecho hasta ahora? Caudana responde que “tenemos la suerte de que seguimos creciendo. Por eso nos veremos obligados a expandirnos, quizá a otras regiones. Pero también estamos evaluando hacerlo en Matorrales, porque si seguimos contando con el apoyo del municipio local tal vez podamos adquirir más parcelas de tierra aquí mismo”. 

“Nos instalamos en Matorrales gracias a un programa de incentivos de la municipalidad, que como única condición nos pedía dar trabajo a la gente local. Así lo hicimos y cuando empezamos a crecer pusimos en marcha los lotes. Yo ya tuve la suerte de ‘salir campeón’, porque me fue bien con los negocios, pude comprar mi casa y estoy tranquilo económicamente. Pero nadie sale campeón solo. Ahora trato de ayudar a otros que no pueden comprar una vivienda”, finaliza Caudana.

Por su parte, el intendente local, Franco Cingolani, le contó a AreaUrbana que “por ahora, esta es la única empresa con la que pudimos hacer este acuerdo. Somos un municipio muy pequeño y muchas personas que vienen a vivir no encuentran terrenos. Hay gente de otras localidades que vienen a trabajar a Matorrales, pero no tienen acceso a la vivienda, ni siquiera para alquilar”. Luego agregó: “A principios de 2020 surgió la idea de colaboración cuando la empresa compró los terrenos para que los trabajadores no tengan que andar yendo y viniendo desde otras localidades, y nosotros desde la municipalidad colaboramos con la instalación de los servicios de luz y agua (más adelante gas natural) a cambio de que ellos nos dieran algunos de esos lotes”.

La disponibilidad de terrenos para vivienda es un problema que desde el municipio intentan resolver de la misma manera que hicieron con Indoors: “Hay privados que tienen un terreno de 25 lotes pegados a la municipalidad y les propusimos hacer la inversión de luz y agua a cambio de algunos terrenos. Así tenemos disponibilidad de lotes con servicios para quien quiera venir a vivir, ya que desde la municipalidad no tenemos fondos suficientes como para comprarlos” explica Cingolani. 

REPOBLAR ZONAS RURALES

En 2020 Carlos Irusta, jefe comunal de Nicolás Bruzzone, pueblo del departamento General Roca, Córdoba, lanzó una original propuesta: ofrecer terrenos para quienes quisieran vivir allí, con la idea de darle vida a un pueblo de poco más de 700 habitantes ubicado en el sur de la provincia, a más de 150 kilómetros de Río Cuarto. 

El proyecto incluyó la entrega de 32 terrenos de 11 metros de frente por 27 de fondo, que fueron entregados en su totalidad a solo dos semanas de haberse puesto en marcha la iniciativa. 

Durante la puesta en marcha del proyecto, Irusta sostenía que se trataba de “terrenos baldíos que están desde hace 100 años” y que intentaba poblarlos con familias “que estén convencidas de querer vivir y prosperar en el pueblo”. 

Irusta sostuvo que “es una iniciativa que yo me propuse, avanzar y llegar a la gente. Cuando ingresé a la gestión vi que el pueblo estaba muy dormido y quería revivirlo. Estoy muy contento porque pude llegar a la gente que quería para levantar al pueblo”, añadió. Se trata de terrenos que “estaban usurpados y ahora se los dimos a las personas que están convencidas de querer vivir y prosperar en nuestro pueblo. Primero les dimos la posesión y después a medida que pasan los años quedará a nombre de los nuevos habitantes”.

FRENAR LA EMIGRACIÓN JUVENIL

Una propuesta similar se efectuó en el pequeño pueblo de Varvarco, departamento de Minas, Neuquén, aunque con una variante singular: los terrenos fueron cedidos a jóvenes que se habían ido a estudiar a otras localidades, con la promesa de que volvieran al terminar sus estudios. 

Esta iniciativa fue propuesta por la Comisión de Fomento de la pequeña localidad, luego de un éxodo masivo de su población joven a fines de 2022. Gracias a la primera etapa de este proyecto, que contó con la asistencia técnica de la dirección general de Desarrollo Local del Instituto Provincial de Vivienda y Urbanismo (IPVU), al menos 12 jóvenes volvieron para trabajar allí luego de completar sus estudios en otras localidades, a quienes se les otorgó un terreno de 15 metros de frente y 30 de fondo, con todos los servicios necesarios para ser habitados: agua, electricidad y gas. 

Este año estarían disponibles 25 terrenos más, con la idea de atraer a cada vez más jóvenes para que regresen. “A todos los chicos que se van a estudiar y se reciban, le garantizamos un terreno con todos los servicios”, explicó el presidente de la asociación, Gastón Fuentes.

El proyecto fue premiado por la secretaría de Desarrollo Territorial, dependiente del ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat de la Nación, en el segundo Concurso de Experiencias y Propuestas Innovadoras de Planificación, Desarrollo Territorial y Políticas de Suelo para la Reconstrucción Argentina, del que participaron 22 propuestas de distintos puntos del país con el objetivo de promover la generación de lotes con servicios, para el desarrollo urbano y productivo de distintas comunidades.

El vicepresidente del Instituto Provincial de Vivienda y Urbanismo (IPVU), Ricardo Fernández, sostuvo al respecto que “este proyecto surgió desde el gobierno local, ante la necesidad de frenar la tendencia al éxodo y la emigración constante de jóvenes oriundos de la localidad, con estudios terciarios y universitarios completos. Pero la experiencia se puede trasladar a muchas de las comunidades de nuestra provincia”.

En ese contexto, describió que la propuesta consiste en “generar condiciones de arraigo mediante la creación de un marco normativo regulatorio, que permita el acceso a un terreno propio, que se pueda combinar para el uso habitacional, el recreativo/turístico y el ejercicio profesional”.

PROYECTO DE NEGOCIOS EN SANTA FE

En Colonia Belgrano, localidad ubicada a 90 kilómetros de la ciudad de Santa Fe, se lleva adelante desde 2016 un programa que ofrece terrenos a familias que propongan un proyecto de negocios para desarrollar en la zona. El programa se llama Bienvenidos a mi pueblo, y lo lleva adelante la fundación suiza Es Vicis, con el apoyo de las ONG Vivienda Digna y Responde y Contribuir.

La elección de la localidad no fue algo realizado al azar, sino producto de una investigación previa que hizo Es Vicis, que llegó a la conclusión de que Colonia Belgrano contaba con un gran potencial de crecimiento y se hizo un riguroso proceso de selección entre las miles de familias que se postularon. En el primer año de la experiencia, se instalaron 20 nuevas familias desde Rosario, por lo que la población creció un 10%. En 3 años de implementación del programa, se crearon 25 nuevos emprendimientos, 27 nuevos puestos de trabajo y el 70% de las familias que se mudaron mejoraron sus ingresos en términos reales en 40%. 

La visión de que la gente solo emigra hacia las ciudades en busca de un mejor futuro no es aceptada como la única por esta fundación: Cintia Jaime, fundadora y directora ejecutiva de Es Vicis, sostuvo en la charla “Retos y claves para el renacimiento rural en América Latina” que “las ciudades se convirtieron en grandes generadoras de pobreza y marginación, consumen el 80% de la energía global, son responsables del 70% de los residuos y del 60% de las emisiones de gases de efecto invernadero, cuando solo ocupan el 4% de la superficie del planeta”.

Mercedes Manfroni, coordinadora en Argentina de Es Vicis, comentó que Bienvenidos a mi Pueblo nació con el propósito de visibilizar las comunidades rurales, identificar el potencial que tienen y promover el arraigo, el desarrollo y la repoblación sostenible a través de la relocalización de familias de grandes ciudades. “Como obtuvimos muy buenos resultados con la experiencia de Colonia Belgrano, decidimos replicar el modelo y comenzamos a convocar a nuevos pueblos para que sean parte de esta iniciativa, que trabaja en red en articulación público-privada” indicó.

Es por eso que en 2023 Es Vicis está buscando nuevos terrenos en distintas zonas del país para replicar la experiencia santafesina. Ya están en tratativas para hacerlo en Pergamino, provincia de Buenos Aires, donde se realizó el mapeo de viviendas para identificar disponibilidad habitacional en cada localidad. Próximamente, el proyecto contempla relevar las oportunidades económicas para lo que denominan la “neo-ruralización”. Esto significa “un mapeo de empresas de la región, de sus necesidades de personal, y de los productos y servicios que necesitan. El mapeo es bien profundo, se desagrega en doce dimensiones (sociodemográfica, económico-laboral, educación, salud, entre otras)”.

Con esa misma idea, la fundación empezó a trabajar en Tandil, Puán y Carmen de Patagones con la idea de repoblar, promover el desarrollo local y regional, generar empleo y arraigo.

RECORRIENDO PULPERÍAS

En 2007 el periodista Leandro Vesco puso en marcha el Proyecto Pulpería, una ONG que buscaba recuperar, proteger y revalorizar la vida rural bonaerense. Su objetivo era fomentar el turismo rural y la repoblación de pequeños pueblos de la provincia de Buenos Aires. “Comenzamos a ver que había un quiebre muy grande en el tejido económico, cultural, productivo en los pueblos que estaban a más de 100 km de Capital Federal. Eso se agudizaba si te ibas más lejos. Así que viajé mucho y me di cuenta de que los pueblos que se habían armado en torno a la red ferroviaria empezaron a despoblarse y empobrecerse cuando el tren dejó de pasar por ahí a partir de los años 70 y sobre todo desde los 90 cuando se cerraron muchos ramales. Numerosos pueblos pequeños directamente desaparecieron. Pero en muchos quedó gente resistiendo” le dijo Vesco a AreaUrbana. 

Durante varios años, Leandro recorrió una gran cantidad de pulperías —centros de abastecimiento—, buscando mostrar cómo era la vida rural en Argentina: “cuando muchas familias que se habían mudado a la ciudad vieron que ya habían cumplido un ciclo, que el ritmo de vida no las satisfacía ni siquiera económicamente, comenzaron a pensar en un éxodo inverso. Los hijos de quienes se fueron vieron la posibilidad de regresar. Esto comenzó a partir de 2015, aproximadamente”.

En 2014 y en 2017 con su ONG implementó dos campañas de repoblación que resultaron exitosas, una en la localidad de Gascón y otra en Faro. La idea era que la gente se mudara a esas localidades para “trabajar la tierra” a cambio de casas y algunos terrenos, con la idea de llevar adelante emprendimientos sustentables y de impacto social. Al respecto Vesco explica que en Gascón, partido de Adolfo Alsina, cerca de La Pampa, “nos aliamos con un empresario agrícola que nos dio las casas y los terrenos. Ya habíamos hecho una biblioteca y restauramos la pulpería local. Llevamos unas 10 familias de CABA y el AMBA para refundar el pueblo, que trajeron ideas, energía y ganas de progresar. El pueblo creció y está progresando”. Por su parte, en Faro, partido de Coronel Dorrego compartió que se logró que la gente pudiera comprar su terreno y vivir: “logramos hacer que la estación de tren fuera un lugar donde la gente local pudiera mostrar lo que produce en sus tierras. Abunda el trabajo en el campo tierra adentro”, sostiene el periodista y escritor. 

“Irse a un pueblo y tener una mejor calidad de vida para uno y para sus hijos es algo que muestra que fuera de la ciudad hay una realidad muy positiva que está relacionada con la libertad. La alimentación es más sana, se vive y hasta se sueña mucho mejor. En los pequeños pueblos y gracias a la vida rural es posible realizarse”, indica. 

De acuerdo con Vesco, estos proyectos de repoblación suelen ser iniciativas personales, y desde su ONG buscaron fomentar que el gobierno provincial donara tierras fiscales y brindara créditos blandos para que cada vez más gente buscara mudarse y empezar una nueva vida. La ONG intervino en más de 50 pueblos de la provincia y ahora se encuentran en una etapa de difusión. “Estamos viviendo un momento de mucho movimiento interno. Las pulperías, los hospedajes rurales se llenan los fines de semana. En los pueblos hay emprendedores que demuestran que se pueden hacer cosas y están saliendo bien. La mayoría de las personas que repueblan o van a vivir a los pueblos muestran que es un fenómeno consumado, una revolución silenciosa que está permitiendo que muchos argentinos logren una realización personal y productiva que está cambiando la realidad de los pequeños pueblos”, concluye. 

La migración del campo hacia las ciudades modificó la estructura de las poblaciones desde la época de la revolución industrial. En Argentina hubo varios factores históricos, geográficos y climáticos que influyeron en cómo se distribuyó la población. Posteriormente, otros factores culturales, económicos y políticos, así como el avance de la ganadería, la agricultura y la llegada de grandes oleadas de inmigrantes europeos fueron acentuando la concentración de la población en las grandes ciudades. Ese fenómeno empieza lentamente a revertirse.

En varias provincias argentinas existen programas destinados a brindar una solución a la problemática de la vivienda en un país que todavía debe encontrar la forma de brindarle una solución al incremento de su población y la distribución irregular en toda la superficie de su rico suelo.

MIGUEL DISTEFANO

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José Abel Autor

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