Qué nos dice el censo de nuestras ciudades

Los datos provisorios del Censo 2022 permiten un análisis sobre los movimientos de población en los últimos años que arrojan resultados disruptivos. La primacía urbana parece estar disminuyendo su impacto, mientras la urbanización avanza sobre el campo.

reveló según un informe de la Fundación Tejido Urbano que si bien la primacía urbana continúa en nuestro país, los departamentos que más crecieron son los que tienen entre 10.000 y 150 mil habitantes.

Esto no modifica el hecho de que las principales ciudades siguen teniendo la mayor densidad poblacional, pero se observa claramente que el crecimiento en éstas se desacelera, mientras que las ciudades más pequeñas y con territorios rurales son las que experimentaron una gran expansión en los últimos 12 años.

El relevamiento da cuenta que mientras la población nacional creció 14,8 (de 40.117.096 habitantes en 2012 a 46.054.292 en 2022), el total de viviendas particulares creció 28,73. Este dato es llamativo, pero si se analiza la cantidad de personas por vivienda, en 2010 el promedio para el país era de 2,9 personas/vivienda, mientras que en 2022 fue de 2,6 personas/ vivienda.

La provincia de Buenos Aires (sin CABA), con 17.569 053 habitantes (38,2% del total) sigue siendo, lejos, el territorio con más población. Pero en su interior están “pasando cosas”.

La Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA) es, según el Observatorio Metropolitano del Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo, “la totalidad de los asentamientos urbanos, y sus respectivas áreas de influencia, integrados funcionalmente con el área urbana principal”. Aquí irrumpe la idea de supremacía urbana. A su vez, la RMBA “comprende una regionalización operativa y funcional que abarca a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires más 40 partidos de la Provincia de Buenos Aires. Se extiende geográficamente en una unidad metropolitana delimitada, aproximadamente, por el área que abraza el Río de la Plata, el Delta y en su límite pampeano la Ruta provincial N° 6”.

Los datos informados por el INDEC sobre el censo evidencian un menor crecimiento poblacional de los partidos cercanos a CABA. Los municipios que menos crecieron fueron Lanús -con apenas un 0,6%- San Isidro, que tuvo una variación intercensal del 2%; Hurlingham con 3,2%; La Matanza 3,5%; y Morón 4,1%.

Es en el área externa de la Región Metropolitana donde aparecen las sorpresas: los municipios que más crecieron entre censos pertenecen al denominado “tercer cordón” del conurbano, duplicando o triplicando a la mayoría de sus vecinos. Es decir, cuanto más lejos de la ciudad capital, mayor aumento de población.

Los dos casos más llamativos son los de San Vicente, que creció un 66% en cantidad de habitantes y un 85,6% en cantidad de viviendas y General Rodríguez -cuya población creció un 64,3% y la cantidad de viviendas aumentó un 81,8%. 

SAN VICENTE: EL GIGANTE RURAL SE URBANIZA

Ubicado a 52 kilómetros de CABA, su superficie de 666 kilómetros cuadrados duplica a la de La Matanza. Supo ser una zona de grandes estancias que, con el correr de los años, fueron subdivididas para formar lo que hoy es la localidad cabecera homónima. El resto del partido lo conforman Alejandro Korn y Domselaar.

La concejal Paula Pereyra conoce de primera mano la realidad de San Vicente, ya que estuvo a cargo del operativo previo al Censo que debió actualizar los datos referidos a las viviendas del distrito. “Nos pasó mucho que un determinado lugar que estaba catalogado como ‘rural’ o ‘vacío’ resultó tener varias casas. Fue arduo el trabajo de actualización” le cuenta a AreaUrbana.

Nacida y criada allí, es testigo de cómo está cambiando su terruño a raíz de la migración intensiva que se produjo en los últimos años. La primera circunstancia que cita como motivo de tracción de nuevos habitantes “es la seguridad. Acá viene mucha gente de La Matanza, Lanús, Lomas de Zamora; porque consideran que es más tranquilo para vivir. La gente escapa del AMBA mucho por eso. También noto casos que vienen por temas de salud, en busca de un aire de mejor calidad”.

En tono relajado, admite que lo que más le sorprende de sus nuevos vecinos es la “premura” con la que pretenden que ciertas cosas comunales se resuelvan, una característica muy citadina que no encuentra tierra fértil por esos lares. “Los recursos son los mismos hace 25 años, por lo que el censo es bienvenido en aras de tener un mejor porcentaje de coparticipación” admite Pereyra.

La población crece más rápido de lo que la infraestructura llega a adaptarse. “Hay demasiada extensión sin asfaltar todavía. Aún no hay fibra óptica, algo primordial para la conectividad y, por ejemplo, para tener en óptimas condiciones el monitero de seguridad pública. Teníamos una gran deuda con la educación: hacía más de 25 años que no se construía una escuela. Así es que actualmente se hacen un montón de obras públicas. Estamos construyendo nuestra primera universidad, y mientras avanza esa construcción ya se imparten clases de manera provisoria en otras instalaciones, pero hay demanda de educación universitaria” ejemplifica.

El otro dato relevante que arrojó el censo fue el incremento en la cantidad de viviendas nuevas, un tipo de crecimiento relativo dado que según describe Paula, “había mucha tierra y poca edificación. Recién ahora se están construyendo viviendas que se pueden adquirir con créditos accesibles. Hay mucha gente que alquila. Históricamente este es un distrito donde tenías un pedazo de tierra y era tuyo, o lo tomabas. Son muy pocas las familias que tienen la escritura. Por eso se está regularizando esa situación”.

Según la concejal, el grueso de la construcción de viviendas parte más bien del Estado y algunos pocos particulares. A la hora de establecer la zona con mayor incremento de habitantes asegura que se trata de Domselaar, tradicionalmente terreno rural en su mayor parte. “Fue abismal lo que creció. Era casi todo campo. En 2010 había 700 casas. Y en este pre-censo de viviendas colectivas y particulares había 3 mil” detalla la legisladora.

¿Cómo afectó a San Vicente esta oleada humana en términos económicos? Pereyra indica que “hay mucho comercio. Recién está arrancando un parque industrial, pero lo más fuerte es el comercio y especialmente lo gastronómico. Eso es lo que más se mueve, los fines de semana con el turismo cercano y la ocupación de los countries, cuyos propietarios descansan y consumen acá”.

CAÑUELAS: LA IMPORTANCIA DE LA CONECTIVIDAD

La expansión hacia la periferia también se corrobora cuando se analizan las cifras de otros municipios del denominado “AMBA no Conurbano”, compuesto por Berisso, Brandsen, Campana, Cañuelas, Ensenada, Exaltación de la Cruz, General Las Heras, La Plata, Luján y Zárate. 

Aquí según reseña Tejido Urbano, el crecimiento promedio fue de 19,6%, cifra por debajo del tercer cordón pero por arriba del primero y del segundo y por encima del promedio provincial. Los municipios que más crecieron fueron Cañuelas (37,1% y 50,1% de viviendas nuevas), Exaltación de la Cruz (32%) y Brandsen (25,25%). 

Desde Cañuelas, noreste de la provincia de Buenos Aires, el Secretario de Producción Marcelo Di Gia detalló a AreaUrbana que los factores que influyeron en este incremento deben contarse “la conectividad y la cercanía a la Ciudad de Buenos Aires pero también las políticas orientadas a la atracción de inversiones para el desarrollo industrial, una nueva matriz productiva que desde 2009 se implementa en el distrito”.

El funcionario apunta que “lo comercial tiene mucha relevancia, y todo lo que se deriva de la instalación de un mercado agroganadero fuerte -esto sucede desde el año pasado especialmente- es para destacar. Hay otro factor, que es el sostenimiento del desarrollo educativo -como convenios universitarios- y de salud, como fue el hito del Hospital Cuenca Alta Néstor Kirchner (el de mayor complejidad de la zona) inaugurado en los últimos años”.

Es decir: políticas públicas que buscan ser integrales y “no sólo buscar un objetivo, como podría ser la atracción de inversiones” explica Di Gía, que vuelve sobre el tema de la conectividad, algo primordial para todas las ciudades que se alejan de la Capital: “la terminación de la variante Cañuelas de la autopista Ezeiza-Cañuelas va a generar un flujo de tránsito más rápido, al igual que el mejoramiento de la ruta provincial 6”.

El nuevo corredor se extenderá a lo largo de 9,5 kilómetros y permitirá vincular la Autopista Ezeiza-Cañuelas con la RN 3 en forma periférica a la ciudad; lo que también buscar incrementar la seguridad en el empalme entre las rutas nacionales 3 y 205 y el Ferrocarril General Roca.

“Hoy por hoy el Parque Industrial Cañuelas, que fue inagurado en 2009, ya tiene más de 30 empresas operativas y más del doble en materia de proyectos que generarán más empleo, más desarrollo. Dejamos de ser un distrito exclusivamente rural para convertirnos en uno industrial también, y cercano a la ciudad de Buenos Aires”.

Di Gia se mete entonces con el concepto de primacía urbana en términos prácticos y actuales. “Un caso concreto para mencionar es lo que sucedió con la pandemia. Desde entonces, vemos una tendencia generalizada a buscar espacios abiertos cercanos a la ciudad. Creo que Cañuelas, por su posicionamiento territorial (a 60 kilómetros de Buenos Aires) cumple ese requisito” cuenta.

Sin dudas, algo que está vinculado también con los movimientos turísticos. “Ese fenómeno nos dio la posibilidad de impulsar a Uribelarrea que tuvo un gran crecimiento. El poder desarrollar los barrios también atrae a gente que ahora elige vivir en Cañuelas” describe el secretario de Producción.

Claro que, a más personas eligiendo instalarse, mayor necesidad de mejorar infraestructuras ya existentes. “También hay un desarrollo de barrios que están cerca de Cañuelas ciudad; como por ejemplo El Taladro, que es una localidad pegada a Uribelarrea. No hay muchos barrios privados acá, a diferencia de otros partidos como Pilar o Exaltación de la Cruz” detalla.

“Máximo Paz fue la localidad que más creció luego de Cañuelas en el distrito. Allí hubo que mejorar servicios públicos pero también instalar nuevos centros de formación y programas relacionados con esta política de ensanchar la matriz productiva” acota el funcionario.

Con todo esto impactando actualmente en el partido, Di Gia concluye que “los próximos desafíos son el desarrollo de la mejora en el vínculo entre el Estado y los ciudadanos, intensificando la presencia en las pequeñas localidades. Es pensar por ejemplo en la digitalización de la ruralidad, conectarnos con otras localidades mejorando caminos. Aún tenemos un fuerte componente rural y queremos desarrollarlo”.

DE NORTE A SUR 

Volviendo a las cifras más generales, mientras la Región Centro (Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Entre Ríos) concentra el 64,4% de la población argentina, manteniendo la lógica de la primacía urbana, a la vez es la única zona que creció por debajo del promedio del país: 12,9% contra 14,8%.

Para destacar: la región del noroeste argentino (NOA) -Catamarca, Jujuy, Salta, Santiago del Estero y Tucumán- tuvo un crecimiento intercensal del 18,5%. De estas, Salta ofrece un caso interesante: su capital es uno de los distritos que más vieron crecer la cantidad de viviendas, descomprimiendo notablemente la densidad: mientras la cantidad de habitantes aumentó un 17%, las viviendas lo hicieron en un 52%. Tenía la relación personas/vivienda más alta en 2010 (3,8) y actualmente se ubica en 3 personas/ vivienda.

Su vecino el NEA -Misiones, Corrientes, Chaco y Formosa- creció poblacionalmente un 14,9% y la región de Cuyo -San Juan, Mendoza, La Rioja y San Luis- un 18%.

En términos porcentuales, podría decirse que la Patagonia es la estrella de este censo; ya que fue la que más creció entre los relevamientos de 2010 y 2022. Hay que tener en cuenta, claro, que también es la que aporta menor cantidad de población al total del país (6,5%), pero tuvo un crecimiento del 23,3%. 

La provincia de Tierra del Fuego (190.641 habitantes) creció un 49,9%; seguida por Neuquén (726. 590 habitantes y 31,8% de crecimiento). Y, siguiendo la tendencia de que las poblaciones que más crecieron fueron las pertenecientes a ciudades intermedias, vale destacar que en la ciudad más austral del mundo, Ushuaia, la población aumentó 45,1 % desde 2010 (de 20.055 a 30.372 habitantes) y su número de viviendas se incrementó 51,4%. En la misma provincia, Río Grande creció aún más: 54% de población (de 23.318 a 36.719) e incrementó su número de viviendas 57,5%. 

Les sigue Neuquén capital, con un aumento del 32% en cifras de ciudadanos. La provincia además presenta un caso particular: en el departamento de Añelo casi se duplicó la cantidad de viviendas entre los censos 2010 y 2022: pasó de 4003 casas particulares a 7718 en 2022, lo que implica un crecimiento del 93 por ciento en el mismo lapso que la oferta habitacional provincial se incrementó en torno al 40,6 por ciento.

Añelo presentó también la mayor expansión poblacional de Neuquén. La explicación es simple: en este departamento se encuentan los yacimientos de Vaca Muerta, proyecto productivo fundamental a nivel nacional donde se volcaron grandes inversiones en los últimos años.

QUÉ SUCEDE CON CIUDAD DE BUENOS AIRES

¿Y qué sucede en la mega ciudad argentina, la segunda más poblada de América Latina? Según los últimos datos censales, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene 3.120.612 habitantes, lo que significa un aumento intercensal del 8% (230.461 habitantes más). Esto la deja como el segundo territorio que menos incremento tuvo en estos 12 años, después de Paraná (Entre Ríos) que creció un 5,3%.

Aquí el INDEC cuenta con datos más afinados, discriminados por comunas. De ellos se desprende que en CABA el mayor incremento intercensal lo tuvo la Comuna 12 (barrios de Coghlan, Saavedra, Villa Urquiza y Villa Pueyrredón), con un aumento de 36.178 habitantes que equivale a un 18,8% de variación. 

Las comunas del norte de la ciudad completan las áreas de mayor crecimiento poblacional. De esta manera, en la Comuna 13 (Belgrano, Colegiales y Nuñez) la población aumentó un 14,6%, mientras que en la Comuna 14, que abarca al barrio de Palermo, se incrementó en un 10,2%. Entre ambas, hay 56.914 habitantes más en comparación con el Censo de 2010 y se sumaron 29.339 viviendas: una por cada dos habitantes nuevos.

Palermo, con 153.721 viviendas particulares, es la que más unidades posee actualmente en todo CABA. Pero ¿a qué tipo de vivienda nos referimos? 

Damián Tabakman, presidente de la CEDU (Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos), sostiene en diálogo con AreaUrbana: “Efectivamente lo que más se construye se viene haciendo sobre todo en el corredor norte, en estos barrios que se mencionaron, en especial Palermo. Son productos, en algunos casos, para inversores que los ponen en alquiler para vivienda o para renta temporaria. En otros casos son para vivienda de gente que no necesita un crédito hipotecario para comprar, y usualmente opta por estas zonas.Y las que son destinadas a renta son unidades más bien chicas. Las más grandes son destinadas en general para viviendas permanentes”. 

No sorprende que estemos hablando de un tipo de vivienda casi exclusivo para un sector de alto poder adquisitivo. Palermo es el segundo barrio más caro para alquilar en la Ciudad, después de Puerto Madero.

En cuanto al estilo de las nuevas viviendas en esta zona, Tabakman detalla que “hoy es un ‘must’ (obligación) ponerle amenities a los proyectos inmobiliarios, y cada vez más los desarrolladores los incorporan para diferenciarse y ser apreciados por la demanda. Actualmente se desarrollan edificios en general, no torres, porque desde hace unos años ya no se puede en CABA”.

Y detalla qué buscan los que no piensan alejarse de la ciudad: “los amenities más utilizados son el gimnasio, un espacio para hacer home office, de coworking, flexible, donde la gente pueda trabajar sin necesidad de ir a la oficina ni tenga que hacerlo en su propio departamento. También un salón de usos múltiples (SUM) que se utiliza para fiestas, celebraciones. Esto es lo básico. Después los que pueden, incorporan algún jardín al fondo del edificio en el pulmón de manzana, que puedan usar los vecinos. Algunos suman una pileta y un solarium en la terraza; es un poco caro hacerla con lo cual no es para cualquier proyecto; y hace falta tener terreno grande”. 

En resumen, la relación actual es de 0,92 viviendas construidas por cada nuevo habitante que suma CABA; lo cual habla de una disminución de la cantidad promedio de personas por vivienda, que ya era baja: de 2 personas por vivienda en 2010 a 1,9 en 2022.

PUEBLOS CASI VACIOS

La contrapartida de las cifras que vimos hasta ahora, ciudades intermedias creciendo exponencialmente y los principales aglomerados urbanos haciéndolo en menor medida, es que en otros lugares del país la densidad poblacional es mínima.

Como referimos al principio: por un lado, hay 7 zonas que concentran la mitad de la población del país, mientras que, distribuidos en distintos lugares, hay 278 localidades donde viven 10 o menos habitantes por kilómetro cuadrado. Es más (o menos, mejor dicho): en 74 de ellas reside uno o ningún habitante por km2.

Los datos del censo dan cuenta en este sentido que los departamentos con menos habitantes de la Argentina están en La Pampa: Lihuel Calel tiene 437 y Limay Mahuida, 420. En el primer caso, la superficie total es de 12.460 kilómetros cuadrados, con lo cual la densidad poblacional es casi inexistente: 0,035 habitante por km2. En el segundo, con una superficie de 6.400 kilómetros cuadrados, es de 0,065. 

La comparativa con, por ejemplo, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires abre un abismo: sus 3.120.612 habitantes estables se agolpan en 200 kilómetros cuadrados, lo que promedia 15.603,10 por km2. La Comuna 3 de ese distrito, integrada por los barrios de San Cristóbal y Balvanera, concentra la mayor densidad poblacional del país, con 30.603 habitantes por kilómetro cuadrado (km2). Entre los 20 primeros puestos, además de las comunas porteñas, aparecen los partidos Vicente López, Tres de Febrero y San Martín, todos pertenecientes al primer cordón del conurbano bonaerense.

Casi no hace falta resaltar que todas estas cifras nos recuerdan la enorme desigualdad que el territorio argentino presenta en cuanto a distribución de población. 

LA MANCHA URBANA CAMBIA

Lo cierto es en cuanto a primacía urbana, todo parece indicar que el fenómeno permanece aunque se expande hacia los costados, notándose un desarrollo gradual pero firme de las ciudades cercanas a las capitales. La migración de ciudadanos desde las urbes más concentradas a localidades con cierta infraestructura y mejor calidad de vida es una tendencia que se incrementó notablemente a partir de los dos años más intensos de emergencia sanitaria mundial, que permitieron reformular actividades laborales y acotaron la presencialidad al mínimo necesario.

De todas formas las variaciones son muy pequeñas en el cuadro general: en 2010, la RMBA concentraba el 36,8% de la población y el 37 % de las viviendas mientras en 2022 concentra el 35,6% de la población y el 35,3% de las viviendas. 

Entre censos no se modificó el ranking de las cinco provincias con más cantidad de viviendas. Buenos Aires, la ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza están en la cima, un listado que coincide con los números oficiales de la población. Pero en 2010, entre la Capital y el territorio bonaerense, se acumulaba el 49% del total de viviendas en el país, mientras que el año pasado ese porcentaje cayó al 46%. 

Los partidos del tercer cordón del conurbano bonaerense y los que están por fuera del AMBA pasaron en muchos casos de ser destino de turismo de fin de semana a lugar de residencia permanente. De esta manera se impulsa la creación de viviendas y mejoras en los servicios generales de los departamentos que reciben nuevos ciudadanos, que escapan de la alta densidad poblacional del AMBA y sus consecuencias en materia de inseguridad, hacinamiento, pérdida de tiempo en traslados, entre otros. 

Con todos estos datos, en lo que respecta a viviendas, las cuentas siguen dando negativo. En su análisis, la Fundación Tejido Urbano evidenció que, si bien en poco más de 10 años se duplicó la proporción de viviendas en relación a la cantidad de habitantes, eso no se tradujo en una mejor cobertura habitacional.

Como consignamos al inicio de este artículo, los datos preliminares del Censo 2022 muestran que se registraron 17.780.210 viviendas en todo el país mientras que en el anterior censo se contabilizaron 13.835.751, es decir un aumento 28,5. Si tenemos en cuenta que en el mismo período la población argentina creció un 14,8% las cifras parecerían ser positivas, pero atención: mientras en cantidad de personas somos 6 millones más, hay unas 4 millones de viviendas nuevas.

Esto marca que el déficit habitacional es muy alto. Por otro lado, aún resta conocer en profundidad la calidad de esas nuevas viviendas. Algunas fueron desarrolladas por el Estado, otras por el sector privado, algunas serán precarias y sin registrar… el camino aún es largo y los números, todavía incompletos, constituyen apenas el punto de inicio para políticas públicas efectivas y sostenibles a lo largo del tiempo.

POR ANALÍA CABALLERO

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José Abel Autor

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