“Vaca Muerta nos sacará del déficit energético”

El ingeniero Ignacio Cortese prevé un panorama favorable en el largo plazo para la Argentina en materia energética por las condiciones del yacimiento neuquino de hidrocarburos y por el impulso a las fuentes renovables a través del RenovAr.

Ingeniero industrial egresado de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Ignacio Cortese se ha especializado en el estudio de las energías convencionales y de las renovables: realizó cursos de posgrado sobre energía y finanzas en el país, en Europa y en China, y comparte parte de esos conocimientos como docente en la UBA y en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), donde dicta clases en la Diplomatura en Finanzas de las Energías Renovables. Además de su trayectoria en el campo académico, profuso para sus 33 años, se desempeñó en Pluspetrol como evaluador de la viabilidad económica de proyectos en petróleo y en gas.

Entrevistado por AreaUrbana, Cortese auguró un escenario favorable en el largo plazo para la Argentina en materia energética gracias al desarrollo de los proyectos eólicos y solares previstos en el RenovAr y a la explotación del yacimiento de hidrocarburos no convencionales Vaca Muerta.

Las energías renovables tienen hoy una participación del 2 por ciento en la matriz energética nacional, ¿cúal es el nivel de atraso de la Argentina en comparación con los vecinos de la región?

–Estamos muy atrasados respecto de países como Chile, Brasil y Uruguay, sobre todo teniendo en cuenta la excelente potencialidad de los recursos en la Argentina, lo que hace aún más grave ese atraso. Chile es muy similar respecto de las excelentes condiciones de radiación para generar energía solar y aprovecha esa situación. La Argentina tiene una muy buena calidad para producir eólica y solar, y recién ahora está despegando ese potencial gracias al desarrollo de los proyectos adjudicados en el RenovAr.

¿Qué factores atentaron contra la inversión en energías sustentables en el país hasta la puesta en marcha del RenovAr?

–Durante las gestiones anteriores hubo un programa, llamado Generación Renovable (Genren), cuya licitación fue poco exitosa por varios motivos, pero principalmente por la falta de confianza. Además, la política tarifaria no incentivó proyectos impulsados por privados fuera de este programa. Los proyectos de energías sustentables requieren muchísimo capital inicial y tienen, en cambio, un costo operativo muy bajo. Entonces, una vez que ya está hundida la inversión, el riesgo es muy alto para el privado. Eso hace que cualquier incertidumbre política, económica o jurídica, impacte muy fuerte en la decisión de las empresas de invertir, o no, en proyectos a largo plazo. No había un buen clima de inversión durante el gobierno anterior y, por eso, la licitacion fracasó. Por otro lado, no había incentivos para que las empresas y las familias invirtieran para autogenerarse energía o para hacerse más eficiente, dado que las tarifas eran muy bajas en relación al costo real de la energía. En ese contexto, no era conveniente invertir en la instalación de un termotanque solar en una casa, como sí, por ejemplo, lo ha sido en Uruguay.

¿El RenovAr ofrece condiciones para que las energías renovables sean un negocio rentable y con pocos riesgos?

–Sí, los volúmenes y los precios de oferta reflejan que es un programa muy bien estructurado. Los contratos son muy sólidos y se percibe en el sector cierta previsibilidad y confianza en el cumplimiento de los acuerdos firmados. En la última ronda del RenovAr, los oferentes fueron muy agresivos con sus propuestas, que contemplan precios muy competitivos. Para mí, la rentabilidad prevista en renovables en la Argentina es razonable, no es muy alta.

Nota publicada en AreaUrbana 68

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José Abel Autor

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