Yo soy de… Corrientes

Con una carrera prolífica y llena de mensajes profundos, inteligentes y sensibles para diferentes momentos de la vida nacional, la voz del folclore argentino, Teresa Parodi, habla de su Corrientes, la ciudad que la vio nacer y siempre le brinda inspiración para crear nuevas letras. 

¿En dónde naciste y qué recuerdos tenés de tu infancia?

Nací en Corrientes Capital, la cual en realidad, se llama San Juan de Vera de las Siete Corrientes porque está sobre el río Paraná y tiene siete puntas que dan al río.

En casa vivíamos mis padres, dos hermanas menores y nuestros abuelos maternos. Esa época de mi vida fue muy hermosa, mi niñez, mi infancia, en una ciudad mucho más pequeña de lo que es hoy. 

Nos conocíamos todos, de niña caminaba por la vereda de casa acompañada de mi perro Cúper —que era de mi altura— y bajo la mirada vigilante de mi abuela y mi papá que se acomodaban en la balaustrada de casa que daba a la calle.

A la hora de la tarde, los vecinos estaban en la puerta y me invitaban a un helado de agua como se hacía antes; entraba a otra casa donde la señora tenía unos pequeños chanchitos a cuerda que tocaban instrumentos y ella los accionaba y me encantaba o iba a la casa de un zapatero que, mientras trabajaba, cantaba canciones italianas con su enorme delantal de cuero y en sus labios sostenía las tachuelas con las que arreglaba los zapatos.

¿Siempre viviste allí?

Cuando fui más grande nos mudamos de barrio y tuve muchas amigas, jugábamos rayuela, nos sentábamos a conversar y siempre las familias estaban en la puerta, sentados en los sillones o en la hamaca. Uno sentía la cuadra como el patio de su casa.

¿Cuándo se despertó tu vocación como cantautora?

Mis padres nos inculcaron leer y escuchar música. En casa había una gran biblioteca, mi madre y mi abuela eran profesoras y teníamos como tarea muchas veces leer, y papá cuando estábamos a la mesa nos preguntaba en qué parte del libro estábamos y las tres hablábamos, eran charlas muy hermosas con él y con mamá. 

Y la música estaba siempre. Los sábados por la mañana papá, un gran melómano, nos hacía escuchar su fabulosa discoteca de música clásica, jazz, tango, de todo. 

Ahí, se despertó mi vocación muy fuerte. Yo quería ser música, primero soñé con ser chelista y estudiar para ser directora de orquesta, pero era imposible en Corrientes. Finalmente, estudié con un maestro particular música de guitarra y siempre, aún después de haber venido a vivir a Buenos Aires, volvía a Corrientes a retomar clases con quien fue mi mentor y el que animó mi inclinación por componer canciones, lo que hago desde los nueve años.

Cuando viniste a Buenos Aires, ¿seguiste conectada con tu ciudad?

Vine a Buenos Aires en 1979 en plena dictadura, ya tenía mis cinco hijos y no era conocida, aunque sí cantaba de manera profesional. 

Venir a vivir acá fue un golpe muy fuerte para mi canción. El desarraigo fue muy importante y cuando mis hijos empezaron a ir a la escuela me fueron haciendo quererla desde un lugar muy distinto. Lentamente me fui enamorando profundamente de Buenos Aires y hoy digo que es mi lugar en el mundo.

Seguí conectada con mis afectos y tuve un vínculo muy fluido con mi familia.

¿Un personaje entrañable de Corrientes y por qué?

Ramona Galarza, una mujer muy importante, sobre todo, en la cultura de Corrientes. Tuve el honor de ser su amiga y la quise mucho, tenía un gran sentido del humor y me acordaba de cosas de Corrientes cuando nos encontrábamos. Los personajes que me impactaron y me emocionaron los grabé y canté en mis canciones, están ahí.

Actualmente, ¿realizás actividades profesionales en Corrientes? 

Siempre estoy en contacto con mi familia y la gente de mi lugar. Voy a cantar a la Fiesta Nacional y nunca dejé de tener un vínculo profundo con mi tierra, eso está en mí. Tengo muy claro y marcado mi origen y mi música, también, está muy marcada por esa forma expresiva de mi tierra.

¿Cómo has vivido los cambios de tu ciudad?

La ciudad creció enormemente, hay muchos barrios nuevos y es muy hermosa. La parte que conocí de chica que da sobre el río no ha cambiado y mantiene su estilo señorial y su vínculo con el río.

De tu ciudad, ¿qué lugares recomendás conocer?

La costanera, una de las más lindas de la Argentina, su Parque Mitre y, por supuesto, recorrer sus iglesias, calles y el Teatro Juan De Vera…  Una de las joyas de la ciudad, italiano, de gran acústica, un Colón en miniatura. 

En tu nuevo trabajo ‘Retrato de Familia’, ¿cómo se incorpora Corrientes?

Las reuniones familiares son esos estallidos, a veces hechos de silencio, donde encontramos refugio. En nuestro caso, siempre está ese momento sagrado en el que aparecen las guitarras y nos ponemos a cantar. La música es el retrato de nuestra familia; atravesó generaciones, se volcó hacia distintas formas, pero es sin duda nuestro lenguaje común, el idioma en el que hacemos pie. Retrato de Familia es más que un disco para mí: es un encuentro circular entre mis canciones, mis hijos, nietas, nietos y todas las personas amorosas que hacen posible mi música y que por eso también son mi familia.

 

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José Abel Autor

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