De familia humilde al prime time de la TV abierta. Edith Hermida conversó con AreaUrbana y compartió anécdotas de su niñez, lugares preferidos de su infancia y mucho de su amor por la ciudad, de la que se declara fan desde siempre y no cambiaría por nada. Porque, como ella misma resume, “soy bien urbana, a mí no me lleven al verde, quiero la ciudad”.
¿En qué localidad naciste?
Nací y viví casi toda mi vida en Parque Chacabuco. A veces, cuando no conocen la zona, digo que vivo en Caballito, porque está cerca, pero la verdad que mi lugar de pertenencia es Parque Chacabuco. Me mudé un par de veces, pero siempre vuelvo. Actualmente estoy justo enfrente del parque. Incluso fui al colegio público de la zona y luego terminé los últimos dos años cuando se juntaron dos colegios en uno y se formó la escuela que está dentro de Parque Chacabuco.
¿Cómo era tu vida en ese momento en el barrio de tu infancia?
Recuerdo que una de las cosas que más me gustaba era jugar en la calle. Era una época distinta, no había tanta inseguridad, yo le avisaba a mi mamá que salía a jugar con los amigos del barrio y volvía recién cuando estaba bajando el sol. Lo lindo es que el barrio no cambió su fisonomía, de hecho mi mamá sigue viviendo en la misma casa y lo más lindo de la zona sigue siendo, para mí, el Parque. En aquel momento, cuando yo era chica, visitarlo era la gran salida. Si bien tuvo mejores y peores épocas, siempre lo disfruté. El peor momento fue cuando construyeron la Autopista 25 de Mayo, porque tuvieron que tirar abajo varias casas por donde se iba a trazar el recorrido, y con la obra el parque estuvo horrible durante mucho tiempo. Estaba destruido, con muchos montículos de tierra por todas partes. No sé si es mi recuerdo o si habrá sido así realmente, pero tengo la sensación de que pasó mucho tiempo hasta que volvió a estar lindo. Y hoy es precioso. Obviamente la construcción de una autopista mejora la vida de las personas, pero la transición fue fea, sobre todo para las personas que vivíamos en el barrio, se nos complicó bastante.
¿Cuáles son los mejores momentos que viviste en tu barrio?
Recuerdo a mis amigos, que eran de la escuela y de la calle, vivían cerca, salir así libremente es una costumbre que se perdió. Esto de poder jugar en la vereda. Y recuerdo también que había una florería muy conocida sobre Avenida Asamblea que se llamaba Las Camelias (seguro los vecinos de la época la recordarán), que tenía una cascada gigante. Para nosotros, que éramos una familia humilde que recién pudo conocer la playa cuando yo tenía más o menos 9 años, visitar esa florería era la gran salida, y para mi esa cascada era como las Cataratas del Iguazú. Tuve mucha incertidumbre cuando la cerraron, pero finalmente pusieron una fiambrería, ¡esperaba otra cosa! También me acuerdo que íbamos a tomar un helado a una local bien de los ‘80, antes de que aparecieran las heladerías Premium, porque era súper barato y hasta se formaban colas, fue una explosión para el barrio.
¿Qué es lo que más extrañás de esa época?
Lo que más extraño es esa sensación de vivir en un barrio tranquilo. Antes no había tantos riesgos. Es un barrio que se complicó bastante. Antes salías a cualquier hora, hoy en cambio si mi hermana o mis sobrina salen y tardan, ya estamos preocupados.
¿Qué aspectos destacarías si tuvieras que invitar a alguien a conocer “el lugar de tu infancia”?
¡El parque, obvio, porque es hermoso ahora! Pero además lo que me gusta es que se está armando un polo gastronómico en cada barrio, algo que me parece genial y que se tiene que seguir expandiendo porque hay muchos barrios saturados de ofertas gastronómicas, como Recoleta o Palermo, y está bueno que las grandes cadenas también elijan otras zonas. En Parque Chacabuco hay varias cadenas conocidas, sobre todo en la zona de la Avenida Pedro Goyena, y les va muy bien. ¡Ah! Y el tranvía, que es el único que queda en funcionamiento, es algo que tenemos también y que trae muchas visitas. El fin de semana llega mucha gente ahora que reabrió luego de la cuarentena y es hermoso. El barrio tiene una proyección enorme. Hoy, que el centro porteño vive una gran crisis, es hora de mirar otras zonas.
¿Qué cosas creés que deberían evolucionar o cambiar en la zona?
Debería seguir creciendo, no solo acá, sino en todos los barrios, esta idea de que cada uno tenga su característica principal. Por ejemplo, yo soy de ir a pasear por los barrios buscando las mejores zapaterías, los mejores bares y así voy encontrando el potencial de cada lugar. Esto tiene que ver con qué le dan a la gente. Hace poco estuve en Devoto y me pareció interesante, deberían aggiornarse, mezclar el pasado con lo actual.
¿Cuál es hoy tu lugar en el mundo o el mejor lugar para vivir?
Yo soy muy urbana, no me gustan los barrios cerrados, sí los barrios porteños, como San Telmo, San Cristóbal y tantos otros. Pero siempre en una ciudad; ni el campo ni los countries. Yo quiero oler autos, nada verde, quiero los grises de la ciudad.