Proyecto Las Golondrinas: un faro de conocimiento y colaboración en Argentina

La Fundación José A. Balseiro, en colaboración con el Colegio de Arquitectos de la Provincia de Río Negro Seccional III (CARN Secc. III) y la Federación Argentina de Entidades de Arquitectos (FADEA), ha lanzado un emocionante desafío arquitectónico: el Concurso Nacional de Ideas y Anteproyectos para el Complejo de Encuentros Académicos de la Fundación José A. Balseiro “Las Golondrinas” en San Carlos de Bariloche.

Este concurso no solo representa una oportunidad única para la comunidad arquitectónica argentina, sino también un paso significativo en la misión de la fundación de promover la investigación en ciencia y tecnología, así como la colaboración interdisciplinaria y la sostenibilidad.

Desde su creación en 1987, la Fundación José A. Balseiro ha estado comprometida con la promoción de la investigación en ciencia y tecnología en Argentina. Además, su enfoque en la formación de recursos humanos en estas áreas y la transferencia de conocimiento a través de la cultura, la academia y la industria han sido ejes fundamentales de su labor. La Fundación “Las Golondrinas” se ha convertido en un faro de conocimiento y colaboración en el ámbito científico argentino.

Iniciativas como los talleres de pensamiento, escuelas avanzadas, migración de ideas y reuniones científicas han permitido que esta organización no solo impulse el desarrollo de la ciencia y la tecnología en el país, sino que también fomente el crecimiento intelectual y la colaboración interdisciplinaria, factores esenciales para el progreso de la sociedad en su conjunto. El apoyo de donantes visionarios, como la familia Loew, ha proporcionado a la fundación un espacio donde la ciencia dialoga con la sociedad.

Objetivos del concurso: innovación y sostenibilidad

En primer lugar, se buscó la creación de un entorno moderno y funcional que se adecúe a la visión de la fundación, proporcionando las condiciones necesarias para llevar a cabo sus actividades y promoviendo el bienestar de sus usuarios.

Además, se priorizó la sostenibilidad y la eficiencia energética en la propuesta arquitectónica. Esto implica la necesidad de dejar una huella significativa en términos de eficiencia energética y sostenibilidad ambiental, abordando así las preocupaciones apremiantes relacionadas con la energía y adoptando un enfoque responsable hacia la construcción y operación de edificios. La reducción de los costos de mantenimiento y la optimización en el uso de recursos son consideraciones esenciales en el diseño.

Asimismo, se reconoció la importancia de la integración con la ciudad. La relación armoniosa entre el nuevo complejo y el entorno urbano de San Carlos de Bariloche es un aspecto esencial; esto va más allá de la estética y abarca consideraciones prácticas y sociales que fortalezcan los lazos entre la fundación y la comunidad local. El proyecto no solo debe ser visualmente armonioso con la ciudad, sino que también debe contribuir positivamente a la vida de la comunidad.

El anteproyecto ganador ofrece una solución a las necesidades funcionales previstas, que se sustentaron en el entorno con sus componentes urbanos, ambientales, económicos, socioculturales y tecnológicos. El diseño demostró una voluntad innovadora, y al mismo tiempo, respetó la orientación hacia la construcción sustentable, lo que se evidenció tanto en el diseño arquitectónico, en el empleo de los materiales, en las soluciones estructurales, en las propuestas tecnológicas, de acondicionamiento y de comunicación, como en un criterio económico que atendió la relación costo-beneficio y redujo al mínimo posible los gastos de operación y mantenimiento. 

El concurso de ideas para el complejo de encuentros académicos de la Fundación José A. Balseiro “Las Golondrinas” representa un emocionante capítulo en la historia de esta organización y en la evolución de la arquitectura sustentable en Argentina. Promover la innovación y la sostenibilidad no solo en la ciencia, sino también en la infraestructura que la respalda, es un testimonio del compromiso de la fundación con un futuro más brillante y responsable para todos. El proyecto ganador será un faro de conocimiento y un ejemplo de excelencia arquitectónica y ambiental para las generaciones venideras.

MEMORIA DE LOS AUTORES

La iniciativa plantea el desafío de concebir un proyecto en un terreno de gran valor paisajístico, pero que presenta complejidades debido a sus características naturales y a las construcciones preexistentes. En este contexto, invita a reflexionar sobre la forma en que la arquitectura debe integrarse armoniosamente en este entorno.

El sitio se caracteriza por un marcado desnivel de norte a sur, así como por la presencia de construcciones existentes y densos bosques de vegetación autóctona. La propuesta arquitectónica se basa en la adaptación y puesta en valor de estas condiciones en lugar de imponerse sobre ellas.

El paisaje se convierte en el material de proyecto fundamental de la propuesta. Todas las decisiones son atravesadas por esta variable. De este modo, los edificios se implantan ajustándose en los espacios vacíos dejados por los bosques, buscando preservar las vistas panorámicas hacia el Lago Nahuel Huapi desde todos los puntos del terreno, evitando interrupciones visuales causadas por las edificaciones.

Se proponen operaciones mínimas sobre el sitio, sin grandes movimientos de suelos ni recorridos

vehiculares extensos o complejos. Bajo esta premisa, se preserva el acceso existente desde calle

los Mimbres, entendiéndose como una situación favorable sobre la vivienda existente y el desnivel

en dicho punto.

La variedad de programas solicitados para las distintas etapas, sus variantes en cuanto a escala y posición sobre la pendiente, determinan un catálogo de edificios particulares que responden a un sistema único completado con la vivienda existente. La idea de sistema permite ordenar dicha diversidad, y al mismo tiempo, garantizar una ejecución en etapas. 

El sistema de edificios se estructura en torno a un eje principal que atraviesa el terreno de norte a sur. Completa el sistema de edificios un camino a modo de “promenade paisajística” de geometría irregular, que recorre el bosque nativo y conecta diferentes puntos de sombra para el disfrute y la contemplación del paisaje natural.

Los estacionamientos se doblegan en dos pequeños sectores para disminuir su huella e impacto visual para el visitante. Un sector próximo al acceso podrá ser utilizado por usuarios de permanencia corta, y el otro sector podrá ser utilizado por usuarios permanentes o del alojamiento. Su tratado del suelo es del tipo natural para evitar superficies no absorbentes y ocasionar el menor impacto visual.

El área académica, junto con su auditorio, se materializa en un único edificio compacto próximo al

acceso con orientación norte. Mediante un zócalo de hormigón armado se ajusta el desnivel del terreno y crean las condiciones para tener una planta de movilidad universal en todos sus espacios interiores y exteriores.

La huella determinada por el edificio abarca las posibles ampliaciones de sus espacios (auditorio, servicios) bajo la apropiación de los vacíos interiores (patios). Esta estrategia permite controlar la forma e imagen total del edificio, sin que se vea afectada por posibles cambios o crecimientos en etapas posteriores, como así también, reducir los movimientos de suelos en una sola etapa.

El programa interior se organiza en torno al vestíbulo, concebido como el espacio principal del edificio, que conecta todos los usos interiores y establece una relación directa con el entorno. Sus

transparencias y vinculación con el semicubierto norte disuelven los límites interiores/exteriores brindando una experiencia espacial que pone en valor las características del paisaje.

La lógica del sistema constructivo, tanto vertical, con los pórticos de madera laminada y los muros

laterales de hormigón revestidos en piedra; como horizontal de la cubierta, permite tomar todas las

decisiones proyectuales en conjunto y coherencia. La descomposición de las columnas junto con

las diagonales, alivianan su espesor y dejan correr las carpinterías en su separación, además de su función estructural para cubrir mayores luces. Finalmente, el intercolumnio de la galería hace una pequeña reminiscencia al bosque, pero en este caso, desde la lógica de la construcción.

Su estructura formal facilita las necesidades técnicas y de mantenimiento para edificios de estas características, mientras que los sistemas constructivos y materiales utilizados (madera, hormigón y piedra) responden a lógicas locales de ejecución y disposición.

Áreas de alojamiento y gastronomía

Se plantea en dos edificios distintos, cada uno respondiendo a una lógica particular de ubicación en el terreno. El primero se implanta en la zona más privada del sitio. Aprovechando su planta baja y dos niveles en altura, encuentra su posición en un sector que le garantiza visuales largas hacia el lago y condiciones ideales para el alojamiento y tranquilidad del visitante. El edificio gastronómico se plantea como una pieza de hormigón semienterrada a modo de “edificio mirador”. Su posición se determina teniendo en cuenta la garantía de vistas al lago desde el resto de los edificios, sobre todo de la vivienda existente. Su acceso desde el sendero principal atravesando el bosque, convierte su visita en una experiencia en sí misma, en donde el paisaje se hace presente en su balcón mirador, como si de un cuadro del Nahuel Huapi se tratara.

ARQ. CELINA M. SAVINO

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José Abel Autor

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