Aníbal Pachano: Yo soy de Tostado

Nacido en tierras santafesinas, Aníbal Pachano dialogó con ÁreaUrbana sobre sus primeros dibujos hasta ser arquitecto. Se rodeó de políticos por la profesión de su padre. Se convirtió en coreógrafo, productor y director teatral exitoso. Este año se despidió de los escenarios con “Así… Vuelvo” con entradas “a la galera” en su querida Villa Carlos Paz y una gira por Buenos Aires. 

Aníbal, ¿en qué localidad naciste?

En Tostado, provincia de Santa Fe. Era muy chiquito, tenía 4 o 5 años y jugaba o dibujaba en el patio de mi casa o en el cine de la esquina. Mi papá era una persona importante, fue jefe de toda la provincia de Santa Fe por cargo político, fue juez federal en el gobierno de Frondizi. En mi casa siempre había gente de ese ámbito.

¿Cómo eran esos días en las calles de tu barrio? 

Yo dibujaba todo el día. Mi mamá nos sacaba muy poco a la calle. Éramos medio muñecos de torta de mi vieja. Siempre estábamos a última hora de la tarde, cuando bajaba el sol. Pero durante todo el día en mi casa, en el patio. Dibujaba o jugaba en una tina de barro. 

¿A qué jugabas o qué dibujabas?

De todo. Me incentivó mi mamá. Se dio cuenta de que dibujaba muy bien y a los 5 años cuando fui a Santo Tomé, en Santa Fe, me anotaron en la Da Vinci. Empecé a perfeccionar el dibujo, sobre todo en Villa Carlos Paz.

¿Tenés más recuerdos de tu segunda ciudad?

De todas. Si me acuerdo más de Carlos Paz porque tenía 5 o 6 años. Empecé el colegio en Santa Fe. La primaria la hice en Carlos Paz. Luego me fui a Dean Funes y después Buenos Aires. 

¿Y volviste a Tostado?¿Cómo viviste volver al lugar de origen?

Sí, a los 25 años. Y después volví a los 50 cuando hice Smile y lo presenté allí.Fue divino. Encontré mi casa, las baldosas de un patio y la puerta del consultorio de mi papá que reconocí. El cine famoso donde jugaba. Fue emotivo, encontré amigos de mi papá, médicos amigos que llevaron el espectáculo y lo hicieron posible en un estadio. Era un zoom gigante. Mi hija conoció Tostado en ese momento

¿Tus padres llegaron a disfrutar tu apogeo?

Mi papá, Juan Norberto Pachano, por seis meses no me vio arquitecto. Mi mamá, Teresa Luisa Gorostidi -de origen vasco francés- sí disfrutó de Botton Tap. Vio mi cambio de arquitecto a artista con “Amapola”. Falleció en 1988, cuando teníamos seis años de trabajo artístico y cuando nació mi hija. 

Arquitecto es una de tus profesiones, ¿el dibujo en tu niñez, tuvo que ver con tu elección?

Sí. Yo hice un dibujo a los 7 años que lo tengo guardado en mi casa que la verdad ahora ni lo podría hacer. Lo describo en el espectáculo. Es un espacio interior que tiene una puerta para entrar y salir, una escalera para subir y bajar. La verdad que me impresiona cada vez que lo veo y me acuerdo del momento que lo hice en Carlos Paz.

¿Qué recuerdos de tu niñez pasan por tu cabeza hoy?

Lo digo en el final de la obra, mis viejos siempre me permitieron mantener el nene que tengo adentro y no perderlo. Y eso es lo que me mantiene con vitalidad y juventud para poder desarrollar un acto creativo. 

¿Y volvés a ser el niño de Tostado o el de Carlos Paz?

De todos. Todos los niños que he sido y me encantan. He tenido una niñez feliz.

Para cerrar, en lo profesional, estás delegando la galera, Aníbal…

No, la galera va a estar en otro lado, seguramente.

Te mantuviste firme con el tema de la controversia por hacer la obra “a la galera” en momentos pandémicos…

Pandémico y con el país quebrado. Y la verdad que a mí lo que opinen los empresarios y los compañeros de trabajo me importa muy poco porque yo me ocupo de mi empresa. No estoy mirando u observando lo que hace el otro. Hago mi trabajo puertas para adentro, genero proyectos, plasmo y realizo sin consultarle a nadie. A mí no se me tiene por qué preguntar por qué hago tal cosa. Si tenés un almacén la vas a manejar como querés. Bancando un proyecto que tiene mucho esfuerzo. Con covid, sin covid, esguinces… y el espectáculo sigue de pie. Cuando la gente explota de pie, la etapa está cumplida.

¿Cómo influye tu familia en este momento de cierre de ciclo?

Acompañan mi decisión. No ponen objeción. Con 66 pirulos (7 de marzo de 1955) tengo independencia de pensamiento y de realización de mi vida. Es una decisión clarísima: no me provoca tristeza, ni angustia, porque voy a seguir creando y trabajando en lo que tenga ganas de hacer. Simplemente estoy haciendo un traspaso, doy espacio a que la gente joven sea la protagónica. Soy la cara visible pero hay 13 artistas de primera línea que tienen voz y voto para poder mostrar y explicar por qué se dedican a este trabajo.

Por Claudia Seta

 

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José Abel Autor

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