Bahía Blanca: La ex fortaleza del sur

La ciudad lleva ese nombre a raíz de las barrancas de tono blanquecino y del color de la costa, reconocidas por el gobierno español. Poco después de la Revolución de Mayo en 1810, el sur de la provincia comenzó a recibir a criollos que se instalaban allí con fines comerciales. En los registros existe un primer proyecto de fundación en 1823, momento en que estudiaron la zona para detectar dónde era mejor establecer un puerto.

Pero ese no fue el único proyecto. El segundo sucedió un año después, cuando gobernaba el general Martín Rodríguez y los ministros de gobierno y de hacienda Bernardino Rivadavia y Manuel José García. En 1824 se publicó un valioso informe en el Registro Estadístico de la Provincia de Buenos Aires y sus datos expresaron la convicción de la factibilidad de una empresa definitiva. Rodríguez inició una campaña militar contra los pueblos indígenas y llegó a Bahía Blanca eligiendo a Vicente Casares, quien quería llevar adelante un plan colonizador. A pesar de que el proyecto parecía encaminarse, el gobernador terminó rescindiendo el contrato.

Más tarde, cuando aconteció la Guerra de Brasil y la flota de este país quiso ocupar Carmen de Patagones en el año 1827, Bernardino Rivadavia intentó impulsar otro proyecto fundacional. Y un año más tarde, exactamente el 11 de abril de 1828, la ciudad es fundada finalmente como Fortaleza Protectora Argentina por Ramón Bernabé Estomba. ¿Por qué una fortaleza? Porque desde allí cuidaban el ganado que, tanto la costa de la flota de Brasil como los pueblos originarios, ansiaban tener.

Poco a poco la fortaleza fue rodeada de población. Esto sucedió entre 1879 y 1884, una vez que la Conquista del Desierto derrotó a los indígenas. A la par, los inmigrantes empezaron a llegar a la bahía desde distintos lugares de Europa. En 1880 el censo indicaba una población de 2213 habitantes locales y 988 internacionales. Un dato curioso es que los italianos fueron tantos que hasta llegaron a ser más que los propios habitantes locales. Enseguida crearon grupos sociales y económicos muy visibles. También hubo una gran inmigración de españoles –que se adaptaron con facilidad gracias al idioma-, seguidos de británicos, irlandeses y franceses. Los británicos estuvieron relacionados con los servicios y, sobre todo, con el desarrollo de los ferrocarriles. Realizaron importantes inversiones y siempre se los consideró prestigiosos. En Bahía Blanca invirtieron grandes sumas. Ya para el 22 de octubre de 1895 Bahía Blanca fue declarada ciudad por su crecimiento poblacional.

Pero esto no fue todo. Las migraciones desde Córdoba y Santiago del Estero también hicieron lo suyo, apoyados por la organización de Ingeniero White como puerto comercial y las mensajerías que llegaban hasta Azul. No podemos omitir el hecho de la llegada del Ferrocarril Sud en 1884 y el Ferrocarril Rosario a Puerto Belgrano en 1922 que permitió que se conectaran Buenos Aires, Rosario y el interior del país. Esto se tradujo en un importante progreso económico. En 1886 es elegido Don Teófilo Bordeu como primer Intendente.

La economía creció a la par de la población y a fines del siglo XIX surgió la idea de crear una nueva provincia y que Bahía Blanca fuera su capital; pero esto no sucedió. Empezaron a aparecer casas mayoristas para abastecer al sur de la provincia y a los territorios patagónicos. Los comercios se multiplicaron en distintos rubros y en 1897 se inauguró el Mercado de Frutos Victoria, dedicado a los cueros, frutos y lanas. Fue un mercado importantísimo para el almacenamiento de los productos traídos por el ferrocarril desde la región de Cuyo. Almacenaba no sólo frutos, sino lana, cueros, plumas y cereales que luego se distribuían hacia los puertos de Bahía Blanca (Pto. Galván y Pto. de Ing. White) para la exportación o directamente al mercado interno, previo trasbordo de carga al transporte automotor (o carreta, según la época). La ciudad empieza a crecer aceleradamente. Se inaugura el Palacio Municipal y una nueva estación en el Ferrocarril del Sud. El Club Argentino y La Previsora se completan para los festejos del centenario de 1910.

En 1930 llegan las emisiones radiales estables y dos años después se inaugura la Usina Eléctrica de Ingeniero White. En 1940 los habitantes comienzan a buscar la casa propia estilo chalet que se concretará por diversos lugares de la ciudad y a distintas escalas. También cambió el escenario cultural y educativo. Abrieron el Instituto Tecnológico del Sud y la Universidad Nacional del Sud que incluía carreras no tradicionales. Comenzaron a llegar profesores y estudiantes de zonas aledañas y mermó la cantidad de jóvenes que emigraban para estudiar en otros sitios. Para los ’80 todo cambió y la ciudad que estaba enfocada en la agricultura, se volcó a la industria química y petroquímica. 

 

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José Abel Autor

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