La transformación digital de las empresas locales es un efecto colateral positivo de la pandemia. El COVID-19 aceleró tecnológicamente acciones que hubieran tardado mucho más tiempo de concretar transversalmente en todos los sectores. Estamos frente a un mundo nuevo. Nuevas tareas, nuevos actores, nuevas pautas. Aparecen cuestiones prácticas que tenemos que abordar y llevar a su justo equilibrio.
Las particularidades de nuestro país hicieron necesario atender a la búsqueda de nuevos y originales esquemas de trabajo en el campo de la vinculación tecnológica que contemplen las necesidades de los sectores de la producción y, a su a vez, complementar las capacidades digitales de un sector público para que esté a la altura de las circunstancias. Pocas veces en la historia el Estado se vio tan exigido como en esta coyuntura. Las autoridades nacionales y provinciales consensuaron un aislamiento preventivo obligatorio como metodología. Este contexto crítico e inédito puso en evidencia – una vez más- la importancia de todo lo realizado en materia de digitalización del aparato estatal y también del sector privado que hoy puede atender múltiples demandas a distancia, sin descuidar la salud de sus trabajadores ni de sus habitantes.
El rol estratégico de la vinculación tecnológica como catalizadora de recursos complementarios resignifica su vital importancia para las organizaciones ante los nuevos escenarios pandémicos y visibiliza el trabajo realizado durante los últimos años. Estamos ante un reto tecnológico, pero también de gestión organizacional. Y mientras en el mercado financiero surgen cada vez más soluciones que apuntan al manejo integral del dinero en forma electrónica para los usuarios minoristas, la demanda de las pymes por digitalizar sus operaciones sigue siendo alta. La inclusión digital afecta dimensiones centrales del desarrollo humano con la rutina del teletrabajo y las clases virtuales adoptadas masivamente como respuesta a la cuarentena. La pandemia puso a prueba la infraestructura de las redes en todo el mundo, y Argentina no ha sido la excepción. Muchas organizaciones debieron trabajar con los sistemas heredados, realizando una suerte de “arqueología del software”. El trabajo de los expertos del Centro de Desarrollo y Asistencia Tecnológica (CEDyAT) presentado para VINTECAR 4.0, expresa claramente que muchas organizaciones subestiman la complejidad que envuelve la implementación de un proceso de Transformación Digital y su impacto en el modelo de negocio y la forma de trabajar.
Mientras las empresas grandes se pueden dar el lujo de fracasar y desperdiciar la inversión de tiempo, dinero y energía, ya que tienen espaldas financieras para poder soportar estas pérdidas, las pymes no, pues dicho fracaso implica un gran impacto en su competitividad y sustentabilidad, dado que tienen recursos más limitados y valiosos. El precio de la inacción ante las nuevas tecnologías es muchísimo más alto que las recurrentes excusas planteadas por quienes se resisten a mejorar la situación. Sería impensable transitar esta pandemia para cualquier país sin el apoyo efectivo de la digitalización. De acuerdo a una investigación desarrollada por Focus Market sobre un relevamiento en 1.264 pymes a nivel nacional en el medio de la pandemia, el abanico de medios de contactos de sus clientes potenciales y proveedores se agrandó en la conformación de la participación de medios. Mientras el 33% de los contactos siguen pasando por el sitio web, el Instagram se ha convertido en una herramienta de trabajo más con 16%, relegando a Facebook al 15% del total de contacto por selección de medios. Es innegable el beneficio que genera el acceso a Internet en la prestación de servicios públicos ante la emergencia. Tal como vimos reflejados con el IFE, el ATP, la AUH y el Repro2, entre otros, a los cuales accedieron millones de personas y empresas, no hizo falta la presencialidad ni un formulario en papel. Esto resulta posible gracias a la inversión presupuestaria en digitalización realizada con anterioridad por los ministerios de Desarrollo Social, de Producción y de Trabajo; articulando con la infraestructura del Renaper, Anses y AFIP. Además, tengamos en cuenta el estudio de Accenture Personalization Pulse Check, que indica que 2 de cada 5 consumidores han abandonado una web comercial y efectuado su compra en otra plataforma o en la tienda física porque se sentían abrumados ante el exceso de opciones.
En una época en que la confianza empresarial, social y política está herida, las nuevas tecnologías ofrecen la oportunidad de reconstruir la competencia y la credibilidad. La proactividad de los organismos públicos y las comercios de todos los tamaños para enfrentar los actuales cambios determinará la capacidad de gestión eficaz de adoptar soluciones eficientes en la etapa post-COVID. Si las organizaciones tienen escasa fortaleza digital, será muy difícil o imposible alcanzar las capas sociales más necesitadas de políticas públicas redistributivas. En consecuencia, el apoyo a la digitalización es también una contribución a la gobernabilidad democrática, mejora la capacidad de respuesta institucional del Estado y de los gobiernos, promueve el ejercicio de los derechos humanos y apoya el desarrollo empresarial y la gestión de los proyectos provinciales. Lo importante es no demorar más.
FABIÁN RUOCCO
DIRECTOR EJECUTIVO DE VINTECAR 4.0 EL “PRIMER POLO TECNOLÓGICO VIRTUAL DE LA ARGENTINA” CON 50 PRESTIGIOSOS CENTROS TECNOLÓGICOS Y EL CONSEJO INTERUNIVERSITARIO NACIONAL (CIN).