El origen de la ciudad se remonta a la primera guarnición militar que se instaló al sur del actual Canal A, en la lucha contra los grupos indígenas más beligerantes. Esta guarnición llamada Santa Elena, estaba a orillas de la laguna de Las Bruscas, al noreste de la actual ciudad.
El lugar donde se encuentra la ciudad de Dolores estaba habitado por tribus de la etnia het (más conocidos como indios pampas), quienes eran nómadas y generalmente pacíficos. Desde mediados del siglo XVII, su hábitat y su cultura se vieron alterados por la invasión de los mapuches o araucanos procedentes de Chile.
Este proceso de araucanización resultó muy conflictivo para la población hispanocriolla de Buenos Aires, por eso a mediados del s. XVIII se hizo necesario ampliar un frente defensivo más allá del río Samborombón, avanzando en 1779 (luego de la creación del Virreinato del Río de la Plata) con una línea de fortines, entre los que estaba Chascomús, que progresaba en un límite impreciso de acuerdo a victorias y derrotas. La frontera estaba en el río Salado y más allá de este no se había instalado ningún asentamiento hispano, salvo la misión jesuítica de Concepción de los Pampas, en el actual partido de Castelli, abandonada en 1753.
En 1817 se crea un destacamento de frontera de Blandengues, al mando del capitán Ramón Lara, este se asienta en una guarnición militar que alojaba como prisioneros a oficiales y soldados realistas y en algunos casos disidentes de la independencia argentina. Este destacamento 1º se llamó Tagle, Las Bruscas y luego Santa Elena y estaba junto a la laguna de Las Bruscas, cerca de la actual ruta 63, a 5 km al noreste de la ciudad.
En abril de 1817 el Cabildo de Buenos Aires, designa como comandante militar y juez de paz de la zona, al capitán Pedro Antonio Paz y decide la creación de una capilla y un nuevo curato con el presbítero Francisco de Paula Robles como titular.
Estos dos, junto con Lara y un grupo de vecinos se reunieron en la estancia de Domingo de Lamadrid en Monsalvo. El 21 de agosto de 1817 acuerdan la fundación del nuevo pueblo de Dolores en unas lomas ubicadas entre la estancia Dos Talas de Julián Martínez de Carmona y la de Miguel González de Salomón. Las construcciones del pueblo eran de barro y paja y se pobló con vecinos de la zona y con el traslado de la población que vivía en la guarnición de Las Bruscas.
Desde Dolores se continuó la población hacia el sur y el este, internándose más en la pampa. La forma predominante de poblamiento fue la de las estancias, establecimientos dedicados a la cría extensiva de ganado vacuno. El principal destacamento militar fue instalado en la laguna Kaquel Huincul, cerca de la actual Maipú, y se formaron incipientes poblaciones en las regiones intermedias, especialmente en los Montes o Islas de Tordillo, en el pueblo de Monsalvo y en las cercanías de la Laguna del Vecino, cerca del actual pueblo de General Guido.
En 1821, una represión dirigida por el gobernador Martín Rodríguez malogró las relaciones pacíficas de los indígenas con los pobladores; como resultado, el 30 de abril de ese año, un malón al mando del gaucho José Luis Molina devastó el pequeño asentamiento de Dolores, y el pueblo quedó desierto.
De 1827 a 1831, Dolores fue repoblado, y en esos años se crea el Partido como división administrativa. Sus límites eran imprecisos, e incluían territorios muy extensos, desde el río Salado (Buenos Aires) hasta regiones cercanas a las Sierras de Tandil.
También cabe destacar que, años antes de la designación de la ciudad de La Plata como capital provincial, Dolores fue candidata a serlo por encontrarse en un lugar estratégico y por la importancia que había logrado con el desarrollo de sus Tribunales de Justicia y Educación Terciaria.