Ismael Goñi, Jefe Comunal de Serrano, Córdoba, es egresado en Comunicación Social y exdirector de Gobierno en la Municipalidad de Serrano. Dialogó con AreaUrbana sobre su decisión de tener un solo secretario, no cubrir otros cargos públicos bajo su mandato y su marco de campaña “austero”.
La localidad y comuna de Serrano está ubicada en la región central de Argentina, y al sur de la provincia de Córdoba. Este poblado tuvo origen tras la instalación de una estación de ferrocarril y la llegada de un inmigrante que visionó el progreso de la ciudad.
Este municipio de 4500 habitantes es pujante y la actividad económica es predominantemente la derivada de la elaboración primaria de los productos del entorno agrario, además de leche y carne vacuna.
AreaUrbana entrevistó a Ismael Goñi, jefe comunal de Serrano, quien contó detalles de la vida cotidiana en este bucólico pueblo cordobés.
¿Cómo puede definir la actual situación social y económica de Serrano?
Serrano no es una isla y sufrimos la explosión del contexto nacional. Dentro de todo, es un pueblo pequeño de mucha producción, que tiene metalúrgicas, queserías, alrededor de cuarenta tambos, una industria muy grande que vende carne de cerdo, y se genera mucho trabajo. Está ubicado en un lugar muy productivo del país, en la zona sur de la provincia de Córdoba, dentro del departamento Roque Sáenz Peña, y la ciudad cabecera es Laboulaye, en la intersección entre la ruta 27 y la ruta 4. Es muy fuerte también la producción agrícola – ganadera, más allá de ser un pueblo pequeño.
Otra cosa para destacar es que nada está tercerizado y se hace todo desde el municipio, que tiene doce áreas distintas. Aunque la situación es difícil, aún aquí podemos vivir medianamente bien. Sin embargo, no escapamos a la situación de la Argentina y también vivimos la problemática de que la moneda cada vez vale menos, y hay muchas personas que viven de un sueldo que hoy no les alcanza. El asalariado ya la está pasando mal, como en el resto del país, porque los sueldos quedaron muy atrás respecto a la inflación.
¿Cómo afecta a su municipio el panorama económico del país y el recorte de obras públicas?
Nosotros con el ingreso que tenemos, sobre todo desde la provincia con la coparticipación, estamos pagando a los 190 empleados municipales de nuestra planta y pagamos los gastos corrientes que tiene el municipio. Por ejemplo, tenemos un hospital muy grande que tiene unos 50 empleados, guardia activa y otros servicios. El mayor ingreso que tenemos es la coparticipación provincial y con eso pagamos los sueldos, aguinaldos y otros gastos. Podemos decir que somos eficientes y si tratamos de optimizar todos los recursos estimo que podemos encarar obras públicas. Hoy no tenemos esa posibilidad por eso hay que ajustarse mucho en cualquier costo o gasto que tengamos.
Usted fue famoso porque declaró que no tendría planta política y nombraría a un sólo funcionario tras ganar las elecciones ¿Cómo es eso?
Es así. Voy a tener un solo secretario de Finanzas y no voy a cubrir otros cargos como el secretario de gobierno o del Desarrollo Social. Voy a tener funcionarios en cada una de las áreas, un gran porcentaje de ellos, eran empleados que ya están trabajando en el municipio. Lo cierto es que asume un solo secretario y es el sueldo que le sigue al intendente, que es un sinónimo de ministro para un gobierno provincial. Hay que optimizar los recursos de nuestro municipio. Entendemos que la política debe dar una señal de austeridad y de humildad.
¿Por qué cree que fue electo como intendente? ¿Qué vio la gente en usted?
Nosotros fuimos a las elecciones con un partido totalmente independiente. Para que se den una idea gastamos solo 250 mil pesos en toda la campaña, monto que incluía la impresión de las boletas. En Serrano hubo cuatro candidatos y nosotros fuimos elegidos por un 60 por ciento de los votos, que fue histórico por la cantidad de sufragios que hemos obtenido. La gente valoró la austeridad de nuestra campaña y que recorrimos la calle escuchándolos. Hemos sido la opción de cambio que los vecinos pudieron visualizar y que el pueblo necesitaba. Trabajamos muy bien captando la necesidad y transformando esa escucha en una plataforma política, sabiendo cómo llegar al ciudadano. Recibimos mucha ayuda y donaciones por parte de la gente en el marco de una campaña austera.
¿Cómo es tu trayectoria política? ¿Desde joven militaba en política o cómo empezó esta pasión?
Nací y me crié en Serrano. Hice el jardín de infantes y el secundario en la escuela pública de nuestro pueblo. Vengo de una familia muy humilde, mi papá falleció cuando tenía 14 años y mi madre, siendo portera del colegio secundario, nos crió a mí y a mi hermano menor. Como en nuestro pueblo no había secundario tuve que concurrir a una escuela dependiente del Obispado de la Ciudad de Río Cuarto, en Córdoba, y luego también cuando terminé el secundario estudié Comunicación Social en la Universidad Nacional de Río Cuarto y seguí trabajando allí unos años más en mi profesión. En esa época tenía cuatro trabajos a la vez ya que más que ejercer la profesión necesitábamos un trabajo para poder vivir.
A los 26 años fui convocado por el cura e intendente de la localidad de Serrano, Gabriel Rodríguez Martina, durante su gestión 2015-2019 para ser su director de Gobierno y ahí formamos un espacio constituido por un grupo de jóvenes, y en 2023 nos empezamos a reunir de manera presencial. En esas juntadas comenzamos a plantear quién podría ser el candidato dentro de ese espacio y fui elegido como tal, para participar en las elecciones. Yo no había militado anteriormente en la universidad, pero como todo joven me gustaba participar. Ya desde el colegio participaba en la cooperadora y en las instituciones en las que iba pasando. Soy de los que creen que hay que devolver a las instituciones la formación que recibimos.
¿Cómo compatibiliza su vida personal con la política?
Estoy en pareja con una mujer, que tiene mi misma edad y es médica neuróloga. Ella me acompaña viviendo conmigo en Serrano. Tenemos un hijo que cumplió un año y sinceramente no es fácil, porque hay días que estoy desde las 7 de la mañana hasta la noche en la municipalidad resolviendo problemas. Y uno es padre, es pareja, y siendo intendente de un pueblo mediano como el nuestro significa tener un contacto directo con la gente, y sin filtro. Por ejemplo, me llaman por distintos problemas, desde un perro que salió a atacar a alguien que estaba caminando por la calle, porque el regador no pasó por una calle, o un ministro para que vaya a una reunión urgente a la Córdoba Capital. Hay que resolver situaciones desde lo más simple a lo más complejo.
Todo el pueblo tiene mi número de celular y hay una relación muy directa entre el intendente y el vecino, porque soy uno más. El ser intendente no me ha cambiado, sigo teniendo el mismo auto que hace ocho años que no puedo cambiar. Vivo siempre de la misma manera y soy uno más en Serrano. Con el sueldo de intendente puedo sobrevivir.
Mi esperanza es ver a mi pueblo mejor, ver que nuestros hijos elijan vivir aquí porque encuentran la mejor oportunidad de vida y futuro. Argentina es un país con muchas localidades, muchos municipios y hay que trabajar mucho para que el discurso del federalismo no sea solo palabras bonitas sino trabajar para que haya federalismo de verdad. Es muy difícil para las localidades pequeñas poder gestionar, porque es muy poca la tasa que se cobra y aunque son muy bajas, mucha gente no las puede pagar.
¿Se ve en algún cargo provincial o nacional dentro de algunos años?
La verdad es que hoy no. Yo quería ser intendente de Serrano, porque lo siento y lo quiero. Cuando tengo un tiempo libre me junto con alguien y hablamos de cómo podemos mejorar nuestro pueblo que fue muy pujante. Tenemos una historia hermosa, desde la cultura y la educación. Fuimos fundados por belgas, que quizás fueron los únicos que pasaron por acá, porque hay muchos italianos y españoles también, y crearon colegios que tienen más de 100 años. Instituciones que hasta el día de hoy siguen siendo grandes para Serrano y esto denota una gran visión de los fundadores. Tenemos varias instituciones. Algo para destacar es que, por ejemplo, el Concejo Deliberante de la localidad trabaja ad honoren y creo que es uno de los pocos en el país. Solo cobra el intendente y los que trabajan en el municipio. Resumiendo, lo que pretendo en algunos años es seguir involucrado en política para ver mejor nuestra patria chica, nuestra tierra, porque nacimos de ella y queremos dejar el mejor legado para nuestros hijos.
¿Piensa quedarse en Serrano una vez terminada su gestión?
Siempre digo que nací y voy a morir en este lugar. Sin embargo, no puedo adivinar que voy a hacer en el día de mañana porque hoy por la dinámica de la vida, el trabajo, la economía, y la familia, no podría asegurar que me voy a quedar aquí, ya que es importante el tema laboral también. Por ejemplo, la vez anterior cuando salí del municipio tuve que salir a buscar un trabajo y terminé en la Legislatura Provincial en Córdoba Capital. Antes de entrar al municipio trabajé en una inmobiliaria, en una radio, en una sodería acá en el pueblo, así que hice de todo y no le esquivo al trabajo. Soy de los que creen que el futuro es muy dinámico y todo cambia de manera constante.
¿Cómo describiría a Serrano e invitaría a la gente para que los visite?
Primero decir que Serrano es un pueblo muy prolijo. Acá el municipio corta hasta el pasto que crece en las veredas. Uno camina por las calles del pueblo y no ve papeles tirados o basura. En cuanto a los espacios verdes, tenemos los más lindos del país. Es tranquilo, no hay robos, podemos dejar las bicicletas en las veredas sin candados, por ejemplo. Los chicos van al colegio caminando solos sin peligros.
Por otro lado, al haber tanta producción hay trabajo en las empresas, en las zonas del campo y es un lugar donde si alguien necesita algo porque la está pasando mal, los propios habitantes le dan una mano porque somos solidarios. Hoy hay tres loteos privados que están a la venta y tiene una proyección de expansión muy grande. Serrano abre las puertas a todas las personas de bien que quieran instalarse y hacerlo grande. Todos son bienvenidos.
JOSÉ A. LEMOS
