Beatriz Busaniche preside la Fundación Via Libre, una entidad sin fines de lucro que busca alertar sobre los desafíos tecnológicos de esta época. En este caso explica por qué se considera al voto electrónico como un enemigo de la transparencia en la votación.
¿Cómo y por qué surge la Fundación?
La fundación Vía Libre es una organización sin fines de lucro que nació formalmente en el año 2000, en la ciudad de Córdoba. Empezó trabajando los temas vinculados a las políticas públicas ligadas a la adopción de tecnología, en particular al software libre. Ese fue nuestro orígen, pero con el correr del tiempo empezamos a ampliar nuestra agenda y abordamos temas que los englobamos en la misión de proteger los derechos de la ciudadanía en entornos mediados por tecnologías de la información y la comunicación. Desde aquel entonces, más de 16 años, empezamos a trabajar en la discusión pública sobre voto electrónico. A todos nos preocupaba, por eso nos metimos en ese tema. Principalmente porque nuestra organización viene del campo técnico, la mayoria de la gente que integra la fundación viene del campo técnico. Veíamos con gran preocupación un “romanticismo” vinculado con la adopción de esta tecnología sin que nadie estuviese dando la tónica en términos de atención y cuidado con lo que se plantea. Especialmente poníamos atención en la vulnerabilidad, los puntos de ataque, puntos críticos en términos de auditoria y demás.
¿Y cómo trabajaron puntualmente en ese tema?
La primera acción vinculada con voto electrónico que tomamos se remonta al año 2003, donde fue la primera experiencia de voto electronico en la Argentina, que fue en el municipio de Ushuaia. En ese momento comenzamos a prestar atención al tema, ya que muchos lo presentaban como algo inexorable. Algunos colegas de Ushuaia nos pidieron apoyo, información y datos. Desde aquel entonces comenzamos a trabajar más fuerte este tema.
Después hubo otros casos, como el del municipio de Pinamar. Otro que seguimos muy de cerca, de hecho lo documentamos, es el caso de San Antonio Este (Las Grutas 2006-2007). Lo que sucedió en Las Grutas fue uno de los principales casos de fracaso del sistema, fue tan aberrante el resultado que el mismo Concejo deliberante que había aprobado la ordenanza derogó la misma, además de pedirle disculpas a la ciudadanía. Fue un papelón.
¿Por qué ha dicho en algun momento que el voto electrónico va a contramano del mundo?
Basicamente es lo que dicen los datos concretos. De hecho, yo he marcado muchas veces que hubo una oleada fuerte de avance hacia el voto electrónico en el mundo a principios de los 2000. Pero tecnologías de voto electrónico existen desde hace más de 40 años. Lleva mucho tiempo el tema en el mundo. Hay que reconocer que hubo un momento de incorporación, cunado lo implementa Brasil, Holanda, Bélgica, Alemania, Estados Unidos, entre otros países. Pero esto está justamente en retroceso, ya que buena parte de los países que lo habían adoptado lo han dejado de usar. Han vuelto a votar en papel. Creo que los casos emblemáticos son los de Holanda, Alemania y Austria, ya que allí se uso y se abandonó por distintas razones. Tanto en Austria como en Alemania por fallos de inconstitucionalidad de sus respectivos tribuanles superiores de justicia.
Nota publicada en AreaUrbana 60