Guillermo Martínez : Yo nací en…Bahía Blanca

Nacido en 1962 en Bahía Blanca, el escritor y doctor en matemáticas Guillermo Martínez ha publicado novelas (Acerca de Roderer, Crímenes imperceptibles, La muerte lenta de Luciana B., entre otras), ensayos y libros de cuentos. Su obra recibió numerosos premios, y el Concejo Deliberante bahiense lo reconoció en 2008 como ciudadano distinguido. Vive desde 1985 en la ciudad de Buenos Aires.

¿Cómo recordás a la Bahía Blanca de tu infancia?

Es un recuerdo muy diferente de lo que puede ser hoy la infancia en Buenos Aires, sobre todo por la posibilidad de caminar libremente por la ciudad desde muy chico. A mis 7 años, ya iba caminando al colegio, al teatro municipal para aprender guitarra, al club Olimpo. Todos los niños pasábamos mucho tiempo en la calle, y eramos parte del paisaje de Bahía Blanca. Además, teníamos la posibilidad de hacer muchos deportes varias veces por semana.

Tu padre fue clave en tu acercamiento a la literatura, ¿cómo la fomentó durante tu niñez?

Mi papá y mi mamá nos leían muchos cuentos y compraban colecciones de libros, como la Polidoro, la Robin Hood. Yo era socio de la biblioteca Rivadavia, adonde iba muy seguido a retirar cuentos. En mi casa, la lectura era una de las actividades cotidianas. Mi papá nos reunía los fines de semana a los hermanos, nos leía un cuento y nosotros teníamos que hacer una redacción a partir de ese cuento. Y nos calificaba en varios ítems: originalidad, composición, redacción, ortografía y prolijidad.

¿Tus hermanos también quedaron vinculados con la literatura?

Sí, mi hermana es profesora de Letras y periodista, y uno de mis hermanos es bibliotecario.

Tu adolescencia transcurrió durante la última dictadura, ¿sufriste el clima de esa época?

Sí, vivimos con mucha preocupación en mi familia porque mi papá y mi mamá fueron echados de la universidad. Además, a mi papá lo expulsaron bajo una cláusula peligrosa para su integridad, que era la cláusula que se aplicaba a los supuestos subversivos. Él tuvo que hacer un juicio para que le quitaran esa imputación, que lo exponía a ser un blanco de la Triple A. Recuerdo que poníamos unas chapas todas las noches en el portón de mi casa por temor a una bomba. Mi padre y mi madre sufrieron problemas económicos, tuvieron que reconvertirse laboralmente. Fue una época oscura.

 

Nota publicada en AreaUrbana 65

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José Abel Autor

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