Pachu Peña: Yo soy de… Rosario

Si por algo es conocido Pachu Peña es por hacer reír a todos con sus participaciones en la televisión argentina. Humorista hasta la médula, y también actor, este rosarino en auge ahora también se animó a bailar La academia, el programa de Marcelo Tinelli.

¿Qué recordás del barrio de tu infancia?, ¿Cómo era vivir en Rosario? 

Nací en Rosario, donde viví hasta 1993, momento en que con Pablo nos instalamos definitivamente en Buenos Aires. Los mejores recuerdos de mi infancia en Rosario pasaban por recorrer la ciudad de punta a punta, ir al Parque de la Independencia a jugar, a la calesita, al Parque Urquiza. Tengo miles de recuerdos, como ir a la pileta del club. Yo nací en el Sanatorio Plaza, en la calle Dorrego. Con mis padres, abuela y hermanos vivimos en la parte céntrica, sobre la calle Presidente Roca, entre Montevideo y Ceballos, a una cuadra de Pellegrini. Conocí la ciudad de punta a punta, y la extraño, pero bueno en Buenos Aires -dentro de todo- estamos cerca. He ido y vuelto por un día y me cuesta porque no puedo terminar de disfrutar y de ver a todos mis amigos. Hoy hablamos mucho por Instagram y WhatsApp. Cuando voy siempre me comprometo a visitarlos, pero finalmente voy por dos días y solo veo a mis hermanos.

¿Qué extrañás más de aquellos momentos?

Extraño pararme en una esquina del centro y cruzarme con todos mis amigos, tomarme un café y organizarme para comer un pescado o un asado a la noche. En Buenos Aires todos están en su mundo. Rosario mantiene esto de la amistad. Mis amigos se juntan todos los jueves a comer un pescado, y a veces miro las fotos y digo: “qué bronca que no puedo estar ahí”. Es cuestión de decir hoy no trabajo ni ensayo para ir y estar con ellos, porque la verdad vale la pena. La vida pasa muy rápido y son momentos que no me quiero perder.

¿Cómo era tu casa de Rosario y cómo te divertías?

Cuando era muy chico, mi viejo trabajaba en una fábrica militar en Fray Luis Beltrán, cerca de Capitán Bermúdez, entonces vivíamos por ahí. Luego nos fuimos al centro, a la calle Presidente Roca. Vivía con mis dos hermanos mayores y mis viejos y abuela que ya fallecieron. Una casa enorme y antigua de dos pisos, con altillo, alcoba, sótano, balcones, patio y muchas habitaciones, cerca de la cancha de Newells. A veces nos íbamos a ver los partidos de noche. Y cuando nos quedábamos en la casa, depende cómo pegaba el viento, llegábamos a escuchar a la gente en la cancha. Recuerdo que de chico iba a comprar Carlitos (un tipo de sándwich de miga con jamón y queso, típico de Rosario) y pizzas a Avenida Pellegrini. ¡Amo los Carlitos, los amo y extraño! Y cuando voy, no paro de comer. Mis hijos también aman Rosario y siempre quieren ir. Mi segundo hijo a la hora de comer, siempre me decía: “quiero comer Jorgitos”, confundiendo su nombre (se ríe).

¿A qué edad viniste a Buenos Aires y por qué? 

En 1993, cuando tenía 28 años. Vine a trabajar a Videomatch, pero en 1992 -un año antes- hacíamos unas cámaras ocultas y algo de humor con Pablo Granados para Hacelo por mí, el programa de Mario Pellegrini. Después Pablo sacó el disco de la banda Macaferri & Asociados, donde cantaba, y algunas canciones las habíamos escrito juntos. Esos temas se hicieron conocidos, y la discográfica arregló para sacar el disco a nivel nacional con Telefé. Después Pablo cantó en Ritmo de la Noche y llevó las grabaciones que habíamos hecho en Rosario. Gustaron y cuando contrataron a Pablo para hacer humor, me vieron en unos videos. Claudio Villarruel, que en ese momento era el productor y armaba el programa con Marcelo Tinelli, comentó: “el de bigote es muy gracioso, que se venga también. El de bigote era yo. Vinimos a probar un par de notas y en el 93 me mudé. LLamé a un amigo que vivía en Buenos Aires, le pregunté si podía quedarme una o dos noches en su casa, y me terminé quedando dos años (se ríe). Pero era respetuoso, cuando lo visitaba alguna novia, yo me iba a otra parte.

¿Cómo fue la mudanza a Buenos Aires? ¿Te costó? 

El salto fue muy grande. Yo venía seguido a pasear, porque como ciudad me fascina. Me sorprende, tiene de todo y en una época había planes para todas las noches. Sentí ese cambio del tránsito y la gente acelerada, pero me adapté. Salía a comer afuera porque no soy de cocinarme y empecé a descubrir la ciudad. ¡Mirá que hace muchos años que estoy y todavía la sigo conociendo! Mi primer barrio fue en Arenales y Callao, en Recoleta. Un lugar muy lindo, justo en una esquina. Me gustaba Buenos Aires en enero, cuando no había tanta gente en la calle. Andaba por San Telmo y entraba en galerías de antigüedades. Palermo, Barracas, Belgrano son lugares increíbles. Cada distrito tiene sus encantos. Algo que me gusta de la gente de Buenos Aires es que habla muy bien de Rosario.

¿Cuánto tiempo demoraste en dedicarte al humor? ¿Alguna vez lo habías imaginado?

Tenía un sueño lejano, pero lo veía imposible. De chico miraba mucha televisión, era mi entretenimiento. También jugaba a la pelota y al rugby. Había programas de humor y yo quería estar ahí. Se me dio y no lo podía creer. Siempre tengo los pies sobre la tierra. Un día estás allá arriba, otro no, pero disfruto mucho de lo que hago. También me encantan la radio y el teatro, pero dame la tv. A pesar de que cambió la manera de ver televisión, de que bajaron los ratings y que la gente busca los momentos más graciosos, amo estar ahí. Y en este sentido, Tinelli es un gran conductor, la maneja de taco, y yo le tengo un cariño enorme. Ahora que me voy a reencontrar con él en La academia, va a ser una sensación rara. Cuando me presente se me va a poner la piel de gallina, va a ser una sensación muy extraña. Tengo muy buena relación, lo quiero mucho y él a mí. Son como esas novias que las ves cada tanto y te siguen generando cariño.

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José Abel Autor

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