Pinamar pone en valor las playas

Por RODOLFO REY BLANCO

En conversación con Martín Yeza, Intendente de Pinamar, dialogamos sobre proyectos que buscan mejorar y modernizar los espacios públicos, promover estilos de vida saludable, generar fuentes de trabajo y atraer inversiones privadas. Además, buscan integrar las diferentes localidades y facilitar la vivienda y estadía de vecinos locales y turistas.

Desde su independencia de General Madariaga, en 1978, el partido de Pinamar se consolidó como uno de los centros turísticos más visitados del país. Se compone de cuatro localidades principales: Pinamar, Cariló, Valeria del Mar y Ostende y tiene una población estimada de 45 mil habitantes, según el sitio oficial del gobierno de Pinamar. Luego del gobierno de cinco intendentes en poco más de una década, Martín Yeza-que entonces tenía 29 años- asumió como nuevo líder político a fines de 2015. Mientras cursa su segunda gestión, se enfoca en un crecimiento sostenido a nivel estructural, social y turístico.

¿Qué significó ser elegido como el intendente más joven de la provincia en ese momento?

Cuando los pinamarenses me votaron no sabía por qué habían elegido a la persona más joven cuando tenían otros 19 precandidatos. Pero luego entendí que la razón era que nuestro partido había hecho una campaña política personalizada, yendo casa por casa; no habíamos presentado propuestas sino un equipo. No dijimos lo que íbamos a hacer, sino con quién y eso se valora mucho en estas escalas poblacionales. Armar un equipo representa un desafío, es importante el método, el proceso y la participación de la ciudadanía. Pero también es fundamental entender que nos votan para producir cambios, que a veces pueden generar resistencias y discusiones. Al principio la pasé mal y cuando comenzamos con el proyecto de renovación del frente marítimo, hasta recibí amenazas. 

En este sentido, ¿Cuáles fueron los mayores retos que enfrentaste?

Llevar adelante la obra del frente marítimo era un tema que dividía aguas. Todos creían que era necesario, pero muchos pensaban que era una pérdida de tiempo y energía. Veían a un pibe de 29 años que quería hacer una obra que había sido demorada por cinco décadas. Me tuve que enfrentar a muchas personas, a políticos y también entender qué valores buscábamos y cuáles eran las peleas necesarias en las que debíamos participar. Entonces empezamos a pensar en la impronta que queríamos darle a la ciudad. Un punto clave fue reconocer que Pinamar estaba mal y que necesitaba que tomáramos medidas y decisiones. Queríamos hacer algo nuevo en la playa, mejorarlos espacios públicos, desarrollar balnearios de vanguardia, recuperar el sector costero, traer nuevos inversores y generar más propuestas y fuentes de trabajo. Desde que empezó mi gestión redujimos 40 mil m2 de construcción costera y recuperamos 100 mil m2 nuevos de playa pública. Como consecuencia, los balnearios triplicaron su facturación con 1/5 de su tamaño. 

¿En qué consiste la renovación del frente marítimo?

Si bien en 2009 se tomó la decisión de tirar abajo los 46 balnearios de hormigón que había en Pinamar, las renovaciones posteriores siguieron siendo precarias. Entonces, cuando asumí como intendente decidí que había que demoler todo. Para fines de 2017 el frente marítimo estaba renovado casi por completo, salvo por cuatro balnearios. Las nuevas estructuras se hicieron sustentables, de madera, elevadas del piso y con un acondicionamiento de 350m2. Además, incluimos un sistema de control para no utilizar el espacio que hay debajo de los balnearios como depósito y recuperamos grandes volúmenes de arena. Por otra parte, invertimos 20 millones de pesos en enquinchados con el fin de regenerar los médanos costeros y reconstruir el primer cordón. En la actualidad se están realizando 10 pasarelas peatonales elevadas desmontables en madera y materiales reciclados para no interferir en la dinámica costera y que representan una inversión de unos $6.500 millones. También se restringieron los sectores de acceso vehicular a la playa y se acondicionaron las bajadas náuticas.

 

¿Cuáles fueron las primeras obras que se hicieron durante tu gestión?

En principio hay que entender que Pinamar y Cariló junto con Villa La Angostura, tienen el m2 más caro de la Argentina. De las cuatro localidades que tengo, dos están en el top 3. Es decir que quienes tienen una propiedad en las zonas turísticas son parte del 5% más rico del país. Pero en esos mismos lugares también viven personas laburantes o que están desempleadas. Cuando pensamos en obras nuestro trabajo es encontrar la forma de que todos ellos convivan y que estén conformes. Por eso buscamos constantemente que el partido tenga una dinámica equilibrada, buenos niveles de desarrollo y una inversión económica transparente. Por todo esto, en 2016 hicimos la mejor plaza del partido en Ostende, la localidad que tiene mayores necesidades y donde vive el 50% de la población. Anteriormente en ese lugar había un baldío donde se juntaban pibes a vender drogas y era un depósito de motos y artefactos robados. Fue una obra de 6.600 m2en el corazón de la ciudad y la primera de las 14 plazas que hicimos después. La etapa inicial tuvo una inversión de casi $15 millones. 

¿Con qué otras obras pudieron avanzar?

Cuando asumí, el 90% de los habitantes de Ostende no tenía acceso al agua corriente y a la Avenida Víctor Hugo, que es la principal y con más actividad económica de la ciudad. Esta avenida no tenía veredas. En principio desarrollamos la infraestructuranecesaria para que los ciudadanos pudieran conectarse a la red a través de un método más amigable que protege nuestra fuente de agua dulce. Con una inversión de casi $20 millones se armó un sistema que tiene 12.000 beneficiarios actuales y una proyección para abastecer a casi 20 mil habitantes hacia 2037.Y también lanzamos un concurso de proyectos para mejorar laavenida.En ese momento decidimos llevar los mayores presupuestos a los lugares con más necesidades. En 2017 se hizo el relevamiento y la obra se llevó a cabo un año después, con una inversión de más de $50 millones. Antes de eso, las personas caminaban directamente por el asfalto junto con los vehículos, y hoy esa avenida tiene las mejores veredas del partido. Esta obra fue parte de un programa social que colaboró con la integración de las localidades y que también incluyó el acondicionamiento de un playón deportivo para que los chicos y chicas que callejeaban fueran tres veces por semana a practicar fútbol. Además estamos drenando el agua de las calles que luego llevamos a espacios de absorción, debido a que la topografía de Pinamar genera problemas pluviales. Y, dado que estamos en una zona donde hay mucho verde y espacios públicos, sacamos el agua de las calles y veredas que impide la circulación y realizamos espacios inundables o Rain garden que se aprovechan para la vegetación. 

¿Cómo se financian las obras?

Con fondos municipales, nacionales y provinciales. Mientras que los últimos dos se utilizan para invertir en infraestructura hidráulica todo lo que es revitalización del espacio púbico y veredas corresponde al municipio. En el caso de que hagamos obras de espacio público que tengan sentido de hábitat o involucren actividades sociales (y no solo cuestiones estéticas) también podemos utilizar fondos de Provincia o Nación. Las ciclovías, veredas y peatonalización de la Avenida del Mar se hicieron con fondos municipales. 

¿Cuáles son los montos que manejan?

Los montos varían, puede haber obras pluviales de 2 millones o de 12 millones de pesos, dependiendo de la escala, la cantidad de metros, los materiales, los artefactos eléctricos (que están dolarizados) y el tipo de trabajo. La obra de una escuela tiene un monto distinto a la de un centro cultural o polideportivo. Por ejemplo, mientras que la obra de Avenida del Mar costócasi 20 millones de pesos, la conexión de las bicisendas en el casco céntrico de Pinamar fue de un poco menos de 10 millones. Nuestro trabajoes rediseñar la obra según el presupuesto disponible. Durante mi primera gestión se llevaron a cabo 110 proyectos de obra pública y, en la segunda, se hicieron 20 obras de cuencas y alrededor de 20 obras públicas (plazas, aulas, ciclovía y hospital). 

¿De dónde se obtienen los fondos municipales?

El fondo de infraestructura municipal se nutre del pago de tasas de los vecinos y comprende la inversión en cuestiones que son prioritarias. En cambio, para los trabajos que son más opinables se utilizan instancias participativas. Estas reuniones las podemos hacer porque tenemos una escala poblacional que lo permite. En muchos casos, son los mismos vecinos quienes nos plantean sus necesidades. Si bien la participación ciudadana parece un concepto abstracto, en nuestro partido es algo real y concreto. Los vecinos nunca plantean algo irreal o no realizable, interpelan todo el tiempo a los funcionarios y participan en las obras. Y, aunque nosotros hacemos propuestas, hay muchos grupos interesados que nos llaman permanentemente. En Cariló y Pinamar, sobre todo, existen actores sociales y empresarios que son conscientes de que una peor calidad en el partido puede afectar su negocio. 

Durante el último año hubo mucha obra privada…

Entre julio de 2020 y julio de 2021 hubo un incremento del 164% en obra privada. Lo positivo de este tipo de inversión es que termina generando un efecto contagio. En la actualidad no existen estudios de arquitectura, constructores o mano de obra que no tengan tiempo de espera. Por eso, hay obras muy grandes que traen los equipos de trabajo de Buenos Aires porque acá ya están todos contratados. Durante la pandemia, cuando la construcción estaba frenada en un 100%, tuvimos manifestaciones frente a la municipalidad pidiéndonos que agilizáramos las obras. Pero como esa decisión dependía de la Jefatura de Gabinete de la Provincia, y no del municipio, tuvimos que demostrar que nos preocupábamos por los residentes. Entonces hablamos con los concejales para encontrar la forma de incentivar la construcción. Como consecuencia, se hicieron ordenanzas de exención en el pago de los derechos de construcción y se armó un proceso de digitalización para agilizar el proceso de las presentaciones. También tenemos un proyecto para urbanizar 26 hectáreas de propiedad municipal donde se construirán unas 1.400 viviendas. Un poco más de la mitad del área se destinará al uso residencial y el resto se utilizará para una reserva urbana y espacios verdes. Además, la propuesta incluye usos administrativos, comerciales, culturales y educacionales; entre otros. También estamos trabajando en un centro de atención a la víctima, reformas en el club Nuevo Amanecer (de presupuesto participativo), accesibilidad, arreglos y mejoras en aulas y escuelas, el skatepark, habitaciones renovadas y otros arreglos en el hospital, el polideportivo, iluminación LED, dársenas de estacionamiento y garitas.

¿De qué otra forma afectó la pandemia al municipio? 

Por un lado, se mudaron alrededor de 1.200 familias al partido. Y a nivel estructural fue un cambio positivo porque pudimos impulsar la movilidad sustentable y mejorar los paseos peatonales. Anteriormente había un uso indebido y desvalorización del espacio público. Cuando comenzó la pandemia notamosque la gente se estaba cuidando en los espacios privados, pero no en los públicos. Entonces, en vez de cerrar la ciudad decidimos cerrar algunas calles del centro. Por normativa ya no se puede estacionar del lado derecho y, en cambio, usamos ese espacio para armar 13 cuadras de ciclovías. Compramos delimitadores, reordenamos el centro, multiplicamos el espacio para personas con discapacidad y establecimos órdenes para la carga y descarga de loscamiones. 

¿Qué podrías comentarnos del proyecto de las ciclovías y la Avenida del Mar?

La primera etapa del Plan de Movilidad Sustentable tuvo un monto inicial de casi $10 millones y tiene como fin conectar todas las localidades del partido a través de ciclovías y/o bicisendas y materializar un circuito exclusivo de ciclistas en la zona céntrica de Pinamar. Esto fomenta la movilidad saludable, disminuye la aglomeración en el transporte público y reduce la emisión de gases nocivos para el medio ambiente. Asimismo, la primera parte de la Avenida del Mar contó con un monto oficial de casi $20 millones. Se trata de un espacio peatonal de 4km y medio de longitud y 5 metros de ancho, en promedio, en el borde físico entre la ciudad y el mar. Hasta la fecha se construyeron 700 metros desde Av. Bunge hasta Eolo, que es una zona de alta concentración. En este sentido, la Secretaria de Planeamiento, Vivienda y Hábitat tiene los pliegos preparados para extender las obras que dependen de fondos y aprobaciones. En la actualidad los espacios de estacionamiento vehicular y la circulación no son eficientes ni sustentables, por eso este proyecto permite que peatones y ciclistas puedan trasladarse y acceder a la playa de manera segura. 

¿Cómo se preparan para recibir al turismo en verano y cuáles son las expectativas?

Sabemos que será una temporada muy buena. Tenemos reuniones permanentes y seguimos trabajando con el tema del protocolo. Desde la Secretaría de Planeamiento se están haciendo obras sobre el espacio público antes de que llegue el verano que beneficien tanto a los locales como a los turistas. El año pasado se inició la primera etapa del Pabellón Sanitario del Hospital de Pinamarcon un monto de $5.5 millones. Se trata de una nueva ala del edificio donde se aumentó la superficie de atención que también está habilitada para internar pacientes, en caso de que lo requieran en el contexto de pandemia. Además, las obras de movilidad sustentable también apuntan a los habitantes locales y a los visitantes porque para que los turistas estén bien tenemos que invertir en las personas que los atienden. En medio de todos los problemas de la Argentina, creemos que es posible construir la ciudad que nos imaginamos.

 

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José Abel Autor

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