El secretario de Planificación, Infraestructura y Ambiente de la ciudad de Mendoza, Mario Isgró, comentó los detalles del Plan de Renovación Urbana, la iniciativa más ambiciosa del gobierno local, y elogió el trabajo en conjunto con el Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda de la Nación.
El arquitecto Mario Isgró transita, a sus 49 años, su primera experiencia en la gestión pública y también en la arena política. Antes de que el intendente de Mendoza, el radical Rodolfo Suárez, lo incorporara en enero de 2016 a su gabinete, Isgró ejercía su profesión en un estudio de arquitectura, del que era socio junto con un amigo. Su debut en el ámbito público fue con la 10 en la espalda: Suárez le concedió la Secretaría de Planificación, Infraestructura y Ambiente, una cartera central del gobierno local que tiene a su cargo la ejecución de 1200 millones de pesos para 2018, lo que representa cerca del 60 por ciento del presupuesto total del municipio. Un alto porcentaje de ese caudal de fondos está destinado a la iniciativa más ambiciosa del gobierno de la ciudad de Mendoza, el Plan de Renovación Urbana.
En una entrevista con AreaUrbana, Isgró se mostró entusiasmado con los logros alcanzados durante sus dos años y medio de gestión, brindó un panorama del estado actual de la capital mendocina y elogió a varios funcionarios del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda de la Nación, por el apoyo técnico y financiero para el desarrollo de diversos proyectos.
–¿Cuál es su balance de gestión?
–Nuestro trabajo se basó en un eje planteado por el intendente Rodolfo Suárez, llamado Plan de Renovación Urbana, cuya razón de ser la planificación de obras que respondan a un mismo fin: la puesta en valor del espacio público. La ciudad de Mendoza está circundada por otros cinco municipios, y conformamos entre los seis un área metropolitana de 1 millón de habitantes. De ese total, 125 mil personas viven en la ciudad, pero ingresan diariamente en la ciudad cerca de 750 mil. Entonces, la ciudad contiene durante gran parte de los días hábiles a casi toda la población de la metrópolis. Por ello, Mendoza debe ser una ciudad pensada no solo para quienes viven en ella sino también para quienes trabajan en ella o la visitan. Esa idea se plasma en el Plan de Renovación Urbana. En 1961, éramos 110 mil habitantes en la capital: no hemos crecido casi nada en 60 años a nivel poblacional. Esa situación demográfica es consecuencia de que muchas personas se fueran a vivir a la periferia de la ciudad, en barrios cerrados de distintas categorías. Ya son varias las generaciones que han elegido vivir en ese tipo de urbanizaciones, y la proporción de barrios cerrados que tiene el Gran Mendoza respecto de otras provincias es muy alta. La idea es que la gente vuelva a elegir vivir en la ciudad, y así lograr que el uso de los servicios públicos sea lógico, sustentable y eficiente. Queremos recuperar el encuentro de las personas en los espacios públicos de la ciudad, que se daba décadas atrás y hoy está muy disminuido. Volviendo al plan, todas las obras tienen una conexión física entre sí y una intención de uso. A medida que se terminan las obras, se despliegan allí, en los espacios verdes, actividades educativas y culturales. El plan incluye ocho obras de gran escala que se están haciendo en forma conjunta con la Nación y con el gobierno provincial de de Mendoza y también otras obras medianas y chicas que se realizan con la provincia o solo con fondos propios.
–¿El plan fue de su autoría?
–El plan fue impulsado por la gestión de Suárez, y se trabajó en él en forma transversal entre varias áreas de gobierno. Las obras planificadas se sometieron desde el principio, antes de que fueran proyectadas, a consulta y participación ciudadana. Cada obra prevista fue exhibida a los vecinos del lugar y al resto de la comunidad a través de redes digitales. Desde ya que el diseño estuvo en manos de especialistas, pero hubo en todo momento participación ciudadana. Esa forma de trabajar hizo que los proyectos nacieran validados por la comunidad.
–¿El plan está pensado para su desarrollo en esta gestión o va más allá de 2019?
–El gobierno local está trabajando en un plan de concreción de trabajos hasta 2019 pero la planificación no se queda ahí, estamos pensando obras y otras ideas que quedarán para la gestión siguiente o para más adelante. Mendoza se cayó entera en 1861 por un terremoto, y se planificó un par de años después su nueva construcción muy cerca de donde se ubicaba, en un área de 64 manzanas. Desde aquella época, cuando se encaró la reconstrucción paulatina de la ciudad, no ha habido un plan de obras como el que se desarrolla en este momento. No solo en la ciudad, sino en toda la provincia.
Nota publicada en AreaUrbana 69