El motivo de este artículo es exponer lo que significa para los municipios tomar la decisión de cambiar el sistema de gestión. Mucho se habla hoy sobre tecnología, sobre aplicaciones mobile, sobre autogestión, sobre big data, omnicanalidad y tantos términos que navegan en este mar que nos sacude a todos como grandes olas, impidiéndonos divisar el rumbo y desplegar velas para llegar a destino sin naufragar.
Para complicarnos más las cosas, también nos “clasifican” en generaciones que según sea el dominio que tengamos de la tecnología vamos o no a entender, vamos o no a poder continuar en este “mercado” etc., etc… y así, los millennials (nacidos en los años 90 y considerados personas que se adaptan fácil y rápidamente a los cambios) están siendo “corridos” por los centennials, jóvenes nativos 100% digitales, seguidos de la generación K o los pequeños que con sólo 1 ó 2 años ya entienden cómo mirar un video en un celular.
¿Qué hacemos entonces los “clasificados” como generación X que fuimos los impulsores de los grandes cambios hacia lo digital ? ¿Cómo enfrentamos los cambios equilibrando entre lo realmente necesario y lo que sólo es una cuestión de mercado consumidor? ¿Cómo colaboramos con nuestra sociedad aportando tecnología aplicada pero sin dejar de ver las cuestiones sociales que realmente afectan a nuestra gente?
En los años que llevo a cargo de equipos de implementación de software para municipios he observado a muchos intendentes, muchos secretarios/as de hacienda que se encuentran con estas disyuntivas… Quieren “modernizar” la gestión, quieren ofrecer a los vecinos un “gobierno abierto” utilizando el software, pero, realmente en la gran mayoría de los casos enfrentan estos cambios sin hacer un análisis certero de la realidad tecnológica puertas adentro de sus municipios.
Crean o reciben equipos de informáticos muy jóvenes que saben mucho de tecnología (nuevas generaciones), pero realmente poco, de lo que conlleva poner en marcha un proyecto de esta naturaleza en donde no sólo se habla de mejores computadoras, mejores servidores e internet. Se habla también de puestos de trabajo, de roles y diferentes perfiles en esos puestos, de personas que hace muchos años llevan a cabo ese trabajo y que por ello lo conocen muy bien, se habla de permitir revalorizar las tareas, refuncionalizar los procesos, capacitar y así, desde un “adentro hacia afuera” mostrar un municipio diligente, ágil y confiable.
No basta, definitivamente, con “cambiar el sistema”. Si sólo se mira desde esa premisa; les puedo asegurar, que no será una buena experiencia y que lo que enfrentarán será muy traumático desembocando en una mala relación con el proveedor del “sistema nuevo” y en aún peor relación con el staff de empleados de planta.
Por Laura Castellano – CEO Plan Riedes – Inft S.A.
Nota publicada en AreaUrbana70