Valeria Mazza es rosarina pero creció en Paraná. La tranquilidad y la impronta de esas ciudades la marcaron para siempre. Por eso, aunque la vida la llevó por miles de caminos alrededor del mundo, esos lugares que la vieron crecer siguen teniendo un valor especial, y aún hoy recuerda con detalle a los amigos y enseñanzas que compartió en aquellos momentos.
¿Qué recordás como lo mejor de tu infancia?
Yo nací en Rosario y viví allí hasta los 4 años, cuando nos mudamos a Paraná. Crecí en un barrio muy tranquilo, donde salíamos a jugar, a andar en bicicleta y compartir momentos con los vecinos. Recuerdo ir caminando a la escuela a la mañana y volver al mediodía a casa. Hacíamos la siesta y a la tarde íbamos al club. Del club también tengo los mejores recuerdos de mi infancia y mi adolescencia, porque crecí muy libre y tranquila, sin problemas de inseguridad ni nada por el estilo. El deporte, por sobre todo, fue muy importante. Yo nadaba, así que todos los días, desde mis 6 años, iba a mis entrenamientos. Todavía tengo amigos de esa época y también de Rosario. De hecho hoy toda mi familia volvió a Rosario, así que estoy más allí que en Paraná y agradezco a mis padres por haberme hecho crecer en un lugar tan lindo.
¿Soles regresar a tu ciudad natal de vez en cuando?, ¿por qué?
A Rosario vuelvo porque voy a visitar a mi familia y a Paraná vuelvo para ocasiones especiales. Por ejemplo, volví para los 25 años de egresada y para los 30, que cumplimos el año pasado; también cuando se jubiló mi entrenador de natación, o para algún casamiento o cumpleaños de 15. Pero conservo amistades de allá. Hay un grupo de gente con la que nos seguimos viendo, no importa el tiempo que pase, porque cuando volvemos a tomar contacto no necesitamos decir nada. Para ellos soy “La rusa”, porque así me llamaban en Paraná. Volver a eso, a los recuerdos, siempre hace muy bien.
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