Yo nací en… Arocena, provincia de Santa Fe

Alberto “el Beto” Acosta nació y vivió en Arocena, hasta que fue a probarse a Unión de Santa Fe, club en el que comenzó su extensa carrera profesional.

Lució las camisetas de Unión, San Lorenzo -en cuatro períodos-, Boca, la Universidad Católica de Chile -dos etapas-; el Toulouse, de Francia; el Yokohama Marinos, de Japón; el Sporting de Lisboa, de Portugal; y de la selección argentina. Hizo goles en cantidad y por todos los medios. Alberto Federico Acosta, “el Beto”, habló con AreaUrbana tras regresar de uno de sus habituales viajes a la provincia de Santa Fe. “Voy seguido a Arocena porque tengo a mis papás allá. Trato de ir seguido, una vez por mes, cada vez que puedo, y trato de aprovechar el tiempo con ellos. El pueblo está cerca, a tres horas, tres horas y media desde Buenos Aires”.

¿Cómo es Arocena?

Es un pueblo de primera, dicen todos… ¡porque si vas en segunda con el auto lo pasás de largo! Es un pueblito chico de dos mil habitantes más o menos, de 12 o 13 cuadras por cinco cuadras. Está justo entre Rosario y Santa Fe por la ruta 11. Es muy tranquilo, no hay mucho movimiento.

¿Hay clubes en el pueblo?

Los chicos se divierten en dos clubes, pasan el tiempo, pero no hay mucha proyección, si alguno quiere trascender y seguir en el fútbol, va a Santa Fe o Rosario a probarse, igual que en mi época. Se trata de clubes de barrio, disputan ligas con las localidades cercanas, nada más. Un sobrino mío se fue a Unión, está allá, es un caso parecido al mío. De todas formas es chico, tiene 14 años.

Cerca de Arocena está Coronda, donde empezaste a jugar, ¿no?

Así es, están al lado. Allí jugué en General Belgrano.

¿Tuviste que mudarte cuando comenzaste en Belgrano de Coronda?

No, aún vivía en Arocena. Viajaba dos veces por semana para entrenar y jugaba los fines de semana. Jugábamos la liga santafesina, contra Unión, Colón y otros equipos de la provincia. Se jugaba de 11, totalmente diferente a lo que pasaba en mi pueblo, donde se jugaba de siete.

¿Te proyectabas como jugador en ese momento?

No, para nada. Me gustaba jugar a la pelota con amigos, en ningún momento proyectaba irme a otro club o dedicarme al fútbol. Mucha gente decía que podía seguir, que podía llegar alto, pero no se me pasaba por la cabeza. Se dio cuando, gracias a mis viejos, fui a probarme a Unión.

¿Ya eras delantero en Belgrano?

Sí, siempre me gustó el gol, siempre arriba, ya sea de 9 o en otra posición, pero siempre adelante.

O sea que la mudanza se dio recién cuando fuiste a Unión.

Durante el primer año en Unión yo viajaba todos los días, tenía una hora en micro, pero después, en tercera, empecé a vivir en una pensión, estuve seis u ocho meses ahí. Ahí sí ya me proyectaba como jugador, empezaron los sueños.

¿Te costó pasar de un pueblo a una capital provincial?

No, porque estaba con amigos, compañeros, y a solo una hora del pueblo. De joven se hace llevadero todo eso. Si quería ver a mi familia, iba a mi pueblo y llegaba enseguida.

 

Nota publicada en AreaUrbana 49

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José Abel Autor

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