La Red Argentina de Municipios frente al Cambio Climático (RAMCC) promueve la elaboración de planes locales de acción climática para mitigar la emisión de gases de efecto invernadero y para elevar la resiliencia de cada localidad.
El calentamiento global ha emergido en el siglo XXI como uno de los principales desafíos de gobiernos y de empresas, a pesar del cimbronazo generado hace unos meses por el presidente Donald Trump con su decisión de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París contra el cambio climático. Las consecuencias del calentamiento global, generado, sobre todo, por la concentración –en alza– de gases de efecto invernadero en la atmósfera, se perciben en la tierra desde hace varias décadas: disminución de los glaciares, derretimiento de los casquetes polares, suba gradual en el nivel del mar, patrones de lluvias cambiantes y sequías prolongadas, entre otros alarmantes cambios.
El ingeniero agrónomo Ricardo Bertolino, secretario ejecutivo de la RAMCC desde su fundación, en 2010, conversó con AreaUrbana sobre las actividades y los desafíos de la red.
¿Qué estrategias pueden implementar los municipios para reducir la emisión de GEI?
Lo que consideramos más importante es elaborar un plan de acción climática; es decir, que haya una estrategia integral, ya que no existe una sola acción que pueda bajar las emisiones. Para definir la estrategia en cada municipio, nosotros impulsamos la realización de un inventario de emisión de gases de efecto invernadero y, a partir de ahí, cada gobierno local define su plan de acción en función de los determinantes más importantes. Por ejemplo, en un municipio que tiene una gran cantidad de hectáreas rurales con producción agropecuaria, el plan de acción de la localidad debe incluir la convocatoria al sector agropecuario para plantear la necesidad de adoptar buenas prácticas para bajar las emisiones. Si el inventario de GEI en otro municipio da que el principal causante de las emisiones es el transporte público, la gestión local deberá diseñar una estrategia de movilidad sostenible. Desde ya, hay que abordar todas las áreas en que se generan emisiones, pero cada municipio debería profundizar sus acciones en función del inventario inicial. Como es fundamental tener un buen diagnóstico, nosotros elaboramos los inventarios con una metodología internacional, lo que también permite hacer comparaciones con municipios de otros países.
El PLAC tiene tres patas: el diagnóstico, la mitigación y la adaptación. ¿Los municipios tienen recursos económicos y equipos técnicos para llevar adelante esas tareas de planificación y de ejecución?
Depende mucho del tamaño del municipio, de su infraestructura y de la capacidad desarrollada. Algunos tienen universidades en su localidad y recursos para contratar a especialistas y para implementar algunas acciones, y otros no tienen nada de eso. Nosotros trabajamos con municipios muy pequeños y muy grandes, y tenemos claro que, en general, los recursos municipales no alcanzan para obtener un resultado con la urgencia que se necesita. Muchos municipios están invirtiendo en movilidad y en energías renovables, lo que permite disminuir las emisiones, pero el avance es muy lento para la gravedad del problema. Por ello, es fundamental conseguir financiamiento y coordinar con otras instituciones, de cooperación internacional y de otros niveles de Estado, para acelerar esas acciones a nivel local.
Nota publicada en AreaUrbana 65