“El mundo de una persona con un baño no es el mismo que el de una persona que nació sin un baño”

Módulo Sanitario es una ONG creada por un grupo de amigos con un objetivo tan concreto como imprescindible: construir baños en barrios populares. “Nuestra misión consiste en promover hábitos sanitarios”, afirmó Tomás Sicouly, Coordinador General de Módulo sanitario, quien conversó AreaUrbana y nos llevó a dimensionar cuán inaccesible puede ser para muchos una canilla, un lavabo, un sanitario o simplemente el agua caliente. 

Módulo Sanitario es una Organización que comenzó a trabajar hace 9 años y está dirigida por 6 personas que lideran a más de 170 voluntarios de entre 18 a 40 años que promueven el compromiso social. Sus fundadores venían participando en distintos voluntariados y advirtieron la importancia del núcleo húmedo para la familia. “Contar con agua caliente y un lugar donde higienizarse correctamente ayuda a luchar para prevenir enfermedades. Sin embargo, no veíamos propuestas que abordaran de lleno el acceso a un baño”, detalla Sicouly.

“De día voy al baño de la casa de mi mamá y de noche tengo un balde”, “no me puedo bañar cuando quiero”, “no invito a mucha gente a casa por este tema”; este tipo de afirmaciones arman un cuadro de realidad recurrente para muchas personas de todo el país. La organización calcula que en Argentina hay 6 millones de personas sin baño (900 mil niños y adolescentes), el equivalente a más de 1 millón de hogares. Sin embargo, este contexto aún no cuenta con planes de acción concretos y este es un espacio que el equipo de Módulo Sanitario, se propuso llenar.

“Soy Ingeniero Industrial, tuve la oportunidad de nacer en una casa del barrio de Palermo, en Buenos Aires, donde tuve siempre una canilla cerca de mi cama, y no me di cuenta que eso era un privilegio hasta que fui más grande”, narra Sicouly y agrega que desde  2015 comenzó a cambiar su propia vida cuando hizo las primeras obras con Módulo Sanitario. Ya existían organizaciones que hacían viviendas o habilitaban comedores, pero ninguna hacía baños”. Por eso, Tomás, junto a Alejandra Vidal, Gabriela Zen, Federico Guevara, Matías Nicolini y Juan Quelas, se organizaron para resolver las dificultades que ocasiona la falta de un baño ocasiona, principalmente en la salud, en lo social, en la intimidad y en la seguridad. Muchos chicos en esta situación sufren del frío crudo del invierno al tener que salir afuera de casa para ir al baño, o deben faltar a la escuela por no poder higienizarse correctamente.

El panorama y la concepción de lo que es una vivienda pueden cambiar drásticamente cuando nos alejamos solo unos kilómetros de las grandes ciudades. Muchos sectores no cuentan con red de agua potable, cloacas, y en la mayoría de las viviendas conviven numerosas familias que no cuentan con los ingresos necesarios para afrontar la construcción de un baño que, como bien sabemos, es la parte más cara de una casa. “Un baño es un bien mueble, puede transportarse. Por eso, cuando conocimos la tecnología para implementarlos, tratamos de consolidar una situación regular en la que pudiéramos poner en el centro una necesidad y proveer una solución que se puede mudar y adaptar a cada caso. Digamos que es similar al sistema que implementan otras organizaciones, como TECHO, para construir sobre pilotes, porque lo que se busca es estandarizar procesos”, detalla Sicouly y agrega: “con esta metodología, en 2015 construimos el 1° baño, tardamos mucho porque lo hicimos en el lugar. Ahora, en cambio, logramos otra metodología más fácil, y permite incluso que los voluntarios, que no son expertos en el tema, puedan participar y construir ellos mismos los baños”.

Lo fundamental fue encontrar una técnica acorde y materiales que fueran capaces de anexar a cada vivienda. Y entonces todo estuvo listo para activar el crecimiento y escalar la iniciativa. Generalmente las jornadas de trabajo del equipo de Módulo Sanitario se realizan en dos días, los fines de semana. Se mueven en grupo y organizadamente; muchos de los vecinos ya los conocen y hasta colaboran durante la jornada.

Pero el trabajo comienza mucho antes de esos días con un relevamiento y una planificación estratégica: “Tenemos equipos que asumen la cantidad y las fechas de construcciones a realizar. Constituimos siempre en equipo, fomentamos una comunidad, ahora, por ejemplo, tenemos 3 equipos activos en Buenos Aires (zona, oeste, y zona sur) y 2 en otras provincias”, detalla Tomás.

La primera etapa consiste en realizar la primera encuesta familiar: “recibimos pedidos de baños provenientes de múltiples fuentes de información. A veces publicamos en iglesias, en comedores, o hasta en grupos vecinales de whatsapp, y allí se comienzan a tomar los casos”, explica. Así, el proceso de encontrar a las familias arranca 5 meses antes de la construcción en sí misma, porque se les pide a cada una de ellas que tenga hecho el pozo ciego o la cámara seca correspondiente, requisito indispensable para poder ir a llevar los baños e instalarlos. “La situación económica hace que tengan poco tiempo y posibilidad de hacer demasiado, pero les vamos enseñando. Hay familias que tienen la perforación pero no tienen tanque, otras sí tienen tanque en altura, muchas otras tienen problemas de presión, y otras comparten el agua con una manguera con un vecino”, situaciones hay muchas, explica Tomás, y en cada caso se va evaluando lo mejor que se pueda hacer.

En todos los casos se utilizan calefones de 25 litros que funcionan prácticamente como una pava eléctrica y si no hay conexión directa al agua, también se puede utilizarlos como reserva para poder calentarla ahí mismo. Si existe conexión, se los enchufa a los caños que también provee la ONG y resulta una instalación mucho más simple para usar todos los días.

“La limitación es que no siempre tenemos agua con presión. Por eso no podemos usar termotanques”, comenta Tomás y agrega que, junto con la instalación del baño, lo que hace la organización es inculcar hábitos y enseñanzas: “siempre tratamos de informar para que la gente se quede con nuevos hábitos, pueda conservarlo en el tiempo e incluso mejorarlo. Como, por ejemplo, en algunos casos les comentamos de qué manera pueden mejorar el piso, el aislamiento con panelería diferente. Todo eso despierta en las familias un camino de mejora”.

Módulo Sanitario lleva implementados 310 baños en 2023 y se está acercando al mismo número este año. Para lograrlo, salen a buscar empresas fabricantes de todo tipo de material utilizado en la obra. “Ferrum dona inodoros, por ejemplo, y así nos vamos ahorrando el material. Además, tenemos una red de 1500 donantes mensuales que nos ayudan todos los meses y una tienda online de venta de merchandising con la que también pueden colaborar las personas”. 

Toda esta red se completa con un equipo de trabajo interno abocado a buscar premios internacionales y convocatorias de fondos que les permitan seguir escalando su trabajo de cada año. “También ofrecemos experiencias de voluntariado corporativo o a escuelas, y les pedimos un margen a esas empresas como donación extra”.

A pasos firmes y ampliando la red

El primer gran hito de esta organización fue la consolidación del diseño del baño, allá por 2015. Una año después, llegaría a definirse el modo de intervención comunitario (que se organiza con 5 meses de anticipación) y un poco más tarde sumaron a este proceso de organización la figura del coordinador barrial, el cual permitió convocar a roles nuevos. 

Con el tiempo y esta estructura definida, la comunidad de voluntarios comenzó a multiplicarse rápidamente y así surgieron los líderes de construcción, que son las personas que ya dominan, tanto el proceso productivo como las cuestiones clave en lo referente a cómo moverse por los barrios e interactuar con los vecinos.

“Tenemos criterios de seguridad y aprendimos que cuando ya nos conocen en una zona y tenemos identificación (remeras con logos y accesorios), se genera un cuidado especial y la gente te ayuda. Se despierta un proceso comunitario de reconocimiento y de asistencia mutua. Además, nos movemos en grupo y conversamos con mucha gente para entender las lógicas de cada barrio, que pueden ser complejas y distintas”

Además, cuenta Tomás: “hace 3 años abrimos la primera franquicia en Córdoba, los acompañamos desde acá con la experiencia y aprendizaje y hoy ya casi llegan al módulo número 100. En San Luís estamos hace 1 año y allí tienen ya su quinto módulo implementado.

Gobiernos y Municipalidades locales: ¿existe vinculación?

“Desde la organización elegimos barrios postergados y hace 9 años no éramos nadie. Ahora que nos vamos consolidando nos movemos con mayor reconocimiento, aunque seguimos trabajando solos, por ahora no participamos en acciones conjuntas con Municipios. Por ejemplo, en Florencia Varela construimos ya 170 baños y ahora recién podemos sentarnos a hablar con representantes de otros sectores para conseguir algún acuerdo o colaboración”, explica Tomás.

Pero las fronteras de Módulo Sanitario son amplias y llegaron ya a expandirse a 10 provincias, porque en ocasiones se articulan con representantes locales para disponibilizar y compartir modelos y procesos. “Les contamos nuestro proceso previo para ver si les sirve y les llevamos todo lo que necesitan. Así sucedió, por ejemplo, en Tucumán, Entre Ríos o en algunos pueblos donde algunas empresas nos llevan a sus localidades porque ellos quieren hacer ese aporte de valor. Lo mismo sucedió con Centro Conin, que nos llevó a Lima, provincia de Buenos Aires. Pero en los barrios con nuestros voluntariados propios no estamos articulados con el sector público”. La red crece y a cada paso va haciendo realidad el sueño de sus fundadores y de tantas personas que necesitan servicios sanitarios. La unión da resultados y la expectativa está puesta en encontrar más respuestas cada año.

Por Mariana Brizi

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José Abel Autor

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