La importancia de reciclar el aceite vegetal usado

Tan solo un litro de aceite usado de cocina puede contaminar hasta mil litros de agua, ya que el aceite vegetal usado (AVU) forma una película impermeable en la superficie de la tierra y del agua, impidiendo el intercambio gaseoso y de oxígeno entre la atmósfera y el suelo y entre la atmósfera y el agua, afectando la flora y la fauna marina y demás recursos hídricos y hasta provocar la infertilidad del suelo.

Además, la mala gestión de este recurso puede dañar las cañerías, si se vuelca por la pileta de la cocina o baño puede generar obstrucciones, malos olores y problemas en la casa, conllevando perdidas económicas y pudiéndose convertir en un problema mayor en la gestión municipal. Por lo que recuperar este residuo es clave para reducir la contaminación del agua y a la vez, darle nueva vida como materia.

En este sentido, el reciclado de aceite vegetal usado permite aprovechar este recurso para acondicionarlo y convertirlo en biodiesel, un combustible renovable y más limpio que los combustibles fósiles. Al optar por el reciclado, se disminuye la dependencia de los recursos naturales no renovables, como el petróleo, y se promueven hábitos más sustentables.

De los 20 litros que se consumen en los hogares para alimentación, se genera un residuo de 2.6 litros de aceite vegetal usado, por persona, por año. Son 122 millones de litros por año que se generan en el ámbito de los hogares, de los cuales 95 millones no se gestionan correctamente, informa un reporte elaborado por la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA) junto con la empresa DH-SH, dedicada a la gestión y logística para el reciclado de aceite vegetal usado, con base en la ciudad santafesina de Capitán Bermúdez.

El estudio también arroja que apenas un 22% de los hogares recuperan el aceite vegetal usado en forma regular, el 25% lo hace en forma ocasional y un 53% nunca recupera el aceite una vez utilizado para freír. 

De manera positiva, informe revela que un 73% de los encuestados presentó una alta motivación a la separación si se le facilitara el proceso y/o tuviera acceso a más información sobre cómo hacerlo. Lo que significa que se podrían recuperar millones de litros que para la producción de biocombustibles de segunda generación.

Desde el 2017, DH-SH lleva adelante la campaña “Reciclá tu Aceite” que consiste en la recolección y acondicionamiento del aceite vegetal usado generado por comercios y hogares. Lo hace a partir de un trabajo de articulación con municipios y comunas a del país donde se concretan acciones en equipo tendientes a gestionar este residuo y resolver su logística. 

La campaña alcanza a 15 provincias, entre ellas Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Salta y Mendoza, alcanzado casi 100 convenios con municipios para la gestión de grandes generadores. Estos convenios abarcan la recolección y acondicionamiento del aceite usado de cocina y el residuo recolectado para convertirlo en materia prima para la producción de biocombustibles de segunda generación.

A partir de la instalación de puntos verdes en distintas ciudades del país, los vecinos pueden acercar su aceite vegetal usado en botellas plásticas bien cerradas y dejarlas allí mismo para que se encargue de su recolección y hacer el tratamiento de reciclado en la planta. También trabajan con comercios que producen este desecho en grandes cantidades y con escuelas, generando charlas y capacitaciones para concientizar sobre esta problemática y lo fundamental de ser parte de la solución.

Vinculado a la gestión municipal, Sebastián Soso, Director de comunicación de DH-SH, explica que “No hay una legislación nacional que regule lo que es la gestión de aceites vegetales en nuestro país, pero si hay regulaciones municipales sobre la gestión de los AVU” y afirma que aquellos que no la tienen pueden tener un inconveniente con la gestión de este residuo.

Más allá de los vecinos, es clave la recolección de aceite de los grandes generadores, que son los gastronómicos como los hoteles y comedores, que producen aceite vegetal usado en grandes cantidades. “Son cientos de litros de aceite vegetal usado que no se gestionan y en el tiempo pueden ensuciar todo una ciudad o una comuna”, explica Soso. De manera positiva, la gran mayoría de los municipios tienen sus ordenanzas, esto significa que cada gran generador está obligado a tratar correctamente con una empresa habilitada ese aceite vegetal que está descartando.

Al firmar los convenios con los municipios, se genera un compromiso de colaboración para que el municipio comunique a sus grandes generadores que la empresa pasará y otorgará los correspondientes contenedores para que puedan separar ese aceite vegetal usado. La recolección se realiza cada mes o cada 15 días, según la frecuencia acordada y se deja otro bidón otorgando el correspondiente certificado de disposición final. 

Con respecto a la recolección vecinal, la empresa le otorga los puntos verdes a cada municipio y ellos deciden dónde ubicarlo, indicando que son solos para el aceite vegetal usado. En estos casos, los vecinos pueden llevar el aceite en botellas plásticas PET, que también serán posteriormente recicladas.

VENADO TUERTO Y EL RECICLAJE DE ACEITE 

“Para el gobierno de Venado Tuerto, el reciclaje del aceite forma parte de una política pública que iniciamos en 2021”, comienza relatando Sofía Galnares, subsecretaria de Participación Ciudadana y Cooperación Internacional del Municipio de Venado Tuerto.  Esta política, participativa ambiental, llamada “Reciclar Venado”, la iniciaron con un voluntariado, donde invitaron a los vecinos a convertirse educadores ambientales y que puedan explicarles a otros vecinos sobre la separación de los residuos en la ciudad. “De esta manera, empezamos a educar a los vecinos en la separación de residuos, que es uno de los ejes fundamentales junto con la colocación de estaciones de reciclaje en toda la ciudad, para el cierre del basural a cielo abierto más grande de la provincia de Santa Fe, que se encuentra en Venado Tuerto.”, explica Galnares. Luego del trabajo de voluntariado y de educación casa por casa, comenzaron a organizar y realizar charlas para escuelas primarias, secundarias y universidades. En el caso puntual de los comercios y los grandes generadores sí existe una ordenanza municipal, pero que “hasta ese momento todavía no se había impulsado la separación de residuos”, puntualiza Galnares.

En la instancia de intercambio con los vecinos y la separación de residuos, algunos habitantes comenzaron a plantear qué hacer con otros tipos de residuos, entre ellos el aceite usado. Así comenzaron a vincularse con el tratamiento de otros tipos de residuos.  “Empezamos con los más sencillos: los reciclables con las estaciones de reciclaje y los voluntarios. Después, mes a mes, fuimos trabajando en una campaña de sensibilización y educación para con los vecinos sobre distintos tipos de residuo”. En el caso del aceite, lo empezaron a trabajar a través de los tachos que facilitó la empresa de DH-SH, principalmente para los vecinos que no tenían la posibilidad de recuperar el aceite usado. Así, los colocaron en cuatro puntos en la ciudad: la terminal de ómnibus, en la oficina de Medio Ambiente, en el Palacio Municipal de Venado Tuerto y en una sede vecinal, que funciona como un espacio comunitario donde hay una huerta y una estación de reciclaje. Estos puntos no están a la libre demanda de los vecinos, asegura Galnares, y precisa que los mismos están protegidos para que nadie pueda sacar el aceite. “Así, comenzamos a trabajar con el reciclaje de aceite para los vecinos”, afirma Galnares. 

En cuanto a la comunicación, explica que es muy directa y que “los voluntarios está en eventos públicos, donde generamos charlas con los vecinos: les explicamos y les preguntamos si ya separamos los residuos, en qué barrio viven, si tienen una campana, etc.”. También utilizan las redes sociales oficiales del gobierno, pero eso no alcanza asevera y añade que es necesario estar presencialmente en actividades como jornadas de limpieza, donde se invita a los vecinos, empresas e instituciones a que se sumen. “Notamos un claro aumento en la recuperación de residuos y también en la conciencia ambiental, vemos que cada vez son más los vecinos que se suman a separar los residuos y lo notamos en las métricas que tenemos”. Por lo tanto, observan un mayor interés por temas ambientales. “Hay un ciudadano que está más formado y creemos que es fundamental el trabajo en las escuelas y sobre todo en una franja etaria de 40 años, que es la que más nos cuesta ya que nos dicen que no tienen tiempo”, precisa y para finalizar y de manera positiva afirma que “los menores ya lo tienen incorporado”. 

RECICLAJE DE ACEITE

Con respecto al proceso de reciclaje del aceite, Sebastián Soso, indica que es muy sencillo. “Principalmente es un trabajo de logística y de recolección, que se hace en 15 provincias del país. Se recolecta el aceite en bidones con las correspondientes vestimenta y herramientas de seguridad para enviarlo a la planta que está en Capitán Bermúdez, Santa Fe”. Una vez allí se hace un filtrado y una decantación para separar los restos de comida y el agua que hubiera quedado en ese aceite. Luego, ese aceite filtrado, se comercializa con productoras de biocombustible de segunda generación. La empresa cuenta con un certificado internacional denominado Certificación de Sostenibilidad internacional y de Carbono (ISCC, por sus siglas en inglés) que garantiza que todo el aceite vegetal usado recolectado tiene como destino la producción de biocombustible de segunda generación.

Por último, Soso añade que los beneficios ambientales “están vinculados con darle una nueva vida útil a algo que podría ser un residuo y convertirlo en un recurso; en este caso, un biocombustible, que es más amigable que los combustibles fósiles”.

DESIRÉ SALVADOR

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José Abel Autor

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