El Intendente Gustavo Gennuso recibió en su despacho a ÁreaUrbana para conversar sobre su gestión en San Carlos de Bariloche, un municipio que define como complejo por su variada conformación identitaria debida a la permanente migración; por su clima y por ser una región con muchas necesidades aún por resolver, y en las que cuenta con la ayuda mancomunada del gobierno provincial.
En 2015 Gennuso ganó las elecciones por una amplia diferencia del 47,6% de los votos contra el 23,8% que consiguió María Eugenia Martini, ex intendenta de la lista del FPV. Hoy, su mandato se extiende hasta diciembre de 2019, y en caso de que así sea, se convertirá en el primero en lograrlo en más de 10 años.
-¿Qué es lo más importante que logró en su gestión hasta ahora?
Haber ordenado un municipio que dependía de la ayuda externa que pudiera conseguir, que no tenía generación de recursos para políticas propias. Hoy tenemos una perspectiva de trabajo en infraestructura con fondos propios, logramos gestiones importantes con fondos provinciales y nacionales respecto de obras fundamentales para la ciudad para el presente y para la continuidad, como por ejemplo haber traído el gas después de 5 años en los que nadie se podía conectar. Fue una gran inversión de Nación, pero que nos tuvo pendientes todo este tiempo. También estamos construyendo con fondos nacionales de ENHOSA y a través de financiamiento externo, la planta depuradora que nos permitirá pensar en 30 años de tratamiento de líquidos cloacales que, al mismo tiempo, nos alienta a construir la red cloacal que aún falta en otros puntos de la ciudad. En el sector más pobre trabajamos en un plan de infraestructura a través del PROMEBA (Programa de Mejoramiento Barrial) con financiamiento BID y hemos hecho los pluviales, cloacas y todos los servicios.
–¿Cuáles han sido los principales desafíos de la gestión municipal?
Nos encontramos con un municipio con las cuentas vacías y una deuda de 500 millones de pesos y no sabiendo cómo pagar los sueldos, así que el primer desafío fue ordenarlo económica y financieramente. El otro fue poder brindar los servicios. Bariloche tiene 500 km de calle de tierra, eso exige un mantenimiento importante porque se trata de 40 km x 15 km de baja densidad de población, pero donde hay una calle, hay alguna persona. Tuvimos que recomponer el parque vial y para eso compramos 50 vehículos entre camiones, camionetas y máquinas durante estos 3 años. Otro fue el tema de la recolección de residuos, que funcionaba bien, pero contaba con apenas 4 camiones, y hoy tenemos 17 haciendo los circuitos de recolección. Otro gran desafío fue el transporte urbano que estaba totalmente abandonado, contratamos a una empresa nueva; pero hoy tenemos un nuevo conflicto que es la quita de subsidios de Nación. Otra gran cuestión que enfrentamos es que es una ciudad muy compleja, que entra en conflicto de todo tipo (gremiales, de sectores barriales, reclamos). En 2012 empezaron los saqueos, tuvimos también temas delictivos que ocasionaron puebladas, y hoy logramos tratar esos conflictos y obtener la paz social, tratando cada tema desde adentro. El otro problema que tenía Bariloche era el sistema de venta callejera al que logramos unirnos generando espacios (ferias) que les permitieron trabajar de mejor manera y salir de la vía pública. Ahora estamos en proceso de licitación de los food trucks para mejorar el servicio que venden los puestos de comida, que es lo único que nos queda por resolver en la calle.
Desde que se hizo el Centro Cívico en 1938, Bariloche había abandonado la infraestructura dedicada al turismo. Y esto es base para que el sector público se adapte tal como el sector privado, que sí invirtió en obras. Inventamos la Eco Tasa, que la paga el turista por día de pernocte y que es muy baja, pero nos permite utilizar esa plata para obras de infraestructura pública, como las que hicimos recientemente en la entrada del este, la costanera, los miradores de Circuito Chico y el Parque Municipal Llao Llao.
-¿Cómo considera que está la ciudad respecto al momento en que asumió?
Cuando iniciamos la gestión nos encontramos con un montón de proyectos que el Gobierno Nacional había aprobado, pero nunca se realizaron. Casi 900 viviendas en dos lugares de la ciudad que el Gobierno Municipal anterior había firmado los certificados como si estuvieran hechas, y esto no fue así. Encontramos muchos años de dejadez sobre el tema del pavimento, entonces nunca pudimos repararlo como hubiéramos querido. Ahora nos metimos en un crédito, en un fondo fiduciario nacional, de casi 90 millones de pesos para reparaciones, y en otro préstamo provincial que es del plan Castello por casi la misma cifra para construir algunos puentes y arreglar calles del Alto de Bariloche. Y con otro fondo fiduciario haremos otras 40/50 cuadras más. Vamos recomponiendo algo que nos llevará muchos años…
Nota Publicada en AreaUrbana71
