Familias de la localidad de Cuartel V, en el oeste del conurbano bonaerense, y una ONG apuestan a una tecnología que contrarresta la contaminación de las napas de donde se extrae el agua.
Un proyecto que involucra a vecinos del municipio bonaerense de Moreno, a la ONG Fundación Pro Vivienda Social (FPVS) y a la empresa Rotoplas se encuentra en pleno proceso de ejecución: consiste en la instalación de biodigestores para el tratamiento de efluentes cloacales.
“Mejorando la calidad de vida: una experiencia piloto para optimizar el sistema de saneamiento en comunidades de bajos ingresos”. Ese es el nombre que lleva la iniciativa, desde que fue ideada por la FPVS, en 2010. Los beneficiarios directos son integrantes de familias de bajos recursos de la localidad de Cuartel V, dentro Moreno, en el oeste del Gran Buenos Aires. Las acciones abarcan a cinco barrios: Anderson, Namuncurá, Don Máximo, Leandro N. Alem y José C. Paz.
Por qué y cómo
La falta de acceso al agua potable y la necesidad de implementación de sistemas efectivos de saneamiento requieren grandes inversiones y un período extenso de tiempo para su ejecución.
Para ello, la FPVS está trabajando en el diseño de un proyecto con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), a la vez que se encuentra investigando y analizando otras experiencias novedosas, que implican una respuesta ecológica y sustentable a este problema: algunas alternativas estudiadas son los pantanos secos artificiales y las plantas depuradoras de aguas residuales. Pero mientras tanto, se presenta el desafío de alcanzar soluciones intermedias, que respondan al problema en el mediano plazo, que requieran menores inversiones y que, al mismo tiempo, puedan articularse con las propuestas que se están estudiando para el largo plazo. En este marco, se ha priorizado la búsqueda de una solución que detenga la contaminación de las napas de las cuales la población extrae el agua para el consumo, y que así reduzca tanto las enfermedades provocadas por el consumo de agua en mal estado como otras externalidades negativas que provocan las napas en dicho estado. De esta manera, la instalación de tanques biodigestores se presenta como una respuesta posible, ya que se trata de un sistema natural y ecológico de tratamiento de efluentes sanitarios urbanos y suburbanos que aprovecha la digestión anaeróbica -en ausencia de oxígeno- de las bacterias que ya habitan en el estiércol, para transformar éste en biogas y fertilizante.
Entre sus características y virtudes, se cuenta que puede procesar y tratar entre un 65 y un 70 por ciento de las aguas residuales, y así devuelve agua mucho más limpia, lo que disminuye considerablemente la contaminación a las napas; su eficiencia es muy superior a cualquier fosa séptica; no necesita equipo de extracción y mantenimiento de lodos; es una sola pieza prefabricada de polietileno que se entierra de una manera sencilla; puede conectarse a la red de cloacas que se constituya posteriormente.
Trabajo en comunidad
¿En qué instancia se encuentra el proyecto actualmente? Rotoplas -firma del rubro tanques y accesorios para el cuidado y ahorro del agua- ha llevado adelante el proceso de capacitación a los vecinos y a la propia fundación en cuanto a los aspectos técnicos; y se ha organizado un grupo promotor, conformado por 27 personas del lugar, que está llevando adelante el proyecto. Este equipo de vecinos se encuentra en etapa de promoción en sus barrios y relevando el interés de las familias en instalar los tanques. A la fecha se han instalado tres, sobre un total de 50: si bien iban a ser 80, la modificación en los plazos de implementación y el aumento de precios por el paso del tiempo llevó a una reducción de la cantidad en la etapa piloto.
Nota publicada en AreaUrbana 53