Teresa Parodi: “Corrientes es el amor primero”

La de Teresa Parodi es una de las voces folclóricas más importantes de la Argentina. Su vínculo con la música empezó en la infancia, en su Corrientes natal, y perdura hasta hoy. Recorrió todo el país y se lució en América y en Europa, además de haber compartido escenarios con artistas de la talla de Astor Piazzolla.

El 30 de diciembre de 1947, en la ciudad de Corrientes, llegó al mundo Teresa Adelina Sellares: la misma que hoy todos conocen por Teresa Parodi. Según explica la biografía que figura en su propio sitio de internet, “a los nueve, precoz compositora en la guitarra que afinaba de oído, anunció que de grande sería música popular y empezó a estudiar con el maestro Blas Benjamín de la Vega”. Siete años más tarde, a los 16, recibió su título de maestra, se puso de novia y comenzó a estudiar Literatura y a involucrarse en política. Parece que Teresa vivía a toda velocidad. En ese entonces, creció rodeada de libros y de música.

Además de su enorme trayectoria como artista popular, la cantante y compositora fue directora General de Música de la ciudad de Buenos Aires, designada por el ministerio de Cultura local, cuando el jefe de gobierno era Jorge Telerman. Y al margen de su paso por la función pública, su presitgio y carrera musical la llevaron a ser reconocida como Ciudadana Ilustre de esa misma ciudad, que la adoptó una vez que empezó a trascender sus pagos.

Con cinco hijos, más del doble de nietos, y cerca de 30 discos, recuerda su infancia y juventud, su vida en Corrientes.

Nací en la ciudad de San Juan de Vera de las siete Corrientes, es decir: en la capital de la provincia. Me gusta el nombre con que fue bautizada mi ciudad porque relata su paisaje: tiene siete puntas y sobre esas siete puntas fue construida. Viví mi infancia y mi adolescencia entre sus calles. Cada esquina de mi recuerdo tiene su nombre tallado”.

¿Qué es lo que más recordás de la ciudad?

El río fue centinela y parte de mis asombros. El río fue siempre el protagonista casi absoluto de mi amor por ella. Fue testigo y dueño de mis andanzas con mis hermanas y mis primos y mis amigos de entonces y de siempre. El río está clavado en mi sangre y va conmigo adonde quiera que voy.

¿Qué sentís por Corrientes?

No se puede comparar este sentimiento de pertenencia con nada. Es el amor por el origen, es el amor primero, es el amor por la memoria más pequeñita y única y adorable desde los juegos a las ilusiones de los pasos trémulos con que uno va creciendo. Me costó mucho partir y me cuesta volver. Hay tantas personas y sonidos y sabores que ya no están que se me antoja distinta cuando regreso. Las ausencias con el paso del tiempo son inevitables pero no dejan de doler nunca. Tal vez porque cuando uno parte hacia otros lugares se lleva el recuerdo metido adentro de cada rostro, de cada cosa, de cada rincón, de cada emoción vivida y comparitida en momentos tan importantes de la vida con esos amados seres que se quedan allí. Sin embargo aprendí, ya lejos, que todo lo que tengo de aquellos días está dentro mío y seguirá conmigo donde quiera que esté.

Nota Publicada en AreaUrbana 39

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José Abel Autor

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