La Ciudad de Buenos Aires se ha ido expandiendo a lo largo de los años, tanto que hoy el 93% de las personas vive en las grandes urbes. Esto complejiza su planificación, más aún si se tiene en cuenta que más de 130.000 vecinos que tienen dificultades o limitaciones permanentes para caminar o subir escaleras, según el Censo 2010, y el 8% de quienes habitan la ciudad tienen algún tipo de discapacidad. Según indica COPIDIS (Comisión para la Plena Participación e Inclusión de las Personas con Discapacidad), este porcentaje representa alrededor de 226.000 personas. “Las discapacidades son tan variables como las personas y los tipos de apoyo que requieren son tan únicos como las personas que los solicitan”, señala Leonardo Ruizl, presidente de COPIDIS, la entidad que diseña las políticas públicas y la accesibilidad promoviendo los derechos de las personas con discapacidad en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires. Esta institución asesora cuenta con un equipo en función del art. 9 de la Ley de Accesibilidad, que está destinado a detectar barreras arquitectónicas y comunicacionales en espacios públicos de la ciudad. Una tarea compleja. Hay mucho para hacer en todas las ciudades del país si lo que se pretende es brindar una accesibilidad que incluya y no que excluya.
Los procesos para integrar las distintas partes de una ciudad son largos y conllevan una gran planificación. Por citar un ejemplo, recordemos el caso de Puerto Madero que hasta hace unos pocos años le daba la espalda a la ciudad. Su incorporación a la trama urbana no tiene más de 27 años. “La Ciudad de Buenos Aires fue la primera de Sudamérica que empezó con un ordenamiento planificado trabajando con los entornos y las manchas urbanas”, explica Claudia Rojas, Ex Directora Nacional de Renovaciones Urbanas. Ya hace unos cuantos años que Sudamérica le otorga un tratamiento global a la peatonalización pensando en el transeúnte con movilidad reducida, comenzando a trabajar en escuelas y edificios municipales. “Antes la arquitectura te excluía de los lugares. Había edificios públicos donde no podías ingresar. Hoy todavía existen barreras para personas con discapacidad”, agrega. En este sentido, COPIDIS lleva adelante un gran trabajo asesorando a las distintas áreas de gobierno para que puedan derribar las barreras arquitectónicas y comunicacionales.
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