El Centro Cultural de Añelo (CCA) será un espacio multifunción con el fin de centralizar las actividades culturales, sociales y de trabajo de la localidad neuquina, que se ha constituido en epicentro urbano de los proyectos energéticos en el yacimiento Vaca Muerta.
Bajo la consigna “Un espacio para toda la comunidad que pueda construirse con acero”, el concurso de ideas para la creación del Centro Cultural de Añelo reunió el interés de 62 grupos de arquitectos, que presentaron sus proyectos para el pueblo que funciona como base de la mayoría de las operaciones en Vaca Muerta.
Añelo está ubicada a 100 kilómetros hacia el norte de la ciudad de Neuquén, emplazada sobre la margen izquierda del río Neuquén y comunicada por la ruta provincial N° 7. Añelo es un punto neurálgico de la región conocida como “Vaca Muerta”, en donde se encuentra una de las principales reservas de petróleo y de gas no convencionales del mundo.
El jurado del concurso otorgó el primer premio a los arquitectos cordobeses Mateo Gamba, Fernando Matos y Soledad Patiño, cuya propuesta presenta “una adecuada implantación y una correcta vinculación con el espacio público. Los dos patios, estratégicamente ubicados, organizan y estructuran el programa en relación directa con el espacio de vereda”. Los ganadores obtuvieron el último 18 de mayo su reconocimiento: representantes del jurado y los participantes del concurso se reunieron en la Sociedad Central de Arquitectos (SCA) para reconocer al primer y al segundo puesto, junto con las cinco menciones honoríficas.
El área de intervención de la propuesta está constituida por la plaza central de la localidad neuquina y su frente urbano. El terreno, ubicado en la esquina de las calles Intendente Tanuz y calle 3, tiene una superficie de 959 metros cuadrados y cuenta con un edificio existente que será incorporado a la propuesta como un todo integrado.
Los autores del proyecto ganador expresaron que “el concurso presupone un desafío proyectual que busca poner en valor el patrimonio cultural de la ciudad, realzando la capacidad de atracción y mixtura de las actividades propias del centro como las del espacio público que lo rodea, generando un diálogo armónico entre el edificio existente en la parcela y el programa específico motivo del concurso”.
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