Gabriel Raies, uno de los más destacados campeones del automovilismo nacional que obtuvo 18 títulos durante su carrera en diferentes categorías, recuerda sus inicios en su Córdoba natal y lo que cada día despierta en él.
¿Dónde naciste y cómo se compone tu familia?
Nací en Córdoba capital y ahí no más, nos fuimos a vivir a Carlos Paz, un lugar hermoso. Soy el mayor de tres hijos varones, mi familia era mi papá Alcides, mi mamá Lidia y mis hermanos Juan Pablo y Marcelo.
Luego, nos mudamos a Córdoba, al barrio Cerro de las Rosas, donde también la pasé muy bien porque fue la época en la que empecé con el karting en el Instituto Técnico Salesiano Villada.
¿Cómo fue tu infancia?
¡Bárbara!, mi viejo y mi mamá hicieron todo lo posible para que a toda la familia, que era de clase media baja, le vaya bien y fuéramos felices. Tuve un grupo de amigos hermosísimo, donde a todos nos gustaba el automovilismo. Inclusive, el papá de Gabriel Pozzo, campeón del mundo de Rally, fue quien me preparó mi primer autito de automovilismo. Con los amigos nos armábamos nuestros propios autos.
¿Cómo se despertó tu vocación como piloto y cuáles fueron tus primeros pasos?
Me parece rarísimo, pienso que mi vocación como piloto fue desde el día que nací. No me acuerdo un solo día que no haya querido ser corredor de autos.
Nací en 1958 y mi papá organizó su primera carrera de Fórmula ese año. Siempre anduve con él para todos lados, era del ambiente del automovilismo ya que fue corredor y luego siguió organizando carreras. Inventó el TC2000 y tuvo participación en el Turismo de Carretera. No se podía ser corredor de auto antes de los 18 años en esa época, por lo que a los 16 años ya entrenaba. Con el equipo de mi papá, al cumplir los 18 el 11 de mayo de 1976, debuté el 14 de mayo en mi primera carrera en Concepción de Tucumán en la vuelta del Noroeste.
En tu vocación, ¿quién influyó?
Todo está ligado al automovilismo en mi familia: mis hermanos fueron corredores, a mi mamá también le gustaba y mis amigos nos acompañaban.
Siempre estuvimos rodeados del automovilismo y gracias a Dios viví y sigo viviendo de eso.
En Córdoba, ¿tuviste algún mentor o un ídolo?
Varios, tuve la suerte que al estar ligado a mi papá, él tenía pilotos como Carlos Rizzuto, José Eduardo Cano, José Carlomagno, Jorge Recalde y de ellos aprendí mucho, también, de los que ya no están el Flaco Traverso y del Loco Di Palma.
Y con Luis Pirin Gradassi, del que era manager mi papá, estábamos en el mismo taller, yo tenía 14 años e iba con él cuando salía a probar, siempre iba muy rápido y aprendí de mecánica y a armarme mi auto, me enseñó mucho.
¿Cómo fue tu vínculo con la capital nacional?
Me desarrollé profesionalmente en todo el país. Corría en Buenos Aires, donde gané mi primera carrera en su Autódromo en 1976. También fui a correr en España y Francia. Siempre volví y vuelvo a Córdoba, hoy a Potrero Garay, Villa Ciudad América, un lugar excepcional.
El automovilismo siempre te da la posibilidad de andar por todo el mundo, hoy soy Embajador de Toyota, hago el desarrollo de las camionetas y acompaño las acciones donde se me requiera y eso también me permite viajar por todos lados.
Hoy ¿qué lugar ocupa Córdoba en tu vida cotidiana?
Estuve 12 años en la Agencia Córdoba Turismo, fui nombrado por el Doctor José Manuel de la Sota. Con el actual gobernador, Martín Llaryora, asumí como Director Vocal en la Agencia Córdoba Deportes desde la que también estamos haciendo mucho por la ciudad, por el automovilismo.
Hoy trabajamos en mejorar la seguridad de los autódromos de Córdoba y Río Cuarto para traer el TC; trabajamos fuertemente para que en 2025 recuperemos el campeonato del mundo del rally.
¿Un personaje entrañable de Córdoba?
En el automovilismo, Luis Pirin Gradassi, un tipo excepcional, buen piloto y mecánico y excelente persona. Y José Manuel de la Sota, un tipo realmente entrañable, hubiese sido un gran presidente de la República.
¿Qué tres lugares son imprescindibles de conocer en Córdoba?
Sin duda la Quebrada del Condorito, un lugar espectacular; la Cumbrecita en Calamuchita y el camino del Cura Brochero (Camino del Peregrino) es muy lindo y termina en un lugar donde se muestra la vida de Brochero.
¿Qué es Córdoba para ti?
Es mi lugar en el mundo, acá tenés de todo: nieve, lagos, montañas, autopistas, autódromos y más. Es realmente espectacular, amo Córdoba y si tuviera que mirar hacia atrás y elegir —conociendo la Argentina y el mundo—, no dudo en que quiero vivir siempre acá, en Córdoba.