Desarrollo local: “Para lograrlo es necesaria una buena gestión”

Diego Pando, presidente de la Asociación Argentina de Estudios de Administración Pública (AAEAP), analiza el rol de los municipios en la actualidad, las claves para lograr un anclaje en el territorio y el vínculo con los ciudadanos.

En un contexto de constantes y complejos cambios, los gobiernos municipales han articulado diversas estrategias para echar raíces cada vez más sólidas en el territorio y lograr un mejor vínculo con los ciudadanos, lo que implica el desafío y la necesidad de desarrollar una identidad local de gobierno. 

En este sentido, Diego Pando, presidente de la Asociación Argentina de Estudios de Administración Pública (AAEAP) viene a analizar y desasnar estos puntos claves que conforman (o deberían conformar) la agenda de trabajo de los distritos.

¿Actualmente qué rol ocupan los municipios en la vida política local?

En las dos últimas décadas, y en un contexto de demandas sociales cada vez más heterogéneas, se produjo una revalorización de lo local como espacio de referencia más cercano para los ciudadanos y de los gobiernos locales en tanto actores insustituibles para el bienestar de una sociedad. 

Así, se observa en este espacio de proximidad una creciente ampliación de cuestiones en las agendas de los municipios como son la promoción económica, preservación del espacio público, atención primaria en salud, seguridad, cuidado del ambiente, acceso a la vivienda. etc. 

Además, la dimensión territorial tiene también un mayor protagonismo en la elaboración de políticas públicas nacionales y provinciales en la medida en que muchas políticas se instrumentan a través de programas y proyectos que requieren del anclaje territorial que aportan los municipios, los cuales no son simples ejecutores de decisiones tomadas en niveles superiores de gobierno.

Es decir, es imperiosa la necesidad de fortalecer las capacidades de gestión de los municipios. Un buen gobierno local no es un artículo de lujo sino un bien de primera necesidad.

Teniendo en cuenta el fortalecimiento de los gobiernos locales ¿Cuáles son los problemas más comunes que presentan los municipios al momento de gestionar tanto en la órbita interna como externa?

La principal encrucijada que tienen los gobiernos locales es que todos los problemas son de incumbencia municipal pero no todas las competencias son municipales. Algunas materias no son de competencia local pero todos los problemas sociales son de incumbencia local. 

 

Si un municipio tiene un problema de inseguridad probablemente no pueda atajar con sus propios medios ese problema porque no será de su competencia pero no deja de ser un problema que lo va a afectar porque afecta a sus vecinos. 

¿Cuáles son los desafíos, fortalezas y debilidades que presentan los municipios?

Teniendo en cuenta que la situación de los municipios en Argentina es heterogénea, voy a tomar el riesgo de generalizar. 

El principal desafío que tienen los municipios es el de la coordinación. Problemas como la inseguridad, el cambio climático, la falta de acceso a la vivienda, la pobreza o la emergencia sanitaria que vivimos en el marco de la pandemia son cuestiones complejas y multidimensionales que presentan desafíos de coordinación entre lo nacional, lo provincial y lo local. Son problemas que no entienden de jurisdicciones en los cuales muchas veces encontramos varios organismos de diferentes niveles de gobierno actuando sobre ellos de manera desarticulada.

La principal fortaleza está relacionada con algo que comentaba al principio: la revalorización del espacio de lo local. Cada vez existe mayor reconocimiento del potencial impacto que tiene la gestión municipal sobre el bienestar de una comunidad, lo cual hace que los municipios estén cada vez más presentes en los procesos de toma de decisiones y sean considerados como actores clave por parte de los organismos provinciales y nacionales.

La principal debilidad sin dudas es la gestión del empleo público municipal. Un lugar común es considerar que el mayor activo de las instituciones son las personas que las componen. El desarrollo de un servicio público profesional es una condición esencial en todo intento de fortalecer la gestión municipal dado que, bajo la conducción del nivel político, son los funcionarios y trabajadores públicos los que tienen un rol protagónico en la elaboración de políticas. 

Acá aparecen varios problemas: falta de ingresos por concursos; inestabilidad de directores, coordinadores y jefes de departamento; escasa capacitación y planificación del desarrollo de carreras, desigualdades de género en los niveles de conducción; baja competitividad salarial si comparamos con los otros niveles de gobierno y principalmente con el sector privado; escasa evaluación de desempeño (que termina en el síndrome de que “al que más trabaja más trabajo se le pide y al que menos trabaja menos trabajo se lo pide”, lo que implica problemas de motivación a partir de la falta de una clara estructura de premios e incentivos).

La pandemia ha traído cambios forzados ¿cuáles han sido? ¿lograron ser beneficiosos o perjudiciales?

La pandemia puso en el centro del debate político la calidad de los datos. Los datos usados por el Estado para informar sobre la evolución del Covid-19 y la justificación de medidas como el aislamiento social preventivo y obligatorio pusieron en primer plano las deficiencias de algunos sistemas de información vinculados con la gestión sanitaria. Durante las primeras olas de la pandemia hemos visto demoras en la carga, duplicación de registros, y hasta falta de precisión en la lectura de los datos.

Menciono este tema de los datos porque son insumos valiosos para tomar decisiones más robustas a partir de la evidencia empírica. Y hoy llueven datos (de redes sociales, teléfonos, páginas web, GPS, relojes inteligentes, sensores, cámaras y demás dispositivos electrónicos) masivos y heterogéneos a partir del volumen de producción, la velocidad en que son transmitidos, la variedad de fuentes y la diversidad de tipos (números, textos, audios, imágenes, videos).

De hecho, empiezan a surgir en el ámbito municipal áreas de analítica de datos que permiten predecir deserciones escolares, mejorar el funcionamiento del tránsito para evitar embotellamientos, prevenir problemas urbano-ambientales o responder consultas virtuales (los famosos chatbots), etc.

Otra cuestión importante que trajo la pandemia es el trabajo remoto. En dos investigaciones recientes que realizamos encontramos que más del 70% de los/as funcionarios/as encuestados/as consideró que pueden mantenerse instancias de trabajo remoto en la pospandemia. 

Si bien antes teníamos la intuición acerca de la valoración positiva del trabajo remoto (no exenta de desafíos y cuestiones críticas vinculadas al aumento de la carga de trabajo, dificultades para la desconexión digital, la superposición de tareas de cuidado y del hogar con el trabajo, las condiciones desiguales de acceso a la tecnología, el uso fundamentalmente de dispositivos propios y el bajo grado de capacitación para el trabajo remoto, cuestiones que deben entenderse a partir del contexto macro de emergencia sanitaria), de nuestras encuestas se desprende evidencia empírica en sintonía con nuestra intuición.

Para una efectiva realización del trabajo remoto son necesarios varios elementos: capacitación, normativa general con guías y criterios específicos para contemplar la heterogeneidad de organismos y la diversidad de trabajos, claridad de metas y objetivos, organización de los procesos de trabajo, inversión en sistemas de información y comunicación, gestión de la documentación y evaluación del desempeño, entre otros.

No obstante, no estamos pensando en un trabajo totalmente virtual sino en uno híbrido que combine instancias presenciales con instancias remotas a partir de los criterios recién explicitados. De lo que se trata es de asumir el desafío de tomar lo mejor de ambas modalidades de trabajo para integrarla a las estructuras de los organismos reconociendo por supuesto las particularidades de cada uno de ellos y de sus tareas.

En ese sentido, la innovación tecnológica ha tenido un fuerte impacto en la gestión municipal. ¿Qué opinión te merece? ¿Qué cambios trajo consigo?

Ante todo, me parece necesario alejarse del fetichismo tecnológico, de la idea de que “en caso de emergencia rompa el vidrio y haga una app”. Muchas veces suecede que la “gente de tecnología” pone el carro delante del caballo y termina haciendo cosas para usar tecnología en lugar de usar tecnología para hacer cosas.

En este sentido, cada vez queda más claro que si queremos fortalecer la gestión municipal sin las tecnologías digitales no se puede. Si uno ve las experiencias más interesantes ninguna de ellas se hace de espaldas al uso intensivo de tecnologías digitales en la medida en que son poderosas herramientas para realizar diagnósticos del territorio, intercambiar información, rediseñar procesos, simplificar trámites, fomentar tanto la transparencia o incentivar la participación ciudadana, entre otras cosas.

Particularmente me parece relevante la simplificación de trámites debido a que, cuando la inmensa mayoría de los ciudadanos se vincula con las instancias estatales, lo hace para alguna transacción que se materializa en un trámite. 

Entonces el trámite se convierte en el nodo crítico que conecta a los ciudadanos con la política pública. Y digitalización no es sinónimo de simplificación, por lo que no se trata de digitalizar procesos ineficientes, sino de repensarlos. Generalmente se pone más énfasis en digitalizar trámites trasladando procesos analógicos al ámbito digital que en simplificar trámites que sean entendibles y usables por la ciudadanía.

Desde ya, el uso intensivo de tecnologías digitales implica asumir desafíos tales como identificación, ciberseguridad, privacidad, protección de datos, equipamiento, infraestructura y brecha digital. 

Hace algunos años los municipios han incorporado la participación ciudadana como un eje clave en su gestión ¿es posible decir que los vecinos forman parte de la gestión municipal? ¿Se sienten parte de ella?

Además de la participación, agregaría la importancia de la transparencia y la rendición de cuentas, lo que se suele denominar Gobierno Abierto. De hecho, vemos cada vez más áreas de Gobierno Abierto en los municipios donde, en algunos casos, son áreas con acciones concretas y en otros son una mera fachada.

Estos principios son importantes para un manejo más eficiente de los recursos pero también para generar mayor confianza ciudadana, especialmente en un contexto de desinterés y distanciamiento de la ciudadanía y las limitaciones de nuestras democracias representativas.

Por otra parte, me gustaría alertar sobre el riesgo de caer víctima de una nueva moda que presenta a la participación como una especie de árbol de navidad, con multiplicidad de luces y colores y casi omnipotente en sus promesas. Gestionar asuntos públicos es complejo, requiere conocimientos, habilidades y actitudes que no son reemplazables por la participación ciudadana aunque sin dudas esta puede ser un muy buen complemento para fortalecer la democracia local.

¿Es posible forjar un vínculo municipio – vecino? ¿Se puede dar un desarrollo local a través de las gestiones?

No solo es posible sino también es deseable. El desarrollo local depende en buena medida de una buena gestión municipal y para eso tenemos que equipar al aparato estatal municipal de herramientas, recursos y procesos para sofisticar su forma de actuar.

En este sentido, hay cuestiones que son invisibles a los ciudadanos pero son centrales para fortalecer las capacidades de los municipios como la coordinación, el empleo público y las tecnologías digitales.

Además de los recursos económicos, agregaría la planificación porque creo que es necesario volver a situar al futuro en un lugar privilegiado de la agenda local, y la evaluación, una herramienta clave para identificar aciertos y errores de lo que hacemos y por ende mejorar las políticas locales.

Todo esto requiere una pre-condición: liderazgo político del más alto nivel no solo para impulsar estas cuestiones sino también y principalmente para sostenerlas a través del tiempo independientemente de los cambios de autoridades.

Por JULIETA IRIARTE

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José Abel Autor

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