La disciplina que promete cambiar la manera de concebir las ciudades

¿Qué tienen hoy en común los arquitectos, ingenieros, contadores y abogados? La respuesta nos lleva directo a un replanteo de las prioridades que deben contemplar en nuestros días las distintas áreas de trabajo. En un contexto global donde las actividades sociales y productivas priorizan la mitigación del cambio climático, los tradicionales perfiles laborales enfrentan el desafío de actualizar sus propósitos para poder sentar las bases de un desarrollo que asegure las condiciones ambientales y la calidad de vida.

La práctica profesional de diseño urbanístico necesita profesionales capaces de advertir nuevas necesidades, y en este contexto, Argentina suma nuevas formaciones y especializaciones que responden a las nuevas demandas de las ciudades. Las mismas, cada vez con mayor intensidad, requieren de acciones y propuestas específicas relativas a la vivienda, el hábitat, la planificación, el transporte y la movilidad, el mercado inmobiliario y de suelo, el desarrollo económico local, y, por sobre todas las cosas, el desarrollo urbano sustentable.

AreaUrbana conversó con la Directora de la Maestría en Economía Urbana de la Universidad Torcuato Di Tella, Cynthia Goytia, para conocer precisamente qué significa este concepto y qué viene a aportar en la formación de los profesionales de distintas disciplinas que eligen sumergirse en el tema. “Este programa en Economía Urbana contribuye a la formación de los líderes con una visión integradora de los desafíos urbanos”, resume  Goytia y especifica que La Economía Urbana otorga herramientas y conocimientos rigurosos para enfrentar los desafíos de las ciudades actuales. “Permite entender, analizar, diseñar y  cuantificar cuestiones relativas al desarrollo y la planificación urbana, los mercados de vivienda y de suelo, el transporte, la infraestructura, servicios públicos, la sustentabilidad, el cambio climático y sus impactos en las ciudades, y la segregación y pobreza urbanas, entre otros temas de gran relevancia para quienes se desempeñan en el ámbito de las ciudades, ya sea en el sector público, privado o la sociedad civil”, remarca.

Se trata de un nuevo abordaje de las necesidades urbanas desde un punto de vista que contemple tanto las herramientas analíticas y cuantitativas, como el conocimiento aplicado de la analítica urbana. Hoy en día la evaluación para la formulación de propuestas urbanas en el ámbito privado o público debe contemplar nuevas y variadas dimensiones y requiere de un manejo de nuevos instrumentos de práctica aplicación. Es así que, como explica la especialista: “la idea aquí es que la formación contribuya a entender en profundidad sobre el funcionamiento de las ciudades y sus mercados (precios de vivienda, suelo, financiamiento, etc). La economía urbana proporciona herramientas y metodologías para abordar desafíos como el diseño de propuestas innovadoras de desarrollo urbano e inmobiliario en el sector privado, ya que se adquiere un gran conocimiento acerca de cómo funcionan los distintos factores (suelo, vivienda, financiero, etc), para poder entender desde diferentes puntos de vista la formación de precios y el impacto de los diferentes contextos y acciones”.

Las nuevas líneas de conocimiento que hoy suman los profesionales mediante el abordaje de la Economía Urbana permite a los especialistas innovar sobre la base de resolver nuevas premisas: la desigualdad en el acceso a los servicios, las oportunidades en las zonas urbanas, el cambio climático, el transporte, movilidad y espacio público. Asimismo, explica Goytia, los nuevos profesionales también deben poder elegir entre diferentes áreas optativas de materias que desarrollan las habilidades más actualizadas e innovadoras en temas de hábitat, ciencia de datos, entre otros.

Acerca de la Economía Urbana

En el contexto actual de urbanización rápida y creciente, el conocimiento de la economía urbana es fundamental para planificar y gestionar el crecimiento de las ciudades de manera sostenible o para impulsar desarrollos y proyectos en el sector privado.  La economía urbana y la sustentabilidad están estrechamente vinculadas ya que la planificación y la gestión de los proyectos y de las ciudades en general deben tener en cuenta la sustentabilidad, es decir, deben buscar formas de promover el crecimiento y el desarrollo que no agoten los recursos ni dañen el medioambiente, sino que sean capaces de mantenerse a largo plazo.

De hecho, este concepto tiene estrecha relación con otra noción muy extendida por nuestros días que es la de Economía Circular, debido a que la circularidad resulta central para lograr ciudades más eficientes y sostenibles. Por ejemplo, a través del reciclaje y la reutilización de residuos, la promoción de la eficiencia energética, los ciclos para el agua y otros recursos.

La Economía Urbana en la práctica

Un informe realizado por CIPEEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento) con el apoyo de AFD (Agencia Francesa de Desarrollo) analiza que si bien el acceso al hábitat y a la vivienda adecuada es fundamental para garantizar otros derechos como la salud, la educación y el trabajo, actualmente el 32% de los hogares de Argentina –4.000.000 hogares– habita en viviendas deficitarias, de acuerdo a las estimaciones del Observatorio Federal Urbano, basadas en datos del censo. El diagnóstico llevado a cabo a propósito de este tema contempló dos ejes de trabajo relacionados entre sí: la planificación y el ordenamiento territorial y, por otro lado, el acceso al hábitat y a la vivienda.

El relevamiento destaca aspectos coyunturales claves a tener en cuenta, como por ejemplo que “Argentina tiene una población altamente urbanizada. Un 92% de la población -cerca de 40,5 millones de personas- habita en centros urbanos y el 70% de esta población urbana se concentra en los 33 grandes aglomerados urbanos del país, que agrupan a 137 localidades y ocupan el 0,23% del territorio nacional” y en este panorama se observan dos tendencias simultáneas y convergentes: “la expansión de la mancha urbana en forma no planificada y por encima del crecimiento poblacional, que genera ciudades difusas y fragmentadas. Y, por el otro, la densificación y verticalización de las centralidades y subcentralidades de las áreas metropolitanas, que al no mediar herramientas para regular los precios del suelo y de los inmuebles, conllevan procesos especulativos y de valorización inmobiliaria que excluyen a la población de menores recursos de los centros urbanos”.

En una situación urbana local con esta complejidad, el concepto de Economía Urbana se presenta como una herramienta ideal para crear perfiles profesionales capaces de aplicar cotidianamente un análisis transversal y complejo en el que se cruzan distintos factores. “No se trata de simples conocimientos teóricos, sino que los especialistas de hoy deben contar con herramientas y habilidades para la aplicación práctica de cada profesional. En el sector público, por ejemplo, pueden ayudar a diseñar y evaluar políticas y programas que afectan a las ciudades y a sus habitantes. En el sector privado, pueden informar las decisiones de inversión y desarrollo, y la generación de propuestas y proyectos. En el sector sin fines de lucro, puede ayudar a las organizaciones a entender y abordar los desafíos urbanos, desde la vivienda hasta la infraestructura y la pobreza. También pueden ser útiles para la investigación académica y la enseñanza en una variedad de disciplinas relacionadas con las ciudades y la economía urbana”, apunta Goytia y agrega que “por ejemplo, todo planificador urbano debería formarse en economía urbana para entender los efectos que tienen sus decisiones y propuestas en el ámbito urbano, en la oferta de suelo y Vivienda, los costos de ellas, y el impacto que estas decisiones tienen en muchas de las dimensiones que hacen a la calidad de vida de la población”. 

Por Mariana Brizi

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José Abel Autor

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