La Asociación Civil Respondees una organización no gubernamental sin fines de lucro cuyo objetivo es promover el desarrollo social, económico y cultural de los pequeños pueblos rurales del país, aquellos que tienen menos de 2000 habitantes. La fundación fue creada en 1999 por la Dra. Marcela Benítez –geógrafa y socióloga- a partir de una investigación académica de su autoría para comprender cuáles son las causas de la alta migración en esos pueblos, es decir, por qué muchos de sus habitantes abandonan el lugar y no regresan más. El lema de la asociación es “un futuro posible para los pequeños pueblos”, premisa que la organización cumple con creces.
Algunas de las razones que llevaron a estas comunidades a perder gran parte de su población son el cierre de estaciones del ferrocarril, el cese de la principal actividad económica que sostenía el lugar, la falta de inversión en el mejoramiento de rutas, el debilitamiento de la infraestructura de servicios del pueblo y la falta de inversión en educación formal e informal. Esta situación favorece el éxodo a las grandes ciudades, que no están preparadas para recibir a estas enormes masas de gente.
AreaUrbana dialogó con Álvaro Zone, presidente de Respondedesde 2016. Zone es hijo de Marcela Benítez. Es ingeniero en producción agropecuaria de la Universidad Católica Argentina.
¿Cómo surgió la asociación?
La asociación surgió a raíz de una investigación académica de mi madre, quien recorrió varios pueblos rurales y constató la drástica disminución en la población de los mismos. Los habitantes se iban de los pueblos por falta de oportunidades y no volvían más. A partir de eso, se planteó la necesidad de crear una organización que pudiera revertir esa situación.
¿Cómo es la forma de trabajo de la asociación?
Visitamos los pueblos rurales, los investigamos, relevamos datos demográficos, escuchamos las historias de la gente. Analizamos los atractivos, las oportunidades y las dificultades de cada pueblo. De acuerdo a los datos obtenidos, junto a la comunidad proponemos proyectos para potenciar sus oportunidades y así lograr que la gente se quede.
¿Qué tipos de proyectos se ponen en marcha para recuperar los pueblos rurales?
Proyectos vinculados a la agricultura y la ganadería, a emprendimientos turísticos y culturales, a la gastronomía, a la producción artesanal. Se trata de mejorar la conectividad del pueblo. Además, se dictan capacitaciones en producción, turismo, marketing, gestión cultural. Se brinda ayuda para la creación o mejoramiento de infraestructura.
¿En la actualidad hay muchos pueblos rurales en riesgo de desaparecer?
Hoy no tenemos el dato de pueblos que han perdido población entre un censo y otro porque aún no tenemos las cifras del Censo 2022. En 2010, de 2400 pueblos, unos 800 habían perdido más de un 10% de población respecto al censo anterior, el de 2001.
Entre las más de 150 localidades que ha ayudado Respondeen sus 26 años de existencia, hay tres que se destacan por los logros obtenidos gracias a la labor de la asociación. Esos pueblos son Andalhuala (Catamarca), Chilibroste (Córdoba) y Saladero Mariano Cabal (Santa Fe). Vamos a ver en detalle cómo el accionar de la fundación consiguió mejorar las condiciones de vida de los dos primeros.
Andalhuala
Se trata de un pequeño pueblo ubicado en el Municipio de San José, Departamento Santa María, Catamarca, que está dentro del centro arqueológico más destacado del Norte Argentino. El pueblo se sitúa en un pequeño y verde valle a 2.000 m de altura, enmarcado por imponentes cerros que varían sus colores según las horas del día.
Como la mayoría de los pequeños pueblos rurales del país, Andalhuala presentaba una problemática fundamental para su desarrollo y es que la mayoría de los jóvenes abandonaban el pueblo por falta de trabajo o establecimientos educativos.
En virtud de esta situación, en 2005 Respondepresentó la propuesta para rehabilitar Andalhuala a través de sus programas a la empresa American Express, la cual aceptó financiar la iniciativa. De esta manera, en mayo de 2007 se inauguró el Centro Cultural “Cándido Zúñiga”, el proyecto de recuperación social y económica del poblado llevado a cabo por la citada asociación, a través de su promoción turística y cultural.
El centro cultural está provisto de biblioteca, sala multimedia con computadoras, equipo de video y DVD, así como un pequeño museo arqueológico integrado por piezas donadas por las familias lugareñas. Allí también funciona la oficina de turismo y una cafetería. El centro se construyó en una casa ubicada dentro del predio de la escuela del pueblo.
Algunos lugareños condicionaron sus casas para recibir turistas, otros para brindar servicios gastronómicos; algunos se formaron como guías y los artesanos prepararon sus mejores productos. Todos fueron capacitados por profesionales acercados por la Fundación.
La creación del centro cultural, el equipamiento del hospedaje Warmy Ayala y la casa de comidas La Vieja Esquina -ambos lugares impulsados por Responde- junto con el armado y puesta en valor del circuito turístico y cultural han sido el puntapié inicial para la recuperación del pueblo y la apuesta por un mejor futuro.
AreaUrbana conversó con la propia Marcela Benítez para que nos diera su parecer sobre el trabajo realizado por la asociación en Andalhuala.
¿Cómo fue la experiencia en la localidad catamarqueña de Andalhuala?
Lo que hicimos en Andalhuala fue armar un proyecto turístico y cultural porque Andalhuala es una población que tiene un montón de potencial desde lo turístico. En ese momento nos apoyó American Express para hacer las dos etapas del proyecto. Primero hicimos el proyecto turístico, después, el cultural, que terminó con la instalación del Centro Cultural Responde. Se armó un alojamiento que todavía, después de tantos años, sigue funcionando, se llama Warmy Ayala, llevado adelante por Margarita. El proyecto lo concretamos junto a la comunidad, son ellos los que tienen que tener ganas que esto ocurra porque si no, no se puede realizar nada. Es un proyecto que duró bastante tiempo. Asimismo, el Municipio de San José siempre ha estado de acuerdo con todas estas iniciativas que se efectuaron en el pueblo.
Chilibroste
Chilibroste pertenece al Departamento de Unión, en la provincia de Córdoba. Está ubicado sobre la Ruta Provincial Nro. 2, a unos 55 km de la ciudad de Bell Ville (cabecera del departamento) y a unos 75 km de Villa María. Respecto de la capital provincial se halla a unos 227 km.
La falta de fuentes de trabajo y de emprendimientos productivos en la zona estaba afectando la calidad de vida de los habitantes del pueblo y era causante de migración en la población más joven. Sin embargo, el descenso poblacional más fuerte se dio a comienzos de los años ’90, cuando dejó de pasar el ferrocarril y entonces todas las actividades circundantes cesaron también.
Gracias a la labor de la Asociación y al aporte económico de la empresa LAN Argentina, se construyó un centro cultural denominado Estación de Cultura Chilibroste en la vieja y bella estación de tren del pueblo, que se inauguró en diciembre de 2008. La comunidad tenía muchas ganas de recuperar su historia.
ÁreaUrbana entrevistó a Gastón Nottebohm, un productor agropecuario de la zona que tiene un campo familiar. Porteño de nacimiento, vive en el pueblo desde hace 25 años; tuvo un papel preponderante en la conformación del centro cultural y es un activo participante en las actividades lugareñas.
¿Cómo fue la experiencia de armar un centro cultural en lo que era la estación de tren?
Me involucré con el pueblo, con las cuestiones sociales del pueblo. Vimos una oportunidad de rescatar un lugar y es lo que hicimos en la estación de tren. Primero empezamos a soñar un poco con la posibilidad de hacer un centro cultural en la estación, recuperar la estación para el pueblo. Entonces fuimos trabajando con los vecinos, hablamos con el municipio. Alguien me comentó que la Asociación RESPONDElanzaba un concurso que era, justamente, para hacer un centro cultural en el pueblo. Cumplimos con todos los requerimientos, concursamos y ganamos el concurso. Empezamos a trabajar. Nos ayudó muchísimo RESPONDE, no sólo con cosas materiales –recursos económicos para equipar la estación- sino también con la capacitación, para dónde teníamos que apuntar, qué era lo que teníamos que hacer y darle formalidad a todo esto.
¿Qué actividades se desarrollan en el centro cultural?
El lugar físico es la estación de tren del pueblo. Hay una secretaria que da clases de inglés. Hay talleres de arte, coro, vóley, folklore. También hay un grupo de señoras grandes que tejen, hacen manualidades, hacen costura, que se juntan una vez a la semana y eso le da un poco de vida al centro. Se va renovando la gente, algunas personas dejan de participar, otras empiezan a hacerlo y así. Trabajamos con la Municipalidad, a la Municipalidad le viene bárbaro que haya un lugar así. La Municipalidad también ayuda con ciertos aportes económicos para que el centro siga funcionando.
¿Cómo está la situación hoy?
Al ser un pueblo tan chico, es difícil para el adolescente que termina la secundaria quedarse en el pueblo porque no hay mucho trabajo. Se van a estudiar a otro lado y una vez instalados en otro lado consiguen trabajo allí, es difícil que vuelvan. En la población hay dos edades bien marcadas que son los chicos en edad escolar y la gente grande. Hay poca población joven de entre 20 y 50, 60 años. No hay industrias, sólo pequeños comercios. Hay pocos emprendimientos turísticos porque el lugar es poco turístico. Nosotros teníamos ese sueño de transformar el pueblo en un lugar turístico. Lo que más cuesta es conseguir alojamiento para la gente. Lo que tratamos de hacer es que haya una persona que tenga un cuarto de más en su casa, que lo arregle y reciba gente. Cuesta que la gente haga eso. En el pueblo no hay hotel, no hay alojamiento. En el club hay un pequeño restaurant y nada más. La población no decrece pero tampoco crece tanto, el crecimiento es muy lento.
LAURA BROSIO