Mariano Argento: Yo soy de… Palermo

Mariano Argento se define como un cinéfilo, asegura que su familia y el barrio donde paso su infancia lo formaron para el profesional que es hoy. AreaUrbana dialogó con él para conocer sus orígenes, recuerdos y anécdotas de chico.

¿Cuáles son tus primeros recuerdos?

La verdad es que ya los tengo en la Avenida del Libertador al 4700, Libertador y Maure. En la esquina hay una estación de servicio y yo me acuerdo que bajaba de mi casa con cuatro años y medio, casi cinco. Los sábados a la mañana agarraba las llaves y me iba a comprar algo a un kiosco que quedaba cruzando la calle Maure. Los autos iban rápido, tenía que tener cuidado de que no me pasara nada. Mis padres no sabían que me levantaba, que agarraba plata y que iba hasta el kiosco y compraba todos los sábados una golosina. El kiosco se llamaba Polito y quedaba a unos cinco o seis metros de la estación de servicio que estaba en la esquina. Mi segundo gran recuerdo es que una noche como las 2 o 3 de la mañana, yo me desperté porque había un temporal muy grande y como vivíamos en un piso bajo, veía los árboles que se retorcían de un lado al otro por el terrible temporal que había. Fue la primera vez que vi o sentí un temporal. Había muchísimo viento y la ventana del living que daba hacia Libertador estaba abierta de par en par. 

¿Qué hacías de chico en tu barrio?

La verdad es que los juegos eran muy imaginarios. Andábamos con mi hermano en bicicleta en la cuadra del Hipódromo (Palermo). Yo tendría cuatro años. Me acuerdo que andaba con rueditas con una bicicleta italiana (Legano), que era una marca muy famosa. Íbamos por la cuadra del Hipódromo, que como no había calles que lo cruzaran como actualmente, podíamos ir de punta a punta. Inventábamos que íbamos a lugares donde nada existía o inventábamos que nos encontrábamos con amigos que no existían. En fin, cosas de niños, niños muy pequeños, siempre solos. 

Más allá del juego, una de las cosas más puntuales que recuerdo es que cuando llevaba el diario de la mañana, sobre todo los sábados, yo lo recortaba la parte de la programación de la televisión. Veía Hollywood en castellano y Cine de Súper Acción como programas súper favoritos, me marcaba en qué momento cambiar de qué canal. 

Que diferencia con la infancia de hoy…

Si. La diferencia con los chicos actuales son muy grandes, los chicos actuales creo que tienen toda la imaginación puesta en el celular y en los videojuegos. No pueden vivir sin el teléfono. Supongo que más allá de eso, deben tener imaginación para un montón de cosas, pero me parece que las diferencias son abismales, porque yo jugaba con palitos, jugaba con autitos, jugaba con soldaditos, o sea, hacía una batalla en un living con la alfombra.

¿Soles volver para el barrio?

Permanentemente paso por ahí, tengo una tendencia a ir por el bajo (Av. Libertador). Seguramente debe ser por eso, porque me gusta la avenida. Me trae recuerdos. Es absolutamente inimaginable que yo pase con el auto volviendo sobre todo del centro hacia Belgrano o hacia Urquiza, y no miré el edificio en el cual vivía. Me trae muy lindos recuerdos. De la misma manera que cuando miro hacia la derecha y veo la calle del Hipódromo.

¿Qué extrañas de esa época?

Extraño andar en bicicleta. Extraño la amistad enorme que tenía con mi hermano, porque si bien la sigo teniendo, no tiene nada que ver con esa época. Extraño el afecto que había entre la gente. Con una mirada contabas todo. Me parece que era una época en la cual la gente se comunicaba de una manera más simple. Hoy es todo más rebuscado.

¿Podrías comparar tu lugar de nacimiento con otro?

No, mi lugar de nacimiento no lo compartiría con ningún lugar o con ningún barrio de ningún lugar del mundo, sea mi lugar de nacimiento o lo que yo llamo lugar de infancia. Si me preguntan cuál es el lugar que más me gusta, tengo que decir Italia, especialmente Roma. Siento un amor muy grande por Vía Véneto. He tomado café ahí hasta hartarme. 

Me encanta Italia, me gusta Villa Borghese, que es un barrio muy particular de Roma, pero es un barrio muy caro, así que se puede tomar café solamente….

Finalmente ¿Cuánto tuvo que ver tus orígenes para quien sos hoy?

Mis orígenes tuvieron que ver absolutamente en todo el profesional que soy hoy. Hoy escribo, produzco, dirijo y actúo. Y yo veía todo el tiempo cine. No solamente veía cine en televisión, sino que mi padre era un cinéfilo igual que mi madre. Yo creo que ninguna familia en la tierra va dos veces al cine el mismo día, nosotros lo hemos hecho. 

Mi padre era tan adepto que por ahí íbamos a las 20:30 a un cine, salíamos a las 22 y a las 23 entrábamos a otro cine que quedaba por ahí, a cuatro o cinco cuadras, a ver otra película. Generalmente en la calle Lavalle o si no, en el propio Belgrano General Paz, Savoy, Lido, los cines del barrio. Así que mis orígenes tienen que ver con todo eso. Yo olí cine, me impregne de cine hasta el hartazgo. Sé más de cine que de cualquier otra cosa en el mundo.

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José Abel Autor

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