Lograr una visión real del sector de la construcción para evaluar su sostenibilidad implica no solo definir tipo de proyecto, materiales y procedimientos involucrados, sino también la medición de toda la vida útil de lo construido. Sólo así es posible lograr una dimensión real de los gastos que genera e insume cada vivienda o complejo habitacional.
AreaUrbana conversó con Enrique Sgrelli, Asesor especializado en construcciones sostenibles, Expresidente del Centro Profesional de Ingeniería Civil (CPIC), y el Arquitecto Diego García Pezzano, Responsable del Departamento de Arquitectura de la Cámara de la Madera (CADAMDA) para sumar visiones sobre el tema.
¿Por qué hablamos de “sostenibilidad 360”?
Enrique Sgrelli: El concepto es incipiente y está bastante desordenado, incluso la pandemia le introduce visiones desde ángulos antes insospechados. Que sea 360 implica que completa un recorrido circular, es decir, que al llegar al punto de partida vuelca todo lo aprendido en ese viaje para que la segunda vuelta aproveche lo conocido o aprendido y reduzca los errores. Y el ser humano es el destinatario de este aprendizaje. La actividad de la naturaleza es sostenible de por sí, pero la del ser humano no lo es, pues si algo nos caracteriza es el hacer pensando en producir, pero olvidándonos del costo que deben pagar otros que no tienen la posibilidad de reclamar nada.
¿Cuán sostenible es hoy la construcción en Argentina?
ES: Yendo al caso de las construcciones en Argentina, estamos como en una ruta a Mar del Plata con tramos diferentes, algunos en autopista, otros adoquinados, otros asfaltados y algunos sin camino. La construcción abarca muchas disciplinas conducentes a la sostenibilidad, muchas no utilizadas, que deben conjugarse en un ámbito cultural, administrativo y legal adecuado, aún incipiente en nuestro país. A nosotros nos falta bastante para la sostenibilidad 360 en las construcciones y para hablar del tema es bueno tener presentes los 17 ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) de la Naciones Unidas, que indican que toda la humanidad está en el camino de hacer las cosas mejor. Los ODS tienen un enfoque 360. En el caso de las construcciones, desde hace más de 20 años diversas normas o procedimientos se abocaron a definir la sostenibilidad de las construcciones para un estándar que asegure diversos objetivos enfocados en la reducción del consumo de energía no renovable, la salud y el bienestar de sus ocupantes, y un impacto ambiental controlado y limitado de los componentes de la construcción y de los procedimientos para realizarla.
¿Qué nos falta como país para avanzar en este terreno?
ES: Sabemos que la construcción, llamada en otros tiempos la industria de industrias, es compleja y pasible de ser mal ejecutada. En particular, hoy la mala ejecución afecta sobremanera a la sostenibilidad, tanto en impacto negativo al medio ambiente por consumos exagerados como en la duración desconocida de cada uno de sus componentes. Las razones para que esto ocurra son múltiples, pero existe la convicción de que es preciso que sea el Estado en cada país quien guíe un cambio hacia la sostenibilidad de las construcciones. Por mencionar solo dos países, Reino Unido y Singapur han establecido con claridad la sostenibilidad de las construcciones hace ya más de veinte años, fijando reglas y metas adaptativas a los resultados que se registran. En Argentina los primeros pasos se están dando a nivel gubernamental por el etiquetado de viviendas, que por el momento logró un conocimiento incipiente de las características diversas que ofrece nuestra nación en cuanto a clima y características constructivas. De momento está en proyecto legislativo una forma de alcanzar un procedimiento único y general para todo el país que contó con el beneplácito y la contribución de diversas organizaciones profesionales. Sin duda, será un primer paso para inscribir a la Argentina en un ordenamiento que sea aplicable a las construcciones privadas en todas las jurisdicciones del país.
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