Sustentabilidad: la madera es combustible

El municipio chaqueño de Presidencia de la Plaza planea solucionar el problema de los residuos foresto-industriales utilizando esos mismos deshechos para generar energía. La idea se elaboró en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial y se concretaría en abril.

En materia de sustentabilidad, de ahorro energético, de cuidado ambiental, de innovación y de distintos propósitos o metas aplicadas a la producción, la limpieza urbana u otras acciones cotidianas que pueden ser parte de la agenda de cualquier distrito del país, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) es, como ya se ha esbozado en las páginas de ÁreaUrbana, una entidad especializada y de referencia. En el municipio de Presidencia de La Plaza, en la provincia del Chaco, lo tienen claro, y a partir de una inquietud elevada por el intendente Francisco De Castro, el INTI planeó y presentó un proyecto que ya es casi una realidad: la fabricación de pellets utilizando el aserrín del quebracho como materia prima y su posterior utilización como combustible en la industria, las PyMES y el ámbito doméstico, y la generación de energía eléctrica generada por la gasificación de costaneros y recortes, y su distribución a través de la red provincial.

El problema que originó la demanda desde el municipio es la acumulación de residuos foresto-industriales en el Parque Industrial de la ciudad, lo que provoca contaminación en el aire e incendios, con eventuales consecuencias fatales en la Ruta Nacional 16, que comunica a las provincias de Salta, Santiago del Estero, Chaco y Corrientes, y está ubicada junto al complejo industrial. Se estima que en abril comenzarán con el pelleteado, y que en total se emplearía a más de 30 personas. La inversión corre por cuenta del ministerio de Trabajo de la Nación y del INTI.

Montañas de aserrín y montañas de costaneros se apilan en el Parque Industrial. En el mejor de los casos, se utiliza para fines comerciales el 40 por ciento de los árboles, y el resto es residuo. Cada árbol pesa aproximadamente una tonelada, y también las ramas que van quedando ocupan lugar, representan mucho volumen. El aserrín vuela y perjudica la salud al respirarlo, no porque la madera sea tóxica sino porque es un material físicamente agresivo para los pulmones. A su vez, los costaneros, al estar unos sobre otros, se auto encienden: esa madera se va descomponiendo y, ayudados por las altas temperaturas, se prenden fuego. El humo va a la ruta y provoca accidentes.

Desde el punto de vista energético, entre los datos que forman parte del diagnóstico elaborado por el INTI y que motivan la idea de la puesta en funcionamiento de la planta, figuran la escasez y el alto costo del combustible tanto gaseoso como líquido; la necesidad de eliminar la leña como combustible industrial; y los problemas de salud que pueden ocasionar leña y carbón en el ámbito doméstico. “Los residuos del aserrín existen y se acumulan. Y a la vez, por otra parte, se cortan árboles y se quema la leña, que es utilizada como energía. Con nuestro proyecto, el residuo de aserrín luego cumple un rol y se abordarían dos problemas al mismo tiempo”, precisa el director del Programa de Industria de Servicios y Ambiente del INTI e Ingeniero en Electrónica Alberto Anesini, quien hace hincapié en que “el balance energético y ambiental será absolutamente positivo”.

El primer paso hacia la solución es la puesta en funcionamiento de la planta demostrativa en la que se realice el proceso conocido como pelletizado, nada más y nada menos que la fabricación de pellets. Para su inauguración, los mentores del proyecto se ilusionan con que pueda estar presente la presidenta de la Nación, Cristina Fernández. Esa instalación serí

a parte del llamado Complejo Tecnológico Productivo pensado en función de la situación descripta y donde además funcionarían la Planta de Gasificación de biomasa para generación de energía eléctrica a partir de recortes y costaneros, y el Laboratorio de Energías Renovables, Biomasa y Maderas, que trabajará directamente bajo la órbita del INTI, investigando, capacitando y colaborando con la industria maderera local. Todo el complejo requiere 31 empleados y prácticamente toda la maquinaria sería nacional.

Las plantas demostrativas se llaman así porque son pequeñas, porque se va aprendiendo mientras se ponen en marcha, porque aún no tienen una aplicación industrial asegurada y además porque en caso de funcionar bien pretenden ser una vidriera para otros municipios. El director del programa encargado del diseño de la propuesta aclara: “Con este tipo de emprendimientos, el éxito o fracaso se prueban en el campo. Desde el INTI siempre estamos a disposición de los municipios de todo el país, en muchos casos se realizan investigaciones y estudios en laboratorio, pero cuando hablamos de proyectos de estas características sólo sabremos si se ha llegado a una solución o a una superación cuando se concretan las ideas. Desde un escritorio en una oficina como ésta, todo puede parecer bárbaro…”. La planta va a ser del Estado municipal, que se va a ocupar de operarla.

Un producto novedoso en Chaco

Anesini se estira para abrir uno de los cajones de su escritorio y luego sitúa frente al grabador del periodista una bolsa común y corriente en la que hay un montón de palitos de madera cuya extensión no supera el centímetro. Son pellets, nada menos, y como el propio entrevistado señala, presentan un aspecto que, al verlos, hace pensar en alimento balanceado.

La lignina contenida en la madera funciona como pegamento, es lo que permite que el material -aserrín- tome forma y se transforme en pellet, luego de ingresar a la máquina. La extensión de estos pequeños palitos, de seis milímetros de largo, responde a que se parten solos porque no aguantan más peso.
Para que se forme el pellet, el aserrín tiene que tener determinado nivel de humedad, que no puede superar el 20 por ciento ni estar por debajo del 15. “Nuestro acuerdo con el intendente es que cuando el aserrín llegue a la planta ya esté en esas condiciones. Debido a la lluvia o a la sequía, ya viene con un grado de humedad, que varía siempre de acuerdo a esos y otros factores. Lo que se debe hacer primero es llevarlo al nivel estipulado. No se puede secar del todo porque requeriría demasiada energía”, dice el especialista del INTI.

El pellet es un combustible de madera, como la leña o la briqueta, y se caracteriza por su combustión controlada. “Una vez que se inició la combustión, que no es fácil de lograr, uno puede ir agregando pellet, como sucede con el carbón, por ejemplo, y se va manteniendo la temperatura. Luego se forman las brasas. El pellet puede funcionar en una estufa con un quemador que alimente al pellet, un recipiente donde se coloca esta madera y una electrónica que controla la combustión”, indica Anesini. Es un combustible que se utiliza principalmente en Europa, tanto en el ámbito doméstico como en las calderas de los edificios y la actividad industrial. Allá, muchas estufas vienen, al adquirirlas, con la primera bolsa de pellets, y a partir de ahí las personas compran las siguientes bolsas en los comercios. En la Argentina hay plantas, en Corrientes y en Santa Fe por ejemplo, en las que se produce pellet, pero todo se exporta. “Estamos exportando energía que en el país hace falta. Decidimos que era necesario impulsar el uso local. Como Instituto Nacional teníamos que promover algo distinto”, afirma el director del Programa de Industria de Servicios y Ambiente.

Uso industrial, comercial y hogareño

Los pronósticos hablan de una producción de 500 kilos de pellet por hora, ocho mil diarios y de dos mil toneladas anuales. Ese volumen de producto podría enviarse a dos o incluso a cuatro calderas industriales, como las que se utilizan en frigoríficos o en el procesamiento de granos, donde hoy usan leña, combustible líquido, que es mucho más caro, o gas, que no hay en Chaco. El INTI y el gobierno de Presidencia de la Plaza ya están en contacto con empresas de la zona para gestionar la provisión a futuro, una vez que la planta ya esté funcionando. Otro sector es el de las PyMES: la industria panadera de la ciudad de Resistencia tiene un problema importante debido que a usaban leña y ahora no se permite más, por una reglamentación de la Provincia. Por esa razón, debieron incorporar hornos eléctricos o a combustible líquido, y eso repercute mucho en el olor y en el sabor del pan, además del costo del combustible líquido. En la capital del Chaco hay alrededor de 150 panaderías y se calcula que la planta podría proveer a entre 20 y 30 hornos.
Por último, el plan contempla lo que en el INTI llaman “la base social” y que hace alusión a los más de mil hogares de la región de Plaza y localidades aledañas en los que se usa brasero para cocinar o dar calor. Desde el instituto consideran que antes de avanzar con la introducción del pellet como combustible doméstico es necesario un estudio sociológico en la provincia para saber cómo son esos mil hogares, cuáles son sus usos y costumbres, de modo de que la propuesta no resulte invasiva. “Al principio seguramente haya que llegar a cada hogar con la bolsa de pellets para que los ciudadanos conozcan el material. Y habría que garantizar la fabricación de las cocinas en las que se usa este combustible. El diseño puede que se haga en Buenos Aires pero luego se fabricarían en el Chaco”, sostiene el Ingeniero.

La madera es energía

El proyecto de la planta demostrativa no se agota allí. Como se dijo, los costaneros y recortes también son parte de los deshechos en los aserraderos, y en el INTI apuntan a la gasificación de esas maderas para obtener energía eléctrica. “Ese proceso es el más factible desde el punto de vista económico. Ya en la primera Guerra Mundial se gasificaban la madera y ese gas entraba al motor de combustión de los camiones, aunque los motores se estropeaban al poco tiempo y no servían más. Por eso al proceso hay que sumarle ahora un trabajo de depuración del gas, para evitar ese problema”. Con esa premisa, el instituto profundizó los contactos con una empresa de la India que cuenta con más de 900 instalaciones en el mundo y firmó un convenio de transferencia de tecnología para poder contar con el gasificador necesario, que llegó al país en barco en los últimos días de febrero. Lo que se produzca servirá para hacer funcionar a la máquina pelleteadora, pero como la energía generada duplicará el volumen necesario para ese trabajo, el excedente sería conectado a la red de distribución de la empresa provincial Servicios Energéticos del Chaco (SECHEEP). “Fuimos a ver al Gobernador Jorge Capitanich para convencerlo, y también para plantearle la idea de invertir, a futuro, en la creación de distintos gasificadores en la provincia que sirvan para convertir en energía otros residuos. El Chaco pasaría a ser mero consumidor de energía a ser generador al menos de una parte de esa energía que consume”. Y agrega: “La idea y el objetivo es que el know how de todo esto quede en el Chaco, se desarrollo e incremente allí. Esto quiere decir que además de contar con la planta demostrativa, la provincia tendrá el conocimiento y la experiencia que pueden exportarse a otros lugares de la Argentina o, incluso, del continente”.

Nota publicada en AreaUrbana 31

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José Abel Autor

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