La empresa Yara está desarrollando un programa de reconocimiento a ingenios azucareros que han hecho esfuerzos por reemplazar prácticas tradicionales de manejo por tecnologías superadoras y más amigables con el entorno. En el marco de este proyecto, las empresas galardonadas recibieron una mención de honor y la posibilidad de indicar a una escuela de su comunidad como destinataria de una donación.
La utilización de fuentes de nitrógeno con menores pérdidas por volatilización, aplicadas al voleo con fertilizadoras de mayor ancho de labor, generando un menor consumo de combustible y mayor flexibilidad en términos de logística, proporciona mayor eficiencia al sistema productivo y a la utilización de los recursos. Esto se vuelve clave en un contexto en el que será cada vez más necesario producir más por unidad de superficie, teniendo en cuenta las proyecciones respecto al crecimiento de la población mundial para las próximas décadas.
La acción de Yara apunta a beneficiar a esas comunidades en las que habitan los trabajadores de los ingenios y sus familias, por eso parte del premio es una donación de elementos necesarios para instituciones educativas locales.
Los ingenios premiados fueron El Pucará, La Providencia (Arcor), Los Balcanes, Cañamelares del surco, Marapa (Complejo Azucarero Concepción) y la Estación Obispo Colombres. Las instituciones beneficiarias de la donación fueron, respectivamente: la escuela n°245 T.D.Barceló de Taco Ralo (Heladera); la escuela Dr. Manuel Quintana de Río Seco (Kit de elementos deportivos); la escuela n°256 Rafael Obligado de La Marta (Biblioteca con literatura para niños de 6 a 12 años); la escuela n° 167 de Taco Palta (Kit de biblioteca); la escuela media de Carancho Pozo (Herramientas para huerta y mantenimiento de espacios verdes); y la escuela n°138 Remedios de Escalada de San Martín de Los Guayacanes (Textos de Literatura, Matemáticas, Física y Química, Geografía y Diccionarios).
Evelina Rolla, coordinadora de Marketing de Yara Argentina, explica que el programa “busca reconocer a quienes entienden que animándose a cambiar prácticas de manejo tradicionales y arraigadas en el sector,puedenpromover un cambio muy favorable para el ambiente sinresignarproductividad ni rentabilidad sino que, por el contrario, los resultados son favorables también desde esas perspectivas. Y lo mejor es que con la donación de materiales a las escuelas el impacto positivo para esas comunidades es completo”.